martes, 30 de julio de 2019

IZQUIERDA Y SÍMBOLOS PATRIOS (1976–1980)


La celebración de las Fiestas Patrias es una buena ocasión para retroceder más de cuarenta años y recordar las primeras ocasiones en que, dentro del ámbito de la izquierda peruana, algunos nos dedicamos a buscar que revolución y nacionalismo dejaran de ser percibidos como sentimientos divorciados y lentamente empezaran a ser apreciados como complementarios. A fines de noviembre de 1976 habíamos fundado el Partido Socialista Revolucionario, PSR, y en su manifiesto inicial se había reconocido las trascendentales reformas estructurales realizadas desde el 3 de octubre de 1968 hasta el año anterior en el proceso conducido por la Fuerza Armada.

En las primeras líneas de ese documento se afirmaba que buscábamos “...la construcción del Socialismo Peruano que haga del Perú un país nacionalista e independiente en pleno ejercicio de su soberanía y una sociedad en la que impere una auténtica democracia, la justicia social y la libertad…” (Ver crónica “Nace un nuevo partido” del 21 de noviembre de 2014). También se señalaron conceptos como la búsqueda de garantizar la Seguridad Nacional, incluyendo la participación popular o menciones al no alineamiento internacional.

Destacaba mucho el lema final del manifiesto; “Por la patria con el pueblo”, cuando no era usual el término “patria” en los documentos izquierdistas. Más aun, ese sería el único lema del PSR en los quince años en que allí militamos y que utilizábamos al finalizar tanto comunicados públicos, como comunicaciones con instituciones y con otras fuerzas políticas, así como para mensajes internos.

SENTIMIENTO NACIONALISTA

Era evidente que nuestra organización había nacido en gran parte como producto de la identificación con las reformas importantes producidas en la etapa en que el llamado gobierno revolucionario de la Fuerza Armada estuvo bajo la conducción del general Juan Velasco Alvarado. Y en ese período, justamente el país había vivido una creciente revalorización de los sentimientos patrióticos. En numerosas ocasiones grandes concentraciones populares se habían producido teniendo como única bandera a la peruana. Muchos de los que fundamos y comenzamos a hacer vida partidaria en el PSR habíamos participado de movilizaciones y actos donde la bandera peruana estaba al frente y donde el himno nacional daba inicio a los distintos discursos, por lo que no nos incomodó las menciones a la patria o al patriotismo en documentos partidarios. ¡Muy por el contrario!

En esa época inicial del PSR aún no podíamos imaginar cómo podía desbordarse el sentimiento nacionalista y de identificación con una etapa de la vida política del país. Recién tendríamos oportunidad de observar una situación así cuando el 26 de diciembre de 1977 se produjo el entierro del general Velasco -fallecido dos días antes- que dio ocasión a la más grande movilización producida hasta ese momento en Lima. Fueron cientos de miles de personas que quisieron acompañar la marcha de los restos del ex presidente hasta el cementerio (Ver crónica "Velasco en hombros del 18 de diciembre de 2017). Es que el sentimiento nacionalista y patriótico mucho tenía que ver con la figura de Velasco, a quien inmensos sectores de peruanos sentían nacido del pueblo mismo e identificado con sus anhelos.

LAS BANDERAS PERUANAS EN LAS CALLES

Pero olvidemos el contexto político de esos años y dejemos de lado también las menciones a la patria de los primeros documentos del PSR y vayamos a la actividad política en concreto. No existía en los primeros meses de existencia del PSR una bandera partidaria, aunque hubo muy pocas movilizaciones partidarias. En realidad en esa etapa lo significativo fueron las pintas. Es decir, la mayoría de acciones de propaganda fueron clandestinas realizada por grupos de militantes partidarios. Fueron pintas de las tres letras iniciales del nombre del partido apresuradamente pintadas en los muros. En las pocas ocasiones que hubo necesidad de movilizaciones, casi espontáneamente nuestra militancia en distintas regiones del país utilizaba su bandera es decir la bandera peruana para portarla en las distintas marchas.

