En esta ocasión retrocedo cuarenta años. A 1984, cuando Fernando Belaunde era por segunda vez presidente del país. Se vivía una situación económica bastante difícil, la inflación ya se había instalado y continuaría hasta el final de la década. El terrorismo seguía en aumento luego que el gobierno finalmente aceptara que debía encararlo. A mediados de agosto de 1982 el presidente había afirmado que podía "dormir tranquilo" ya que el terrorismo "es una fábula inventada por el periodismo" (Ver crónica "Evidencia del terrorismo no se podía ocultar” del 26 de febrero de 2023).
Pero también era un año preelectoral. Faltaban catorce meses para las elecciones
generales de 1985 cuando el Partido Aprista Peruano, PAP, aún golpeado por haber perdido las elecciones de 1980, definió el
12 de febrero quién sería su candidato presidencial. El diputado Alan García Pérez,
con menos de año y medio como secretario general del partido, fue elegido en
comicios internos con un arrollador 95% de los votos. Fue evidente que el recambio
generacional era definitivo. Casi 35 años de diferencia de edad entre el
flamante nuevo abanderado con Armando Villanueva del Campo quien había perdido
las elecciones presidenciales anteriores, permitía medir lo rotundo del cambio.
ERA MUY PRONTO PARA CANDIDATURA
El 14 o 15 de febrero en el Comité Directivo
Nacional de Izquierda Unida, CDN-IU, conversamos sobre la candidatura aprista. Era
yo miembro alterno de ese organismo en representación del Partido Socialista
Revolucionario, PSR, mientras que el senador Enrique Bernales como secretario
general del partido era el representante titular. Hubo bastante preocupación ya
que el lanzamiento de Alan García adelantaba el inicio de la campaña para las
elecciones que se realizarían en abril del año siguiente.
La razón principal de preocupación era que nuestro
prácticamente seguro candidato presidencial, Alfonso Barrantes Lingán, mes y
medio después de su juramentación como alcalde metropolitano de Lima, aún no
era totalmente percibido en ese papel y evidentemente era suicida tratar que jugara
paralelamente el rol de candidato presidencial. Pero, sobre todo, si aspirábamos
a gobernar el Perú necesitábamos mostrar capacidad de gestión en el más grande
municipio del país (Ver crónica "Se protesta, pero se gobierna" del 31 de marzo de 2023) y eso no se podía evidenciar en cuarenta
y pocos días.
En cada aparición pública de Barrantes, al
acercársele la prensa las preguntas no tenían que ver con la actividad
municipal sino sobre su eventual candidatura presidencial, remarcándole que ya
García era candidato. Varios analistas políticos opinaban que serían los
candidatos del PAP y de IU quiénes tendrían las mejores posibilidades de
disputar el triunfo, considerando el creciente desgaste de Acción Popular, AP, el
partido del presidente Belaunde, y de sus aliados del Partido Popular Cristiano,
PPC. De hecho, en las elecciones municipales el PAP había obtenido el 33% de los
votos válidos, IU el 29%, AP el 17 % y el PPC el 14%. Con suma habilidad, el
flamante alcalde optó por señalar cada vez que le preguntaban sobre su
candidatura que era prematuro hablar cuando ni siquiera las elecciones habían
sido convocadas.
Buscamos fórmulas para retrasar las decisiones. Ayudó
mucho que en esas semanas los problemas internos en AP llenaran páginas en
diarios y revistas. El enfrentamiento entre “alvistas” y “antialvistas” subía
de tono en el partido de gobierno. El senador Javier Alva Orlandini, secretario
general de AP, era mencionado como candidato presidencial. Lo avalaba su
arrollador triunfo en el último congreso partidario en junio de 1982, así como
la mayoría que manejaba en la bancadas de ambas cámaras legislativas. Su principal
rival el también senador Manuel Ulloa -expresidente del consejo de ministros- fue
proclamado pre candidato presidencial al finalizar febrero. Los líos internos
de los acciopopulistas incluyeron hasta expulsiones de parlamentarios y se
prolongarían por lo menos dos meses más…
POLÍTICA ECONÓMICA NO HABÍA CAMBIADO
Los problemas para AP no eran solo en el ámbito partidario
sino fundamentalmente en el manejo del gobierno. Para la mayoría de los
peruanos la situación económica del país era cada vez más grave. El año
anterior la inflación había superado largamente el 100% y todo parecía indicar
que en 1984 esa grave cifra se igualaría o superaría. El 3 de enero la venta del
dólar había sido por 2,295 soles y -aunque en esos momentos no lo sabíamos- el 27
de diciembre llegaría a 5,589.
