El viernes 5 de octubre de 1984 a diez días del cierre
de las inscripciones de candidaturas presidenciales para las elecciones de
abril del año siguiente, los dirigentes de los partidos que integraban
Izquierda Unida pensábamos que esta vez no habría apresuramientos de última
hora y llegada al borde de la hora límite como había sucedido con las
inscripciones de Alfonso Barrantes las dos veces que postuló a la alcaldía de Lima.
Cinco días después nos daríamos cuenta que habíamos estado totalmente
equivocados…
- Espera, ¿ya tienes 35 años?
- En diciembre cumplo 36…
- Entonces vente rápido…
Eran las ocho de la noche y nos encontrábamos en
local de Izquierda Unida en el segundo piso de una antigua casona de la avenida
Grau. Desde un amplio salón nos podíamos asomar a los balcones y distinguir a decenas
de miles de manifestantes que cubrían cerca de tres cuadras de la ancha avenida. Coreaban enfervorizados el nombre de Alfonso Barrantes, presidente de IU y
alcalde de Lima, quien minutos antes había sido propuesto como candidato a la
presidencia de la república por el Comité Directivo Nacional de IU a través de
su coordinador de turno, senador Genaro Ledesma. Al dirigirse a los entusiastas
partidarios, aunque Barrantes no aceptó explícitamente la candidatura ofreció
un “gobierno democrático, antiimperialista y no alineado”, repudió a Sendero
Luminoso y a todo tipo de terrorismo, señaló la necesidad de aislar los
intentos de enfrentar al pueblo con la Fuerza Armada y anunció la decisión de
invitar a otras fuerzas a integrarse a IU.
El mitin multitudinario precedía a decisiones que
en los siguientes días tendrían que tomar unas 180 personas en el IV Comité
Directivo Nacional Ampliado de IU sobre el programa de gobierno que se
enarbolaría y sobre la fórmula presidencial. La reunión estaba prevista para
los días 6 y 7, pero horas antes al conocerse el retraso de muchos delegados de
provincias, se postergó la reunión por 24 horas. Se iniciaría el domingo y
culminaría el lunes 8 que era feriado. Este retraso permitió reuniones
adicionales del CDN, para ver reajustes finales a los documentos vinculados a
la plataforma de gobierno que acompañaría a la candidatura de Barrantes.
POSICIONES EN PUGNA
Pero lo que más hubo en ese lapso fueron
conversaciones sobre quiénes debían ser los dos acompañantes de Barrantes como
candidatos a las vicepresidencias. Nadie ponía en duda su candidatura
presidencial, pero era en la elección de sus acompañantes donde los partidos
que integraban el frente querían demostrar su fuerza. Fueron múltiples las reuniones
entre dos o tres agrupaciones afines, con algunos independientes identificados
con IU y con el propio Barrantes.
En representación del Partido Socialista
Revolucionario, algunas veces acompañando al secretario general Enrique
Bernales y otras solo estuve en varias conversaciones en esos días. Era el
miembro alterno de mi partido en el CDN desde la fundación de IU, ya que
incluso era mi firma la que estuvo en el documento que dio nacimiento al frente
en setiembre de 1980. Todos queríamos que la fórmula que se propusiera al CDN
Ampliado fuera de consenso. No resultaba fácil, ya que mientras algunos
consideraban que debía reflejar el peso específico de cada fuerza dentro de IU,
otros consideraban que debía interpretar a sectores más amplios que a la
exclusiva militancia izquierdista. Pasadas más de tres décadas, no tiene
sentido tratar de recordar detalles de esas conversaciones.
La dinámica interna en los cuatro años de
funcionamiento de IU, sin que se pudiera hablar de bloques constituidos sino de
posiciones afines, había puesto por un lado al PSR, al Partido Comunista
Peruano, PCP, y al Partido Comunista Revolucionario, PCR, y por el otro al
Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular, FOCEP, la Unidad Democrático
Popular, UDP, y la Unión de Izquierda Revolucionaria, UNIR. Aunque se cuidaban
las formas, no era raro que “sotto voce” se tildaran
mutuamente de “reformistas” y “ultraizquierdistas”.