Superados todos los obstáculos que nos habían puesto para participar en las elecciones para la Asamblea Constituyente (Ver crónica “Constituyente: carrera con obstáculos” del 26 de septiembre de 2017), con la llegada el 16 de abril de 1978 de nuestros dirigentes deportados y asilados dimos inicio a nuestra campaña electoral sabiendo que teníamos mucha desventaja frente a los partidos de derecha que no sólo no habían tenido obstáculos para iniciarlas sino además contaban con muchos recursos para invertir en publicidad. No nos podíamos imaginar que nuestra franciscana campaña sólo duraría unos 40 o 42 días ya que otra vez el gobierno decidió perseguirnos (Ver crónica “Clandestinidad y deportación” del 24 de junio de 2016).

En las poquísimas semanas de campaña el PSR organizó mítines y movilizaciones y como en esos momentos banderas partidarias no existían, se hicieron algunas de colores diversos y se recurrió naturalmente a las banderas peruanas. Sería recién poco antes de la instalación de la Asamblea Constituyente que apareció la bandera del PSR de color naranja con las iniciales partidarias en letra negras. Fue ideada por José María Salcedo y durante un buen tiempo destacó frente a varias versiones de color rojo y algunas verdes de los otros partidos de izquierda.

ENTONANDO EL HIMNO EN MÍTINES POPULARES

Pero dejemos por un rato la bandera y hablemos de otro signo patrio, el himno. Aunque antes de esa corta campaña electoral, Andrés Soto uno de los cantautores más importantes de las últimas décadas había compuesto una marcha partidaria con el título "Por la patria, con el pueblo” lamentablemente fue muy poco utilizada y no logró difundirse lo suficiente. Por eso, cuando se realizaban los mítines de nuestros candidatos después de “calentar” el ambiente con arengas se veía como natural dar inicio formal al acto con la entonación del himno nacional.

Algunos con bastante experiencia partidaria y muchos sin ningún tipo de antecedente político, todos los comprometidos en el nuevo partido coincidían en haber vivido en la época de Velasco la adhesión a una serie de medidas revolucionarias que eran celebradas en actos masivos en que se desarrollaban a plenitud comportamientos patrióticos como los vítores por el Perú, la entonación de nuestro himno y la agitación de banderas peruanas.

Cuando el 28 de julio de 1978 se instaló la Asamblea Constituyente, los cuatro contingentes de izquierda que en total tenían 28 de los 100 constituyentes, se vieron obligados a tener un mínimo de coordinación particularmente cuando se realizaban marchas al local del Parlamento pidiendo el apoyo a diversas luchas populares, acompañadas muchas veces de militantes de los diversos partidos de izquierda. En esas oportunidades ya desfilamos con nuestras banderas naranjas pero sin dejar de levantar también banderas peruanas. Lo mismo ocurría con las movilizaciones de nuestra militancia en distintas regiones del país, aunque en muchos casos aún no estaba difundida la bandera naranja y se utilizaba sólo la bandera peruana para portarla en las distintas marchas.

CAMPAÑA CON SÍMBOLOS PATRIÓTICOS

Pero terminada la Constituyente y dejando de lado apoyos conjuntos a determinadas demandas populares, hubo que afrontar otro tipo de actividades políticas que ya no suponían coincidencias puntuales sino por periodos de varios meses, las alianzas electorales frente a las elecciones generales del 18 de mayo de 1980. Para ello, el PSR trató de integrar un frente muy amplio pero las circunstancias políticas terminaron por reducirlo a una alianza con el Partido Comunista Peruano, PCP, aunque también intervinieron otras tres agrupaciones menores que no eran partidos oficialmente inscritos.

Tal alianza se denominó Unidad de Izquierda y llevó como candidato presidencial al general Leonidas Rodríguez, presidente del PSR. Estar en esa alianza fue una gran prueba para nuestra militancia, ya que se trabajaba con una agrupación que como el PCP tenía una gran organización forjada en más de cinco décadas y con muchos de sus militantes dedicados a tiempo completo al trabajo político.

