jueves, 31 de marzo de 2022

ARMONIZAR DISTINTAS FORMAS DE ACCIÓN POLÍTICA (1981)

Izquierda Unida había nacido unos meses antes originalmente para afrontar las elecciones municipales de noviembre de 1980, pero había dejado de ser sólo un frente electoral para convertirse en un frente político. A mediados del año siguiente, estaba confirmando poco a poco la fortaleza que podía tener en la política peruana un frente integrado por seis agrupaciones políticas. De hecho, las movilizaciones resultaban de mucha mayor convocatoria, la presencia en la dirección de organizaciones gremiales y populares era más significativa y los cuadros técnicos ampliaban la posibilidad de plantear opciones de gobierno. Además, los parlamentarios de las seis agrupaciones dejaron de ser en muchos casos solitarios representantes de una fuerza política para ser integrantes de bancadas que expresaban el nacimiento de una importante opción política.

La fortaleza de IU se había hecho evidente cuando el 18 de noviembre de 1980 a sólo dos meses de su fundación, había obtenido 23% de los votos en todo el país, la segunda votación en las elecciones municipales sólo superada por la de Acción Popular, AP, partido cuyo jefe era Fernando Belaunde Terry, electo presidente de la república medio año antes. La importante participación de IU incluía haber ganado seis alcaldías de provincias capitales de departamento y más de 20 de otras provincias del país, así como en 238 distritos. Además, había colocado a Alfonso Barrantes como importantísima figura de la política peruana y principal líder de la izquierda al obtener el 28% de los votos para el municipio de Lima.

AMPLIO DEBATE PARA DEFINIR PARTICIPACIÓN Y PROPUESTAS

Barrantes -quien había sido nominado presidente de IU poco después de las elecciones municipales- encabezó las cuatro reuniones largas del Comité Directivo Nacional de IU que tuvimos entre el 24 y 30 de junio de 1981, para ver si asistíamos a la invitación al diálogo con el presidente Belaunde y varios de sus ministros en Palacio de Gobierno. El representante del Partido Socialista Revolucionario en ese comité era el diputado Antonio Meza Cuadra, secretario general del PSR, yo era el representante alterno, aunque en buena parte de las sesiones de los primeros meses fui el único que asistió en nombre del partido y por cierto para no perder continuidad, en las oportunidades que podía asistir Antonio lo acompañaba.

Frente a las dudas de algunos, estuve entre los compañeros que sostuvieron la importancia de asistir. En esas reuniones argumentamos que con el diálogo no se transaba con las demandas populares con las cuales los partidos integrantes de IU se sentían identificados. Por el contrario, era ocasión para poner en evidencia las discrepancias con el gobierno de AP y sus aliados del Partido Popular Cristiano, PPC, mostrando que los izquierdistas no sólo enfrentaban las posiciones del gabinete ministerial presidido por el senador Manuel Ulloa -conocido como hombre de negocios- sino que al mismo tiempo IU tenía planteamientos alternativos considerando que se sentía una fuerza opositora en crecimiento e incluso en camino de ser gobierno. Cuando finalmente aprobamos aceptar la invitación de Belaunde para ir a Palacio de Gobierno el 1 de julio, lo hicimos para que quedara claro que éramos agrupaciones acostumbradas no sólo a gritar sus demandas en las calles sino capaces de presentar alternativas de gobierno. Por eso en esa reunión con Belaunde y sus ministros, planteamos nuestra “Propuesta al país” que enumeraba una serie de medidas “Por el bienestar del pueblo, por democracia y por la defensa de la soberanía nacional” (Ver crónica "Conversar no es pactar” del 22 de abril de 2016).

SE ENFRENTÓ EL “DESEMBALSE LEGISLATIVO”

Hay que tener en cuenta que, por esos mismos días, cuando estaban por terminar las facultades legislativas de 180 días concedidas por el Parlamento para que se revisara toda la legislación promulgada por el gobierno militar en sus dos fases, se produjo lo que se conoció como “desembalse legislativo”. Más de doscientos decretos legislativos, la mitad en los últimos tres días del plazo concedido, fueron aprobados por el gobierno. Entre esas muchas medidas, se cambiaron las leyes orgánicas de todos los ministerios, se normó la actividad empresarial del Estado propiciando la intervención del sector privado, se dio mayor fuerza a la presidencia del Consejo de ministros y se realizaron cambios tributarios que resultaron muy discutibles para sectores políticos y económicos muy diversos. Hubo bastantes otras disposiciones que pasados más de cuarenta años no tiene mucho sentido enumerar.