Alfonso Barrantes pensaba que su liderazgo fuera
de las estructuras de IU no admitía discusión, pero que adentro se le quería
“encajonar” a posiciones tan radicales que harían muy difícil un triunfo
electoral y, en caso de ganar, inviable el gobierno. En reuniones del CDN no
disimulaba su incomodidad con el entonces diputado Javier Diez Canseco,
secretario general de Vanguardia Revolucionaria principal partido de la UDP.
Esta situación era aún más tensa desde que los integrantes de UDP comenzaron a
trabajar para constituirse en una sola agrupación y que por todos los indicios, tendría como primer secretario general justamente a
Diez Canseco, lo que efectivamente ocurriría un par de semanas después con la
formación del Partido Unificado Mariateguista.
No puedo asegurarlo pero creo que en esos
momentos lo ideal para Alfonso era que al primer grupo señalado se le sumara
UNIR, cuya principal fuerza la constituía el Partido Comunista del Perú, Patria
Roja. Creo que hubiese preferido que se le hubiese confiado designar a sus
compañeros de fórmula aunque explícitamente negó tal posibilidad. Vistas las
diferencias evidentes, ya entonces la unidad de la izquierda era difícil de
mantener, pero aparecía mucho más difícil prescindir de ella. Esto sería el
telón de fondo permanente de las actividades en los siguientes cuatro años.
La eventual prescindencia de la UDP no le
preocupaba a Alfonso, considerando que cuando en algunas conversaciones hablaba
de los peligros de la ultraizquierda era claro que se refería a un sector de la
UDP, ya que
confiaba contar con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, segundo partido
en importancia de la agrupación, incluso a poco de disolverse para integrarse
en el PUM. Se llevaba muy bien con sus dirigentes, en especial su
secretario general Carlos Tapia, tanto
que le sirvió en esos días para salvar la confección de la fórmula presidencial, aunque la solución duró muy poco.
EMPANTANADOS BUSCANDO CANDIDATOS
Aunque se decía que Alfonso prefería tener dos
independientes en la fórmula, en conversaciones con él me quedó
claro que no había tenido éxito en las consultas hechas. En esos días
trascendió que entre los consultados que no aceptaron estuvieron el arqueólogo
Luis Lumbreras, el general Miguel Ángel de la Flor -canciller durante el
gobierno de Velasco-, el historiador Pablo Macera, el académico vinculado a
sectores cristianos progresistas Rolando Ames -quien meses después sería
senador de IU- y el jurista Alberto Ruiz Eldredge. El secretario general de
Acción Política Socialista, partido que días antes se había comprometido a
adherirse a la candidatura de IU, Gustavo Mohme Llona sí aceptó la posibilidad.
Alfonso quería llevar a un independiente a una
vicepresidencia y un dirigente de alguno de los partidos más afines a su
liderazgo en la otra. Aunque se comentaba que podría ser o Jorge del Prado,
secretario general del PCP o Enrique Bernales, secretario general del PSR, tenía
muchísimas mayores posibilidades el primero considerando la antigüedad y
presencia en organizaciones populares de su partido así como su propia
trayectoria de cerca de seis décadas en el movimiento social, además por cierto
de la especial consideración que por él sentía Barrantes. Por otro lado, circulaba
entre un buen número dirigentes de base de IU los nombres de Diez Canseco y
Jorge Hurtado, secretario general UNIR y que hasta cuatro años atrás sólo era
conocido por su apelativo partidario: Ludovico. Evidentemente ninguno de estos
nombres podía agradarle a Barrantes como compañero de fórmula, ya que Ludovico
era con quien menos coincidía entre los integrantes del núcleo central de
Patria Roja, que tenían más de 20 años trabajando juntos desde que rompieron
con el PCP como consecuencia del cisma chino soviético.
A las seis de la tarde del domingo 7, en un local
del sindicato de trabajadores telefónicos, se inauguró el CDN Ampliado que
estuvo debatiendo los documentos vinculados al plan de gobierno. Al día
siguiente continuó el debate pero todos estaban conscientes que no era en esa
sesión dónde se estaban buscando las decisiones más importantes, debido a que paralelamente
la mayoría de los dirigentes del CDN continuábamos buscando la posibilidad de
una propuesta de consenso que tardaba en concretarse…
Se llegó a plantear a Mohme a la primera
vicepresidencia y Del Prado a la segunda. Se consideraba a Mohme como un
independiente en la fórmula por su calidad de empresario progresista y fundador
del diario La República, más que como secretario general de APS. Sin embargo
después de dos intentos se vio que no alcanzaría el consenso en el Ampliado y
Del Prado aparecía como quien ocuparía la primera vicepresidencia. ¿Y la
segunda? Para mantener el equilibrio de tendencias: ¿Diez Canseco o Ludovico?
