viernes, 31 de marzo de 2023

SE PROTESTA, PERO SE GOBIERNA (1984)

“Han sido tres años intensos” fue mi respuesta cuando el general Leonidas Rodríguez Figueroa me preguntó cómo me sentía a una hora de que Alfonso Barrantes Lingán jurara como alcalde de Lima. Estábamos conversando en su casa a las diez de la mañana del primero de enero de 1984. 

Leonidas, presidente del Partido Socialista Revolucionario, PSR, acababa de recordarme que la relación con otros partidos de izquierda había sido una de mis mayores tareas partidarias desde la fundación del PSR y muy especialmente mi participación en las reuniones que culminaron en la fundación de Izquierda Unida, IU, en septiembre de 1980 (Ver crónica “Izquierda: encuentros y desencuentros” del 20 de febrero de 2015).

Poco después se unió a nosotros el entonces senador Enrique Bernales, secretario general del PSR, y partimos hacia el local de la municipalidad en la Plaza de Armas, que años después retomaría su nombre original de Plaza Mayor. Mientras nos trasladábamos hasta el centro de la ciudad, comentamos sobre el enorme apagón de la medianoche, justo en el momento que todos pensaban en abrazarse por el nuevo año. Se arruinó la fiesta masiva de las bases de IU, donde Henry Pease pensaba obtener fondos para pagar deudas de la reciente campaña electoral, les dije. Una semana antes, el día de Navidad, mientras conversábamos en su casa, Henry se sentía aliviado por la idea de una fiesta en el inmenso local de la Feria del Pacífico, en la que se obtendrían los fondos (Ver crónica “Años nuevos a oscuras” del 30 de diciembre de 2022).

JURAMENTACIÓN DE BARRANTES: HECHO HISTÓRICO

A las once de la mañana estábamos los tres sentados en el salón principal del municipio de Lima. Miles de militantes de IU seguían la ceremonia desde la plaza gracias a los altoparlantes allí instalados. El alcalde saliente, Eduardo Orrego, de Acción Popular -el partido que jefaturaba el presidente de la república, Fernando Belaunde Terry- remarcó que la trasmisión del cargo a quien pertenecía a una agrupación política distinta era una muestra de reafirmación democrática. Pero no era una sucesión cualquiera. ¡Por primera vez en la historia, una agrupación de izquierda alcanzaba un cargo de tal importancia en el Perú!

Barrantes después de jurar como alcalde, tomó juramento a los veintiún regidores de IU y a los dieciocho de oposición pertenecientes al Partido Aprista Peruano, al Partido Popular Cristiano y a Acción Popular. A Leonidas, a Enrique y a mi nos dio particular satisfacción el juramento, como primer regidor o teniente alcalde, de Henry Pease ya que estábamos seguros de que sería una garantía para la eficiencia del equipo de regidores y técnicos de IU. También aplaudimos entusiasmados a otro regidor, nuestro compañero Mariano Benites, integrante del PSR desde los inicios partidarios.

LO CORTÉS NO QUITA LO VALIENTE

Terminadas las juramentaciones, Barrantes planteó un cuarto intermedio para que una comisión multipartidaria se dirigiera a palacio de gobierno para invitar al presidente a la sesión de instalación del nuevo concejo municipal. Belaunde aceptó y se dirigió caminando al local municipal. Tanto a su llegada como a su salida tuvo que soportar algunas rechiflas, provenientes de una parte de quienes seguían la sesión desde la plaza, aunque las pifias trataron de ser calladas por otros sectores de los manifestantes presentes. Cuando terminó la sesión, en una breve conferencia de prensa, Barrantes condenó la actitud de algunos sectores en contra de Belaunde. Se comentó que el nuevo alcalde había dicho que “lo cortés no quita lo valiente” y que cuando se invita a la casa no se puede agraviar al invitado…

Independientemente de cualquier consideración administrativa, el alcalde de Lima es la segunda figura política en el Perú inmediatamente después del presidente de la república. Aunque no estaba prevista la asistencia de Belaunde, Barrantes había hecho saber que le gustaría que estuviera en la ceremonia. Trascendió en medios políticos, que un sector del gobierno no quería arriesgarse a algún desaire por parte de quiénes por ser integrantes de una fuerza opositora podían aprovechar para algún gesto contra el presidente de la república.

Ya con el presidente en la sesión, el nuevo alcalde de Lima manifestó su rechazo a los “apagones”, aludiendo al producido doce horas antes, y reafirmó su condena al terrorismo que consideró incompatible con una verdadera vocación revolucionaria. Por otro lado, luego de expresar que la vocación democrática de IU permitía “discrepar manteniendo la altura”, mostró su preocupación por la situación económica de las grandes mayorías y expresó su rechazo a la política económica implementada por el régimen. Al final de su discurso, cuando se refirió al compromiso de hacer una gestión municipal eficiente, Barrantes expresó unas frases que se aplicarían estrictamente a la conducta de su administración, al señalar que: “se podrá decir que la izquierda alguna vez metió la pata, pero nunca que metió la mano…”.

El presidente Belaunde cerró la sesión remarcando que su presencia en ese acto era porque se trataba de un episodio de reafirmación democrática. Por otro lado, dijo que la responsabilidad de gobernar Lima del flamante alcalde, le serviría para descubrir que la situación económica del país es producto de la crisis internacional. Desde la particular visión del presidente, cuando se refirió al terrorismo, condenó las influencias foráneas que generaban acciones violentistas en el Perú.

PASAR DE LAS PROTESTAS A LAS PROPUESTAS

Terminada la ceremonia nos acercamos a saludar y felicitar a quienes habían juramentado, y conversar con otros dirigentes de partidos integrantes de IU. Ese mediodía me quedó la impresión que algunos no tenían aún conciencia que la izquierda -bastante experimentada en la protesta y aun no acostumbrada a la propuesta- tenía que estar en condiciones de gobernar Lima desde ese momento.