Valga como paréntesis -principalmente para
lectores de menos de 45 años- indicar que desde mediados de 1985 empezaría a circular
una nueva moneda: el inti que equivaldría a mil soles. Años después, al inicio
de 1991, el inti fue sustituido por el nuevo sol. Esta nueva moneda equivaldría
a un millón de intis. Desde el 2015 al nuevo sol se le quitó la primera
palabra. El sol es ahora nuestra moneda, pero el actual sol es equivalente a
mil millones de los soles que circulaban cuarenta años atrás.
En el CDN-IU estábamos convencidos que no habría
cambios significativos en la política económica del gobierno pese a la renuncia
a mediados de marzo de Carlos Rodríguez Pastor Mendoza, ministro de Economía y Finanzas,
quien por quince meses había continuado con la política establecida por su
predecesor Manuel Ulloa. A nuestro juicio tal política favorecía sólo a los empresarios.
Rodríguez Pastor había sido funcionario público en los años cincuenta y sesenta
y estaba vinculado a la banca norteamericana desde los años setenta. Y
posteriormente continuaría su actividad profesional hasta convertirse en el propietario
del Interbanc en 1994. Murió al año siguiente sin imaginar que su heredero
Carlos Rodríguez Pastor Persivale sería en el nuevo siglo considerado el hombre
más rico del Perú.
SECTORES POPULARES SE MOVILIZARON
Aunque sabíamos que no podríamos retrasar más de cuarenta
o cincuenta días decisiones en torno a la candidatura presidencial, en esos
primeros meses del 84 en varias de las reuniones de IU nos abocamos a plantear nuestro
respaldo a las movilizaciones populares planteadas por gremios de campesinos y
de trabajadores en contra de la política económica del régimen.
Algunos problemas se nos plantearon en cuanto al
respaldo al II Paro Agrario Nacional, considerando que su principal impulso lo
daba la Confederación Nacional Agraria, CNA, que era presidida por Felipe Huamán
-dirigente del PSR- pese a que la Confederación Campesina del Perú, CCP, presidida
por Andrés Luna Vargas -dirigente de Vanguardia Revolucionaria, que integraba UI
como parte de Unidad Democrático Popular, UDP- había señalado en algún momento su
desacuerdo con la medida. Por cierto otras cuatro centrales nacionales de trabajadores
del agro apoyaban el paro.
En lo que no hubo ningún desacuerdo fue el apoyo
al paro nacional del 22 de marzo convocado por la Confederación General de Trabajadores
del Perú, CGTP, organización en que buena cantidad de dirigentes sindicales de
federaciones departamentales y de rama industrial pertenecían a partidos integrantes
de IU. La CGTP logró coordinar con otras tres centrales sindicales, incluyendo la
Confederación de Trabajadores del Perú, cuya dirigencia estaba vinculada tradicionalmente
al PAP. La paralización de labores fue exitosa a nivel nacional produciéndose
movilizaciones en varias ciudades del país con apoyo en muchos casos de
autoridades municipales.
ORGANIZACIONES AJUSTAN SUS ESTRATEGIAS
Más de dos meses después del lanzamiento de la
candidatura de García, en el III Comité Directivo Nacional Ampliado de IU realizado
el último fin de semana de abril, aprobamos los mecanismos de elección de
candidatos para las elecciones del año siguiente. Los postulantes a diputados
serían elegidos por votación de las bases en cada departamento y la fórmula
presidencial y la lista de senadores en otro CDN Ampliado. Aunque no se avanzó
nada sobre el candidatos a la presidencia y dos vicepresidentes, lo cierto es
que el ambiente unitario y las declaraciones de algunos dirigentes dieron pie a
que varios medios de comunicación aseguraran que la candidatura de Barrantes sería
un hecho porque no tenía ningún rival.
