jueves, 1 de noviembre de 2012

VOTANTE BRASILEÑO NACIDO EN PUNO (1959)

Cuando tenía apenas cuatro meses de haberme inscrito en la Democracia Cristiana se iniciaron las actividades preparatorias del primer Congreso Latinoamericano de Juventudes Demócratas Cristianas que se realizaría a finales de octubre de 1959 y con ellas mi primera experiencia en política internacional partidaria. Fui convocado para integrar una de las secretarías de la comisión organizadora y por cierto que me dediqué con mucho entusiasmo a colaborar en el trabajo de comunicaciones de este evento continental.

Pocas semanas antes de la inauguración me enteré de dos cosas. En primer lugar a la delegación peruana, por ser el país anfitrión, se le consideraba un número amplio de delegados, me parece que unos treinta. Pero en segundo lugar, que todos los que integrábamos la comisión organizadora seríamos delegados. Aunque en ese momento no lo sabía, iba a asistir al nacimiento de la JUDCA, Juventud Demócrata Cristiana de América Latina, que me tocaría presidir por alrededor de un año una década después. Y así a mis 17 años recién cumplidos y cuando no había alcanzado aún mi talla adulta, pude participar desde la preparación en un evento que aglutinaría a los sectores juveniles de los partidos demócratas cristianos, la mayoría de los cuales recién habían nacido.

La reunión se realizó en paralelo al Quinto Congreso Internacional de la Democracia Cristiana. Mientras este evento se hizo en las nuevas y modernas instalaciones del hotel Maury, la reunión juvenil se desarrolló en el anexo que en realidad correspondía al antiguo y casi centenario local del hotel. Entre el 27 y el 30 octubre 1959 se realizaron ambos eventos. En el de la juventud participaron, además de la peruana, las juventudes de Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia, Venezuela y Panamá.

Róger Cáceres, diputado por Puno, secretario general departamental de Lima de la Juventud DC y que había presidido la comisión organizadora, fue elegido unánimemente presidente del Congreso Juvenil. Le faltaban semanas para cumplir 30 años. Pero se trataba ya en ese momento de un fogueado político. Había presidido la Federación Universitaria de Arequipa entre 1954 y 1955 y participado de los enfrentamientos al gobierno del general Odría en esa ciudad. Estuvo entre los promotores del Movimiento Demócrata Cristiano en Arequipa, que junto con otros núcleos departamentales constituyeron en enero de 1956 el Partido Demócrata Cristiano, luego de lo cual viajó a su natal Juliaca para armar la lista parlamentaria DC por Puno, donde además de él, electo diputado a los 26 años, resultó elegido senador Juan Chávez Molina, destacado jurista y su maestro en Arequipa.

Regresemos a 1959. Al tratar a los delegados extranjeros llegados a la reunión de la Juventud, comprobé que era muy distinto el desarrollo de cada uno de los partidos asistentes a las reuniones de Lima. Mientras la delegación uruguaya representaba a un sector del partido Nacional o Blanco en proceso de convertirse en Partido Demócrata Cristiano, en los casos boliviano y panameño eran dos jóvenes agrupaciones con muy poca experiencia todavía y que participaban de sus primeras reuniones internacionales. El Partido Demócrata Cristiano de Brasil estaba en realidad iniciando un desarrollo que nunca se concretó y que esos tiempos estaba circunscrito principalmente a Sao Paulo. Y el PDC peruano, que estaba recién por cumplir cuatro años de fundado, había desarrollado muy poco, aunque tenía un sólido prestigio en el país basado en la calidad de su Grupo Parlamentario, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, que nos lleva a afirmar hoy -más de 50 años después- que no hubo desde entonces ninguna bancada en el congreso peruano que lo superara.