Pero para las movilizaciones nuestros compañeros no tenían mayores problemas con los símbolos a usar. A los integrantes del PCP les llamaba la atención que espontáneamente se iniciaran mítines entonando el himno nacional, lo cual era inusual en actos masivos de izquierda, pero no lo veían mal. ¡Y cómo podían discrepar, si el candidato presidencial de Unidad de Izquierda era un general del Ejército Peruano! Y no les llamaba la atención que junto a sus banderas con la hoz y el martillo estuvieran las banderas naranjas del PSR y… banderas peruanas. Hay que considerar que el hecho que el PCP hubiese apoyado a gran parte de las medidas del gobierno del general Velasco significó que entendieras mejor algunos rasgos distintivos de aliados como nosotros que -a diferencia de cualquier otro agrupamiento de izquierda- enarbolamos con orgullo símbolos como la bandera peruana o el himno nacional.

AUNQUE DISTINTOS ÉRAMOS PARTE

Fracasadas las distintas candidaturas de izquierda en las elecciones generales de 1980, con presencia significativa pero muy por debajo de las expectativas en las cámaras de Senadores y Diputados, instalado el gobierno de Fernando Belaunde Terry el 28 de julio, a mediados de setiembre y luego de largas semanas de múltiples reuniones, tensas negociaciones y búsqueda de propuestas unitarias, se formó la alianza electoral Izquierda Unida para enfrentar las elecciones municipales del 23 de noviembre llevando como candidato a la alcaldía de Lima a Alfonso Barrantes Lingán (Ver crónica "Lanzamiento de Barrantes para forzar la unidad” del 28 de enero de 2014).

Para los militantes del PSR las relaciones en los comités de base de IU, no fueron tan cómodas con en Unidad de Izquierda. No sólo porque se trataba de más organizaciones, que incluso comprendían a dos frentes uno de los cuales era integrado por unos diez partidos. También debido a qué -salvo el PCP- eran agrupaciones que habían hecho muy fuerte oposición al gobierno de Velasco. Y si bien algunas habían desarrollado buenas relaciones con nuestro partido en los meses anteriores, otras nos toleraban pero trataban de puntualizar las diferencias que podíamos tener. Pero la formación de IU significó también un esfuerzo de tolerancia de todos los que la integramos, sabíamos que podíamos ser distintos pero al mismo tiempo que todos éramos parte del frente.

Hay que considerar que en esa etapa inicial había escepticismo frente a las posibilidades de IU de perdurar. El resultado de los comicios hizo que todos entendieran que IU debía continuar. A nivel nacional, Acción Popular el partido del presidente Belaunde tuvo 36%, IU 23%, el APRA 22% y el Partido Popular Cristiano 11%. En Lima Eduardo Orrego de Acción Popular fue elegido alcalde Lima con más del 35 % de los votos y Barrantes quedó segundo con poco más que el 28% y desde ese momento se convirtió en líder indiscutible de la izquierda, incluso poco después fue designado presidente de IU por los partidos que integraban el frente.

INTENTO DE LLAMADA DE ATENCIÓN

Debido al resultado electoral, en las siguientes semanas hubo actos y reuniones para analizar y celebrar el éxito de IU. En uno de ellos, me parece que en los primeros días de diciembre y ya casi cuando terminaba, un dirigente intermedio de uno de los partidos integrantes de IU me habló en torno a la participación del PSR en algún mitin distrital en la reciente campaña electoral. Me dijo que hubo un exceso “pequeño burgués” de parte de integrantes de base del PSR que habían enarbolado varias banderas peruanas al momento del ingreso de Barrantes al acto. Me lo señaló en buen tono, cómo tratando de evitar que en el futuro militantes nuestros “metan la pata”, dijo que había que insistirles que era muy importante que la izquierda afirmara su propia imagen y marcara distancia de sus rivales. Que había que evitar confundirse con los símbolos que muchas veces enarbolaran los partidos de derecha.

Como el ambiente era más de celebración, le dije en igualmente con buen tono que había que analizar también con criterio más político el que militantes o simpatizantes de IU decidieron levantar la bandera peruana, ya que en esa etapa en que estaban muy cerca aún los años de ferviente nacionalismo con Velasco era cuando menos debía desecharse símbolos como la bandera que la mayoría del pueblo peruano siente como suyo y regalarlo para que sólo lo utilicen los partidos de derecha. Como finalizando la conversación, ya que estábamos cerca de la salida, le indiqué que nosotros -y no sólo para esa etapa- pensábamos que la bandera, el himno, los héroes, diversos personajes destacados debían ser patrimonio del pueblo y no cederlos fácilmente a la derecha.