PROPUESTA IMPENSADA SALVÓ CRISIS
Hay distintas versiones sobre lo que sucedió en
esos momentos de tirantez debido al empantanamiento, pero todas coinciden en
que fue Alfonso quien planteó a Luis Nieto para completar la fórmula. Se
trataba de un poeta comprometido desde su juventud con las luchas de su natal
Cusco, por lo que había sufrido persecución y exilio. Militante de la UDP, cercano
al MIR y antiguo amigo de Barrantes.
Las versiones van desde que Nieto había acudido
al local a buscar un amigo, hasta que lo habían invitado como parte de la
delegación que dentro de la UDP tenía el MIR, aunque también que integraba la
delegación cusqueña de IU. En todo caso a Barrantes le asombró verlo de lejos,
le cambió la cara de tensión que hasta ese momento tenía, pidió a alguien que
lo llamara y se apresuró en plantearlo sorprendiendo a todos, incluido el
propio Nieto que no terminaba de entender cómo en cinco minutos había pasado de
militante a integrante de la fórmula presidencial. Con la propuesta por
todos aceptada, el sector más radical de IU resultó representado por un hombre
que todos respetaban.
La fórmula de Barrantes, Del Prado y Nieto fue
recibida con aplausos y aprobada por el CDN Ampliado, hubo consignas de
reconocimiento a los dos antiguos luchadores izquierdistas que acompañarían al
líder de IU en la campaña presidencial y también alivió al haber superado
momentos de tensión en el frente. Habría tiempo hasta inicios de enero para ver
cómo se podía preservar la unidad al elaborarse la lista al Senado y las listas
a diputados de cada departamento.
Después de estar prácticamente aislados sumergidos
en la búsqueda de acuerdos de consenso desde la tarde del 5 hasta la noche del
8, en la mañana del martes 9 regresamos -por así decirlo- al mundo exterior.
Cuando leímos y escuchamos críticas a la decisión no sólo en medios de
comunicación sino en simpatizantes de IU y dirigentes partidarios que no
participaron en el evento, se decidió evaluarlas. Fueron tan
contundentes que antes de 24 horas de haberse tomado la decisión muchos
comenzaron a pensar -comenzamos, es más apropiado decir- que se trataba de un
error político y electoral.
EL APRA PODÍA GANARNOS LA IMAGEN DE RENOVACIÓN
Hagamos un paréntesis. Aunque casi cinco años
atrás la crisis interna del Partido Aprista Peruano se había producido entre
sectores encabezados por Armando Villanueva del Campo y Andrés Townsend,
nacidos ambos en 1915 y fundadores de la Federación Aprista Juvenil en 1934, que
junto con sus contemporáneos Luis Felipe Rodríguez Vildósola, Nicanor Mujica
Álvarez Calderón, Roberto Martínez Merizalde, Tulio Velásquez y el “hijo
pródigo” Luis Felipe de las Casas Grieve, entre otros, eran reconocidos como la
segunda generación de líderes y dirigentes apristas, no había pasado
al retiro la primera generación, entre los que destacaban Luis Alberto Sánchez,
Ramiro Prialé, Luis Heysen, Carlos Manuel Cox y Fernando León de Vivero,
nacidos a inicios del Siglo XX. Por todo ello, en la década del 70 muchos
decían que en el Apra había una gerontocracia,
más aun cuando en 1978 ganó las elecciones a la Asamblea Constituyente
encabezados por su fundador y líder Víctor Raúl Haya de la Torre de 83 años.
Varios de los partidos de izquierda por la misma época tenían buena parte de la
dirigencia por debajo de los 30.