Que en esos momentos fueran numerosas las opiniones de dirigentes de fuerzas políticas, de organizaciones sindicales y populares, de gremios empresariales y de comentaristas de medios de comunicación, en torno al referido “desembalse”, hizo que las sesiones del CDN-IU sirvieran también para discutir extensamente los planteamientos que se harían en nuestra “Propuesta al país” que se presentaría en la reunión con el presidente de la república. Entre las medidas para el bienestar del pueblo se señalaba, entre otras, las relacionadas a frenar el alza del costo de vida, los aumentos de remuneraciones de acuerdo con la inflación, el respeto a la estabilidad laboral, así como a los derechos conquistados por los trabajadores, la efectivización de la seguridad social familiar en los ámbitos urbano y rural, el establecimiento de los cánones que reclamaban las diversas regiones, la modificación del impuesto a la renta, entre otras.

EN PALACIO Y EN LAS PLAZAS

En el documento, que el 7 de julio fue publicado en las dos páginas centrales de El Diario Marka, se planteaba la necesaria revisión de decretos legislativos expedidos días antes que violarían la Constitución, así como la necesaria transparencia de la información sobre actividades gubernamentales y la apertura a los programas de opinión del canal estatal. También se hacían planteamientos sobre descentralización -que debían incluir mecanismos para el desarrollo de las zonas más deprimidas y postergadas-, el respeto a la autonomía municipal, así como la propuesta de elección de gobiernos regionales. Por otro lado, se enfatizaba el respeto a la autonomía universitaria y se planteaba amnistía política con libertad y corte de juicio a los acusados falsamente de terrorismo por actividades sindicales, así como la reposición de los trabajadores injustamente despedidos, entre otros puntos.

El cuatro de julio hubo otra reunión del CDN-IU. En esa ocasión aprobamos la realización de una serie de concentraciones públicas en distintas ciudades del país. Las movilizaciones se iniciarían con un mitin en la plaza San Martín en la noche del viernes 10 de julio y en la siguiente semana, se realizarían actos en el sur del Perú en Arequipa, Moquegua e Ilo, ciudades donde IU había triunfado en las elecciones municipales, y en Cusco donde había tenido importante votación. Se consideró precisar posteriormente las fechas de concentraciones en el norte y centro del país.

En conferencia de prensa, al dar cuenta de las actividades previstas por el frente izquierdista, Alfonso Barrantes hizo referencia a los planteamientos llevados por IU a la reunión con el presidente Belaunde y algunos de sus ministros y señaló que esperaba que el gobierno tomara nota de las preocupaciones y advertencias de los sectores populares frente a la política que venía implementando. No descartó una segunda reunión indicando que de realizarse el gobierno tendría que dar respuesta a las propuestas llevadas a la reunión por los representantes del CDN-IU.

COMBINAR DISTINTAS FORMAS DE ACTUAR

Uno de esos días, como había sucedido algunas veces desde septiembre u octubre del año anterior, llevé a Alfonso a su casa ya que vivíamos en la misma urbanización. Hablamos brevemente de la creciente cantidad de visitantes que recibía y que esa casa comenzaba a quedarle chica pero que, pese a su austeridad, no encontraba cómo financiar una ampliación (Ver crónica “Vicisitudes de la casa de Barrantes” del 30 de julio de 2020). Casi seis años después tuvimos ocasión de hablar otra vez de su vida austera a diez mil metros de altura (Ver crónica “Propuesta a Barrantes que no pude concretar” del 21 de octubre de 2016).

Pero volvamos a la interesantísima conversación sobre el momento político y las proyecciones de IU, durante el trayecto del centro de Lima hasta Surco. Barrantes me dijo que la reunión con Belaunde mostraba que IU era una fuerza con capacidad de diálogo, al mismo tiempo que capaz de tener planteamientos alternativos a la política gubernamental y demostraba que teníamos técnicos que podían preparar mejores medidas que las que el gobierno estaba implementando. Añadió que con lo aprobado en el CDN-IU íbamos a demostrar en las plazas y en las calles, la capacidad de convocatoria de IU, mientras que nuestros parlamentarios hacían fundados cuestionamientos al paquete de Decretos Legislativos. Al terminar esa conversación me quedó claro el planteamiento. Se trataba de encontrar la forma de combinar el diálogo respetuoso, los cuestionamientos claros, el análisis serio, las propuestas técnicamente viables y la movilización popular organizada.

Aunque semanas después me enteré de los pormenores del importante mitin realizado el 10 de julio y del emplazamiento que Barrantes hizo al gobierno AP-PPC, no estuve presente en la plaza San Martín por haber salido al extranjero en viaje partidario la tarde anterior. Sin embargo, estaba seguro de que además de consolidar a IU como principal fuerza de oposición, el mitin afianzaría también la figura de Barrantes no sólo como candidato a la alcaldía de Lima en las siguientes elecciones, sino también como candidato presidencial cuatro años después. De hecho, el 13 de noviembre de 1983 el líder de IU fue elegido alcalde de Lima con el 36.45% de los votos (Ver crónica “Barrantes triunfante en Lima” del 25 de noviembre de 2018).


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