Nuestra reunión se realizó después del alejamiento
del PPC del gobierno, cuando se produjo un cambio de ministros. Luis Bedoya Reyes,
presidente del PPC acudió a palacio a entrevistarse con Belaunde y manifestarle
que ya no ocuparían dos carteras en el gabinete como lo habían hecho desde el
inicio del gobierno. Estaba claro que en el PPC no estaban dispuestos a llegar
hasta el final con un gobierno que cada vez más perdía el rumbo.
Por otro lado, el nuevo gabinete que juramentó el
10 de abril consolidó la fuerza de Alva Orlandini dentro del partido de
gobierno. Fernando Schwalb dejó la presidencia del consejo de ministros y lo reemplazó
el senador Sandro Mariátegui, encabezando un grupo exclusivamente de AP con
algún independiente y tres militares en las carteras castrenses.
VIOLENCIA TODOS LOS DÍAS
Hacia mediados de año la violencia terrorista iba
en aumento. En esa época, yo era editor del Resumen Semanal de DESCO, una ONG
en ese tiempo con veinte años de funcionamiento. Para mostrar cómo se sentía el
pueblo con los hechos sangrientos, muchas veces recurría a publicar los
titulares de primera plana de varios diarios que eran los que leían los
peruanos en los quioscos cuando caminaban o esperaban sus movilidades. Intentaré
hacer lo mismo en esta oportunidad:
El 22 de junio: “Terroristas a balazos cuchilladas
matan a 19 comuneros en Ayacucho” (La Prensa). El 23 de junio: “Narcoterroristas
matan a 7 GC en Tocache, Ayacucho y Aguaytía” (La Crónica). El 24 de
junio: “Nueva ola terrorista mató 35 en provincias. 8 policías entre las
víctimas”, “En Trujillo vuelan una torre y dejan sin luz a 150 mil” (La
Prensa). El 25 de junio: “Terroristas inutilizaron puente El Infiernillo” (El
Comercio), “Toque de queda en Ayacucho frente a escalada subversiva. 25
dinamitazos en Huancavelica. Vuelan puentes y toman a GC rehén” (La República).
El 26 de junio: “Incursiones terroristas dejaron 62 muertos” (El Comercio).
El 27 de junio: “Gran ofensiva terrorista en todo el país” (Expreso). “Banda
subversiva asesina a cinco soldados del ejército” (La Crónica). El 28 de
junio: “Alerta total en Ayacucho. Temen violento ataque subversivo. Envían
refuerzos y redoblan la vigilancia en toda la zona. Evacuan cadáveres de cinco
soldados asesinados. Piden estado de sitio para zona de emergencia” (La
República). El 29 de junio: “Terroristas descarrilan 25 vagones. Pérdidas
por 7 mil millones en La Oroya” (Expreso). El 30 de junio: “Sendero asesina
a 19 campesinos en Ayacucho” (El Comercio).
Al mes siguiente, la violencia se seguía expresando
en las portadas de los diarios. El 1 de julio: “Presunto terrorista era de la
GC. Republicanos capturan” (Hoy). El 2 de julio: “Vuelan torres en Condevilla.
Lima queda a oscuras. Matan a GC en Breña” (La Prensa). El 3 de julio: “Lima
conmocionada. Otra noche de terror. Asesinan GC y hieren a republicano. Dinamitan
ministerios de Economía y Educación” (La República). Podrías seguir con
titulares del resto de días de julio. Como se puede ver, muestro los de un solo
diario cada día, pero lo que se veía en los quioscos era cinco o seis periódicos
con titulares muy parecidos.
MATAN ALCALDE Y MUTILAN Y QUEMAN A CAMPESINO
Eso se puede ver con los titulares del 25 de julio,
que fueron particularmente impactantes para la militancia de IU: “Matan alcalde
IU en Huancayo” (El Comercio). “Asesinan al alcalde IU de Huancayo” (Expreso).