Contra todo lo previsto en octubre de 1982, el
diputado Alan García había sido elegido secretario general del Apra y desde
febrero de 1984 era candidato a la presidencia de la república. Tres meses
después había cumplido 35 años, la edad mínima para postular. Y junto con él
aparecían como parte de una nueva dirigencia los también diputados Carlos Roca,
Luis Alva Castro y Luis Negreiros, todos nacidos en la década de los 40. En los
meses de pre campaña, la candidatura aprista se había dirigido no sólo a su
fiel militancia y simpatizantes, sino a sectores independientes y
particularmente jóvenes. Estaba tratando de distanciarse de la imagen de
sectarismo que había acompañado al Apra siempre.
Regresemos al 9 de octubre, a partir del análisis
de la candidatura presidencial aprista la única con la que realmente iba a
competir IU, muchos simpatizantes del frente izquierdista opinaban que la
fórmula elegida no era la mejor, ya que hacía muy difícil para Barrantes, poco
más de 20 años mayor que García, llegar al votante independiente presentándose
como la alternativa de lo nuevo, teniendo dos candidatos a las vice
presidencias nacidos en 1910, uno de ellos además secretario general del PCP.
Esa noche en la embajada de la República
Democrática Alemana, hubo una recepción por el 35 aniversario de su fundación cumplido
el sábado 7. Aunque con asistencia de autoridades del gobierno, del mundo
diplomático y académico, había invitados del PCP, PSR, algunos otros dirigentes
políticos y varios intelectuales y profesionales simpatizantes de IU. Los
comentarios que escuché sobre nuestra fórmula presidencial eran bastante
críticos. Guardando el mayor cuidado y respeto por las decisiones de IU,
diplomáticos de los entonces llamados países socialistas me dieron sus puntos
de vista, manifestando sus dudas sobre el acierto en la elección. Me crucé con
Jorge del Prado, nos saludamos cordialmente, pero lo sentí apocado y, por algún
comentario que me hizo, dudoso de su propia candidatura. Algún dirigente
aprista se me acercó para agradecerme por la fórmula de IU…
SIN FÓRMULA PRESIDENCIAL A CINCO DÍAS DEL CIERRE
En la tarde del día siguiente analizábamos la
situación en reunión del comité ejecutivo del PSR cuando nos enteramos que el
PCP consideraba que la fórmula “…no corresponde por su composición al carácter
de IU, como un frente patriótico y democrático, antiimperialista y
revolucionario de los partidos de izquierda y las grandes masas sin partido…”,
por lo que declinaba la candidatura de Del Prado, planteaba incluir un
independiente y dejaba en manos del CDN la recomposición de la fórmula. Esa
noche, en casa de Barrantes hubo una reunión urgente del CDN luego de la cual
éste informó que se había comenzado a rehacerse la fórmula, examinando incluso cómo
serían las listas parlamentarias. Además destacó el desprendimiento de Del
Prado “lo cual no hace sino acrecentar nuestro afecto por él”.
El jueves 11 se iniciaron múltiples conversaciones
para buscar una salida, mientras como reafirmación de la decisión de llegar a
acuerdos paralelamente las seis agrupaciones integrantes inscriben oficialmente
en el Jurado Nacional de Elecciones a Izquierda Unida como alianza electoral.
Alfonso seguía pensando en un independiente para la primera vicepresidencia, pero nadie aceptaba. Se tenía que pensar en otro dirigente partidario que cubriera ese espacio. En esa situación fue lógico que se volviera a hablar de la posibilidad de Enrique Bernales. Así como Del Prado -de quien aprecié mucho sus cualidades personales en los años en que nos tratamos- era lo menos cercano a un independiente, con más de 50 años de militancia en el PCP prácticamente dedicado exclusivamente a labores partidarias. Enrique resultaba el más cercano a cubrir ese perfil considerando sus años de profesor universitario, sus libros publicados, además de ser valorado como uno de los más brillantes senadores. Pero además tenía 30 años menos que Del Prado.