PRIMER CONGRESO DE JÓVENES DC DE AMÉRICA

Evidentemente los casos de Venezuela y Chile eran totalmente diferentes a los otros partidos. El COPEI o partido socialcristiano de Venezuela tenía más de una década de fundado y había pasado gran parte de su historia luchando contra la dictadura del general Pérez Jiménez. De hecho sólo tenían poco menos de dos años de haber recuperado la legalidad y varios de sus dirigentes no sólo habían sufrido persecución sino también largas reclusiones. En las elecciones inmediatamente después de la caída de la dictadura, su principal líder, Rafael Caldera, había quedado en segundo lugar en las elecciones presidenciales. El Partido Demócrata Cristiano de Chile, aunque no con ese nombre, se había iniciado casi 20 años antes, cuando la juventud del partido conservador rompió con éste para formar la Falange Nacional de pensamiento social cristiano y que en 1957 había asumido el nombre de Demócrata Cristiano. Su principal líder, Eduardo Frei Montalva, había resultado tercero en recientes elecciones presidenciales.

Estábamos entonces en una reunión con los sectores juveniles de dos importantes partidos, cuyo futuro exitoso ya se podía avizorar y cinco agrupaciones o proyectos de partidos bastante incipientes. La historia confirmaría esta apreciación, ya que en 1964 Frei sería elegido presidente de Chile y en 1968 Caldera sería ungido presidente en Venezuela.

No voy a entrar en detalles del desarrollo de este congreso. Sí sobre la forma anecdótica en que se realizó la elección del primer presidente de la JUDCA. En la mañana del día final del Congreso, estoy casi seguro que un domingo, mientras se terminaba el último plenario sobre los estatutos o reglamento de lo que sería la organización continental, en los pasillos se conversaba sobre quién podría ser su primer presidente. Chilenos y venezolanos como integrantes de partidos más desarrollados tenían en mente presidir el organismo que se estaba creando. Pero siendo la delegación chilena integrada por gente de gran calidad, bastante experiencia y muy pareja, no tenían presente en la reunión un líder destacado que descollara, por lo que era casi un sobrentendido que la presidencia debería recaer en el venezolano Hilarión Cardozo. Se trataba de un combativo dirigente universitario perseguido y recluido en prisión en la época de la dictadura militar en su país y que al reinstaurarse la democracia había sido elegido diputado. No sólo era un parlamentario joven sino presidia la juventud copeyana. Además era un excelente orador, como lo comprobamos en ese congreso.

Durante la realización de ese último plenario, Róger Cáceres pidió permiso por una hora para llevar al aeropuerto al único delegado por Brasil, un joven diputado de Sao Paulo. En esa época se necesitaba menos de media hora para llegar del centro de Lima al aeropuerto de Limatambo que quedaba en las afueras de San Isidro, en el local que hoy ocupa el ministerio del Interior. A su regreso no se reincorporó a dirigir las sesiones sino se sentó entre los delegados. Poco después, como acto final del Congreso se realizaron las elecciones para la primera directiva de la JUDCA. Como primer punto se tenía que elegir al presidente. La delegación chilena planteó el nombre de Cardozo y la boliviana el de Cáceres. Hay que advertir que si bien hubo una excelente relación en los siguientes años entre las JDC de Bolivia y el Perú, en esa oportunidad en que recién se conocían dirigentes de los dos países, Róger había hecho muy buenas migas con la delegación boliviana remarcándoles que, por ser puneño, era también del Altiplano.

Comenzó la votación en orden alfabético. La delegación de Bolivia votó por Cáceres. La de Chile por Cardozo. La bisoña delegación panameña que integraban tres dirigentes, una joven entre ellos, con el peruano Federico Velarde al costado ya que no se les había despegado ni en las actividades de la reunión ni en las extra congresales, votó por Cáceres. El voto peruano lo expresó Enrique Carrión, joven lingüista y profesor universitario que poco después se alejaría de la actividad política para perfeccionarse en el exterior y convertirse en un importante académico. Obviamente su voto fue por Cáceres. El voto uruguayo fue por Cardozo y el de Venezuela por cierto que también por su destacado líder. Un silencio total siguió a la votación: los candidatos estaban empatados 3 a 3 y muchos comenzaban a romperse la cabeza por saber cómo solucionar el impasse.