“Terroristas asesinan alcalde de Huancayo” (La Crónica). “Matan a alcalde
IU de Huancayo” (La Prensa). “Tres desconocidos acribillan y asesinan al
alcalde de Huancayo. Saúl Muñoz, de IU, recibió siete balazos. Belaunde expresó
condolencias a Barrantes” (La República). “Terroristas asesinan a
alcalde IU de Huancayo” (Hoy).
En el PSR acordamos que Enrique Bernales y yo asistiéramos
al entierro del alcalde. Tuve ocasión de observar el masivo duelo del pueblo huancaíno,
el respaldo popular a Barrantes que llegó a despedir los restos y la masiva
presencia de militares y policías en la carretera Central y en las ciudades y
pueblos que cruzamos en el viaje. Al regreso cerca de San Mateo escuché -junto
con Fernando Peña y Jorge Melo- un intercambio de balazos entre policías o
militares y subversivos a la altura de un puente estratégico del ferrocarril (Ver crónica “Asesinato en Huancayo, infierno en el Infiernillo” del 22 de agosto de 2014).
Muy pocos días después -el 30 de Julio- nos enteramos de la desaparición del dirigente nacional de la CNA y militante del partido Jesús Oropeza Chonta, detenido cuatro días antes en la ciudad de Puquio capital de la provincia ayacuchana de Lucanas. La intensa campaña el partido, encabezada por Enrique Bernales, pidiendo su aparición, motivó que el caso generara la protesta de distintos dirigentes políticos, no sólo de izquierda, así como de dirigentes gremiales. El 10 de agosto los periodistas José María -Chema- Salcedo y Carlos Domínguez, más conocido como Chino Domínguez, descubrieron en la morgue de Puquio el cuerpo mutilado y quemado de Jesús. Hacia dos semanas que lo habían asesinado. El Chino tomó fotos del macabro hallazgo. Chema, autor de numerosos artículos, entrevistas y crónicas de la etapa de violencia de los años ochenta y noventa, diría años después que la imagen de los restos de Jesús fue “la foto más siniestra que he visto en el país…” (Ver crónica "…de todas maneras lo haré subir a mi tierra" del 17 de julio de 2015).
Poco antes de
hallarse el cadáver se había regresado a Lima una comitiva de Izquierda Unida
que había estado en la mañana demandando ante las autoridades la aparición con
vida de Jesús, considerando que todas las informaciones coincidían en que había
sido detenido en la comisaría local. El grupo lo encabezaba Barrantes y lo
integraban Bernales y dos senadores izquierdistas más -Jorge del Prado y Edmundo
Murrugarra- y varios dirigentes campesinos. También estaba Fernando Peña, quien
manejaba días atrás el auto desde el que sentimos las balaceras en la carretera
Central.
CITA CUMBRE NO
TUVO TRASCENDENCIA
Barrantes regresó apresuradamente y pudo llegar a Pisco
para embarcarse en un helicóptero que los trasladó a Lima. Tenía que concurrir
a una cita a la que llegó bastante tarde. Era uno de los políticos invitados por
Alan García a almorzar en su departamento. Los otros eran Javier Alva Orlandini
y Luis Bedoya Reyes. Hacía cinco días que Alva había sido elegido candidato
presidencial en un congreso de AP confirmando su control del aparato partidario.
Barrantes y Bedoya eran considerados los candidatos naturales de sus
respectivas agrupaciones políticos.
La “cumbre” generó gran expectativa. Más de cien
periodistas se ubicaron en las inmediaciones del edificio en que vivía García. No
hubo ninguna declaración conjunta y todos expresaron que consideraban muy
importante el diálogo en una democracia. Para algunos observadores la cita
significó establecer quiénes eran los candidatos grandes como forma de limitar
el acceso de candidatos “chicos”. Después de la cita en casa de García no se
produjo ninguna otra reunión y se llegó a octubre en que el día 15 se cerraban
las inscripciones de fórmulas presidenciales. Se inscribió la plancha aprista
encabezada por Alan García e integrada por el senador Luis Alberto Sánchez y el
diputado Luis Alva Castro.