EL ORIGEN DE LA BANDERA COMO SÍMBOLO

Mientras tenía esa conversación, en pocos segundos recordé que en las primera semanas de 1980 cuándo no teníamos muy claro si finalmente iba a concretarse la alianza que veníamos trabajando con el PCP, el FOCEP y otras fuerzas no descartamos la posibilidad de participar solos en las elecciones generales. De hecho no era nuestra mejor opción visto lo sucedido en las elecciones de la Constituyente donde la falta de bases organizadas y de recursos, nos mostró que a pesar de tener un excelente mensaje las posibilidades de un buen resultado disminuían mucho.

Frente a la eventualidad de ir solos y como -a diferencia de las elecciones anteriores en que el Jurado Nacional de Elecciones asignó una letra a cada partido como símbolo para las cédulas electorales- esta vez cada agrupación tenía que definir su símbolo, habíamos pensado que el nuestro podía ser una bandera no sólo porque era fácil de recordar y de dibujar sino también porque la bandera peruana había sido adoptada como forma de identificación de la presencia del PSR en las movilizaciones de los últimos meses. Quizás pensando en esto, luego de constituida la alianza Unidad de Izquierda ante el Jurado Nacional de Elecciones por el PSR y el PCP resultará casi natural que ante la necesidad de señalar un símbolo para la alianza plantearemos utilizar una bandera, lo que fue aceptado sin mayores problemas por los dirigentes del PCP.

Cuando en octubre de 1980 hubo que señalar un símbolo de IU para la cédulas electorales municipales, se dijo que los símbolos utilizados en las elecciones generales pertenecían a los partidos o frentes inscritos y, cuando se estaba pensando en alguna fórmula para definirlo, me acuerdo que Raúl Núñez del PCP sostuvo las ventajas prácticas de utilizar una bandera como símbolo e indicó que la bandera no estaba identificada con ninguna corriente partidaria y no pertenecía a ninguna agrupación inscrita ya que UI había desaparecido al culminar el anterior proceso electoral. Se aprobó sin ningún problema. En ese momento pensé -aunque me cuidé de decirlo- que la bandera que habíamos pensado como símbolo de peruanidad también lo era de la unidad.

A VECES ES MEJOR CALLAR

Vuelvo a la noche de diciembre de 1980. Nos despedimos del dirigente de otro partido de IU con un fuerte apretón de manos y con un “ya tendremos una conversación sobre la bandera” que por cierto no se produjo nunca más. Tuve ganas de comentarle si no sabía de dónde se originó la bandera -exitoso símbolo que IU había presentado en esa campaña electoral- pero no lo hice…

La historia del símbolo de IU había recorrido mi mente en pocos segundos, por lo que en esos momentos hubiera estado muy satisfecho de contársela, pero me contuve. Me acordé de mi gran amigo Federico Velarde, una de las personas de quien acompañándolo en múltiples reuniones y conversando permanentemente, había recibido buena parte de mi formación en el análisis político. Él siempre me dijo que habían datos que era mejor no mostrar para que no los encuentre quien quisiera escribir nuestra biografía, currículo o... prontuario, sino para usarlos nosotros mismos si algún día escribíamos nuestras memorias. Por eso, la satisfacción que no expresé con ocasión de esa pequeña desavenencia hace 39 años, la revelo ahora en estas crónicas que son ciertamente las memorias de mi actividad política en el siglo pasado.

3 comentarios:

  1. Hace añis, Davico Tejada Pardo pasó x Montevideo donde yo trabajaba en la Unesco y me dio su tarjeta de PSR con la imagen de Salvador Allende como logo! Tuve una enorme desazón y decepción.

    ResponderBorrar
  2. Desde los primeros documentos del PSR, cuando se ponían imágenes sólo eran tres: Tupac Amaru, Mariátegui y Velasco. Nunca la imagen de Allende, la cual sí estaba en el logotipo de la Coordinación Socialista Latinoamericana que el PSR integraba

    ResponderBorrar
  3. Por la patria con el pueblo...
    con el pueblo al socialismo

    Ese era el grito del Partido.

    ResponderBorrar