No había pasado ni medio minuto cuando se rompió el silencio y todos los asistentes escucharon pedir la palabra a Róger. Concedida ésta, el diputado peruano recordó que había llevado al aeropuerto a su colega brasileño y añadió que éste preocupado por tener que partir antes de la culminación del Congreso le había delegado su voto. Y antes de que nos diéramos cuenta de lo que eso significaba, añadió algo así: “La delegación de Brasil vota para la presidencia por Róger Cáceres”. Otro silencio abruptamente cortado por los aplausos iniciados por bolivianos y panameños a los que se sumó la delegación peruana y luego las otras tres delegaciones, terminó con el director de debates anunciando que Róger Cáceres, por 4 votos a 3 había sido elegido como el primer presidente de la JUDCA.

A nadie se le ocurrió cuestionar esa inusual delegación del voto, a pesar que generó todo tipo de suspicacias que ninguno se atrevió a expresar en voz alta, porque lo peor que podía pasar era poner en riesgo la legalidad de la primera presidencia de la JUDCA. Además el consenso producido en casi todos los temas tratados en el congreso, no propiciaba ningún clima de confrontación sino de confraternidad. Sin embargo, estoy seguro que a muchos les quedó la duda…

RÓGER CÁCERES GANÓ TODAS LAS ELECCIONES

Ganar elecciones sería una práctica común de Róger Cáceres. Como cuando se realizó el I Congreso Latinoamericano de las JDC, en el Perú había organización juvenil sólo a nivel departamental, en marzo del año siguiente se organizó la Juventud Demócrata Cristiana a nivel nacional. Al momento de aprobarse los estatutos, hubo algún debate sobre la edad límite para pertenecer a ella. Se planteó 30 años como máximo, mientras que Róger vehementemente argumentó a favor de los 35. Luego de una corta discusión en que se encontraba en total minoría, Róger estuvo dispuesto a buscar una solución intermedia: 33 años. Como él había sobrepasado los 30 cuatro meses antes, Cáceres, sin ningún rival y sin ninguna limitación estatutaria, fue elegido como el primer Secretario General de la JDC del Perú, el máximo cargo ya que no se instituyó la presidencia.

Pero sería en las elecciones parlamentarias donde Cáceres ganaría todas las elecciones en las que se presentó en el Siglo XX. En las elecciones de 1962 no sólo fue el único reelecto de la brillante bancada parlamentaria DC, sino también el único demócrata cristiano elegido parlamentario, aunque la lista DC por Puno obtuvo un segundo diputado que era un independiente. Anuladas esas elecciones, Róger sería elegido al año siguiente diputado por su departamento encabezando la lista de la Alianza Acción Popular-Democracia Cristiana. En las elecciones que convocó el gobierno militar en 1978, fue elegido constituyente por el partido que fundó a finales de la década del 60, el FRENATRACA, Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos. Restaurada la democracia fue elegido, como líder del FRENATRACA, senador en 1980, 1985 y 1990. Y nuevamente constituyente en las elecciones de finales de 1992, luego que el Parlamento fuera disuelto por Alberto Fujimori en abril de ese año. Finalmente en 1995 resultó elegido congresista.

Desde 1978 las sucesivas elecciones de Róger Cáceres fueron en votación nacional. No terminó su mandato para el periodo 1956-62 por el golpe militar que se produjo el 18 de julio de 1962 a escasos 9 días de la finalización del régimen. Y el 3 de octubre de 1968, otro pronunciamiento militar interrumpió su mandato cuando le faltaban 10 meses. Finalmente, su último periodo de senador que debía durar cinco años, se interrumpió al año y ocho meses.

Pese a las interrupciones, Cáceres debe haber sido el parlamentario peruano con más tiempo efectivo en el Congreso, como diputado, senador, constituyente o congresista. Un total de 31 años y cinco meses.

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