Tengo muchos recuerdos del día que se inició la gestión de IU en el municipio de Lima. La alegría desbordante de la gente en la plaza y en las calles, el escepticismo sobre la capacidad de gestión de una administración izquierdista que expresaron muchos medios de comunicación, el temor no disimulado de varios sectores políticos de que Barrantes utilizara su cargo sólo para promocionar su candidatura para las elecciones presidenciales de abril del año siguiente, etc. En esta oportunidad quiero retroceder casi cuarenta años, cuando muchos nos preguntábamos cuál sería el comportamiento cuando izquierdistas no sólo denunciaran un problema sino fueran los responsables de solucionarlo…

En ese mes se convocaron no menos de cinco reuniones del Comité Directivo Nacional de IU, CDN-IU, y por lo menos en tres se hablaron de asuntos municipales. Pero sí algo se trató con especial urgencia fue la invasión de terrenos por parte de pobladores que buscaban construir sus viviendas. Algunos de los terrenos aparentemente baldíos, pertenecían a empresas privadas que reclamaron considerando que se estaba atentando contra sus propiedades, incluso el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias acusó a IU de propiciar las invasiones. Barrantes se manifestó en contra de las invasiones a terrenos privados, pero señalando que existía gente pobre que necesitaba un sitio donde vivir. En esos días los senadores Ángel Castro Lavarello y Rolando Breña y al diputado Horacio Zeballos parlamentarios de UNIR -Unión de Izquierda Revolucionaria- y por tanto integrantes de IU, firmaron como adherentes un comunicado en el que dos asentamientos humanos señalaron que de los dos terrenos que ocupaban, uno no tenía instalaciones industriales y otro era el de una ladrillera que no funcionaba desde tres años antes. Asimismo, estos parlamentarios participaron de algunas movilizaciones de pobladores, motivando señalamientos de la prensa a IU como promotora de las invasiones.

GRAN PROYECTO HECHO REALIDAD

La falta de vivienda en los sectores populares era evidente. Estaba bien apoyar las demandas de terrenos. Pero se trataba sobre todo de comenzar a solucionar el problema.

En el CDN-IU, Pease explicó que -como forma de afrontar la falta de vivienda- el plan de gobierno municipal de IU tenía tres proyectos de desarrollo urbano y que se estaba en condiciones de dárseles inicio en pocas semanas. Se contemplaba uno en el Cono Sur en las Pampas de Manchay, otro en el Cono Norte en las Laderas del Río Chillón y en el Cono Este en las Quebradas de Huaycán.

Alguien podría decir que una cosa es tener un plan y otra ejecutarlo, pero lo que sucedió en Huaycán es una demostración que cuando se une voluntad política, capacidad técnica y gestión honesta con organización popular, es posible sacar adelante importantes proyectos.

En menos de 60 días de iniciarse el gobierno de IU en el municipio de Lima, surgió el Proyecto Especial Huaycán, cuyos impulsores -asociaciones y cooperativas de vivienda- venían trabajando desde el año anterior con el alcalde distrital de Ate Vitarte, Franklin Acosta militante de IU. Los asentamientos humanos de Ate Vitarte, Chaclacayo y El Agustino solicitaron la adjudicación de las quebradas de Huaycán y en febrero el municipio decidió iniciar la ejecución de su plan piloto en acuerdo con los adjudicatarios y se nombró al arquitecto Eduardo Figari Gold como director de la Secretaría Ejecutiva responsable del Proyecto. El 3 de mayo de 1984, por una resolución de la Alcaldía, se estableció el “Proyecto Especial de Habilitación Urbana de Huaycán”. Figari llamó a todos los representantes de las organizaciones empadronadas en el proyecto para discutir y recibir aportes durante dos meses del proyecto. El 13 de julio, se realizó la última reunión de coordinación, con la presencia de Barrantes. Allí se acordó la ubicación de cada una de las agrupaciones vecinales y todas se comprometieron a respetarla.

Seis meses y medio después de la juramentación de Barrantes como alcalde de Lima, el 15 de julio de 1984, se produjo organizada y pacíficamente, la toma de tierras en las quebradas de Huaycán por miles de familias. Las distintas organizaciones que existían decidieron agruparse en el Comité de Gestión del Programa Especial de Habilitación Urbana del Área de Huaycán, única entidad de dirección y decisión dentro del proyecto. La presidió Eduardo Figari, quien así siguió adelante con el impulso del plan maestro. Un año después se fundó la Asociación de Pobladores del Asentamiento Humano Huaycán, para avanzar en el modelo de organización de los pobladores.  En 1987 se creó la Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán.

Cuando a mediados de julio de 1984 conversábamos en el CDN-IU sobre los avances del trabajo municipal, Huaycán nos mostraba que era totalmente posible que la protesta se acompañara de la propuesta…

DIRIGENTE POLÍTICO Y EXTRAORDINARIO PROFESIONAL

Eduardo Figari había integrado el CDN-IU desde la fundación de Izquierda Unida hasta diciembre de 1983. Era secretario general del partido Vanguardia Revolucionaria - Proletario Comunista -VR-PC- integrante de UNIR y en representación de ésta integraba el CDN-IU. Al desligarse de UNIR, VR-PC deja el CDN-IU. Poco después se autodisuelve.

La labor de Figari en Huaycán resulta invalorable. Años después, retirado de la actividad política, fue el arquitecto responsable de Larco Mar, concurridísimo espacio público y una de las obras arquitectónicas más significativas de Lima en las últimas décadas. 

1 comentario:

  1. magnífico artículo, felicitaciones Alfredo, saluos de C.MEZA INGAR

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