SE INSCRIBIERON TRECE Y QUEDARON
NUEVE
Fracasaron los intentos de Belaunde en lograr una
alianza entre su partido y el PPC. Tres senadores formaron la fórmula presidencial
inscrita por Acción Popular: Javier Alva Orlandini, Manuel Ulloa Elías y Sandro
Mariátegui. Se presentó la candidatura de Bedoya Reyes como candidato de Convergencia
Democrática que abarcaba al PPC y al Movimiento de Bases Hayistas -sector
disidente del PAP- liderado por el diputado Andrés Townsend. Este último iba como
candidato a una de las vicepresidencias. Para la otra candidateó el médico
independiente Esteban Rocca. Antes de presentar estas candidaturas, Bedoya fue
muy duro con el comportamiento de AP y señaló que se sentían defraudados ya que
desde febrero habían estado en conversaciones para conformar una alianza.
Luego de superar algunos problemas, IU presentó su plancha presidencial ante el Jurado Nacional de Elecciones, JNE, el 15 de octubre, último día de plazo. Siete días antes, el CDN Ampliado había acordado que Barrantes postulara a la presidencia, acompañado por el senador Jorge del Prado y el poeta Luis Nieto a las vicepresidencias. Sin embargo, opiniones de personas cercanos al frente que consideraban, entre otras cosas, que dos personas nacidas en 1910 no eran los mejores acompañantes para que Barrantes enfrentara a García que se presentaba como la renovación en la política peruana. Después de una semana intensa de conversaciones, se eligieron al senador Bernales y al diputado Agustín Haya de la Torre como candidatos a las vicepresidencias. Esos días fueron de múltiples conversaciones inter partidarias y como Enrique no podía participar, considerando que estaba en juego su nombre, asumí la tarea en solitario, lo que me resultó agotador (Ver crónica "Una plancha presidencial que no duró 48 horas" del 24 de febrero de 2017).
Además de García, Bedoya, Alva y Barrantes, se inscribieron nueve
candidatos más aunque el JNE desestimó cuatro de esas postulaciones. Los cinco
candidatos chicos que quedaron no alcanzaron en conjunto ni el 3% de los votos emitidos
en las elecciones de abril.
Días antes de la inscripción de su candidatura Barrantes había sorteado
en menos de una semana un aparente obstáculo legal. El 21 de septiembre, el JNE
señaló que Barrantes debería renunciar a la alcaldía de Lima si quería
participar en las elecciones presidenciales. Junto con el rechazo de parte de IU,
líderes de otros partidos incluyendo los candidatos presidenciales Alan García
y Javier Alva se pronunciaron en contra de la interpretación del JNE. El propio
presidente Belaunde indicó que esperaba que el Congreso resolviera el asunto. El
25, el Senado aprobó un proyecto de ley de interpretación constitucional
indicando que los alcaldes y regidores podían postular sin necesidad de
renunciar. Esa misma noche, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto y al día
siguiente poco antes de viajar a Estados Unidos el presidente Belaunde promulgó
la ley.
Hace cuarenta años con una grave situación económica y soportando las violentas acciones terroristas, los peruanos hacíamos política participando en nuestras organizaciones partidarias…
Alfredo te refieres a varios problemas, entre ellos a la inflación de los 80.....yo quisiera recordarte que en 1964 el romántico Belaúnde fue al Congreso donde trabajaban ad honorem.....,los representantes como Gallardo y otros no tenían pago, remuneración, era un honor representar a la Patria desde la época de LUNA PIZARRO.....y otros nobles de espíritu.....les dijo el Presidente EXCELENTÍSIMOS, ustedes han sido elegidos y deben tener igual remuneración que los Ministros de Estado...los congresistas desde entonces se aumentaron...etc...puedes comparar el presupuesto de 1963 con dos calígrafos, un traductor, ubn asesor abogado y lo que cambio desde 1964 y ahora ni punto de comparación......
ResponderBorrarrepresentantes hasta esa fecha iban al Congreso después de las seis pm después de trabajar....pero desde entonces cambió la situyación y puedes