Como obviamente no debía ser Enrique quien tanteara su candidatura con otros partidos, estuve en esos días en varias conversaciones particularmente con Carlos Tapia, con Manuel Dammert, secretario general del PCR, y con Guillermo Herrera, delegado alterno del PCP al CDN. Hacia el día sábado era altamente probable que Enrique integrara la plancha y el problema era encontrar un candidato del sector más radical de IU. ¿Diez Canseco o Ludovico? era la disyuntiva con la cual muchos -Barrantes en primer lugar- no querían encontrarse. Con esa incógnita comenzamos la sesión del CDN en casa del senador Ledesma, el coordinador de turno. Eran las seis de la tarde del domingo 14 y se tenía que definir de todas maneras ya que al día siguiente se cerraban las inscripciones de fórmulas en el Jurado Nacional de Elecciones.
Alfonso seguía pensando en un independiente para la primera vicepresidencia, pero nadie aceptaba. Se tenía que pensar en otro dirigente partidario que cubriera ese espacio. En esa situación fue lógico que se volviera a hablar de la posibilidad de Enrique Bernales. Así como Del Prado -de quien aprecié mucho sus cualidades personales en los años en que nos tratamos- era lo menos cercano a un independiente, con más de 50 años de militancia en el PCP prácticamente dedicado exclusivamente a labores partidarias. Enrique resultaba el más cercano a cubrir ese perfil considerando sus años de profesor universitario, sus libros publicados, además de ser valorado como uno de los más brillantes senadores. Pero además tenía 30 años menos que Del Prado.
Como obviamente no debía ser Enrique quien tanteara su candidatura con otros partidos, estuve en esos días en varias conversaciones particularmente con Carlos Tapia, con Manuel Dammert, secretario general del PCR, y con Guillermo Herrera, delegado alterno del PCP al CDN. Hacia el día sábado era altamente probable que Enrique integrara la plancha y el problema era encontrar un candidato del sector más radical de IU. ¿Diez Canseco o Ludovico? era la disyuntiva con la cual muchos -Barrantes en primer lugar- no querían encontrarse. Con esa incógnita comenzamos la sesión del CDN en casa del senador Ledesma, el coordinador de turno. Eran las seis de la tarde del domingo 14 y se tenía que definir de todas maneras ya que al día siguiente se cerraban las inscripciones de fórmulas en el Jurado Nacional de Elecciones.
FINALMENTE UNA FÓRMULA DISTINTA
El suspenso de la reunión duró muy poco. No sé
exactamente cómo se gestó pero de pronto Barrantes planteó que las candidaturas
vicepresidenciales fueran para Bernales y Agustín Haya de la Torre, diputado de
UDP, quien cubría la necesidad que el sector más radical se sintiera presente
en la fórmula, al mismo tiempo que era una persona con la que se podía llegar a
consensos. Al silencio inicial siguieron intervenciones a favor de la propuesta
que terminó aprobándose por unanimidad y con la satisfacción de todos los
asistentes. Se decidió llamar al flamante candidato para invitarlo a participar
de la reunión que continuaría un tiempo más, mientras alguien preguntaba si ya
tenía 35 años…
Le pedí el teléfono a Ledesma, marqué el número
de la casa de Haya. El mismo me contestó. ¿Estaría esperando la llamada?, me
pregunté. El diálogo fue breve:
- Cucho, hay
reunión del CDN en casa de Ledesma y se ha pedido que vengas.
- Voy para
allá en seguida.- Espera, ¿ya tienes 35 años?
- En diciembre cumplo 36…
- Entonces vente rápido…
Mientras tanto en un clima de gran fluidez se pasó
a tomar otros acuerdos que incluían la conformación de los primeros puestos de
la lista del Senado y de la de Diputados por Lima. Pero es otra historia.
Al día siguiente a las siete de la noche, para
variar en el último día, se inscribió la fórmula Barrantes, Bernales y Haya
ante el Jurado Nacional de Elecciones, mientras se comenzaban a producir
comentarios de analistas independientes considerando como un gran acierto de IU
la modificación de su fórmula presidencial.
Parece mentira pero con ciertas diferencias, se mantienen las dificultades para la creacioin de UN FRENTE. Quizá promovido POR NO CANDODATOS AHORA Y NUNCA que sean respetados y garanticen reglas claras para el proceso de designacion de candidatos y sobre todo de trabajar POR TODOS y no por un grupo que lo conforma. Eres parte de la historia voviente y me siento honrado con tu amiostad
ResponderBorrarExcelente crónica Don Alfredo,saludos por casa.
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