Izquierda Unida había nacido unos meses antes originalmente para afrontar las elecciones municipales de noviembre de 1980, pero había dejado de ser sólo un frente electoral para convertirse en un frente político. A mediados del año siguiente, estaba confirmando poco a poco la fortaleza que podía tener en la política peruana un frente integrado por seis agrupaciones políticas. De hecho, las movilizaciones resultaban de mucha mayor convocatoria, la presencia en la dirección de organizaciones gremiales y populares era más significativa y los cuadros técnicos ampliaban la posibilidad de plantear opciones de gobierno. Además, los parlamentarios de las seis agrupaciones dejaron de ser en muchos casos solitarios representantes de una fuerza política para ser integrantes de bancadas que expresaban el nacimiento de una importante opción política.
La fortaleza de IU se había hecho evidente cuando
el 18 de noviembre de 1980 a sólo dos meses de su fundación, había obtenido 23% de los votos en todo el país, la segunda votación en las elecciones municipales
sólo superada por la de Acción Popular, AP, partido cuyo jefe era Fernando Belaunde
Terry, electo presidente de la república medio año antes. La importante participación
de IU incluía haber ganado seis alcaldías de provincias capitales de departamento y más de 20 de otras provincias del país, así como en 238 distritos. Además, había
colocado a Alfonso Barrantes como importantísima figura de la política peruana
y principal líder de la izquierda al obtener el 28% de los votos para el
municipio de Lima.
AMPLIO DEBATE PARA DEFINIR PARTICIPACIÓN Y
PROPUESTAS
Barrantes -quien había sido nominado presidente de
IU poco después de las elecciones municipales- encabezó las cuatro reuniones
largas del Comité Directivo Nacional de IU que tuvimos entre el 24 y 30 de
junio de 1981, para ver si asistíamos a la invitación al diálogo con el
presidente Belaunde y varios de sus ministros en Palacio de Gobierno. El representante
del Partido Socialista Revolucionario en ese comité era el diputado Antonio
Meza Cuadra, secretario general del PSR, yo era el representante alterno,
aunque en buena parte de las sesiones de los primeros meses fui el único que
asistió en nombre del partido y por cierto para no perder continuidad, en las
oportunidades que podía asistir Antonio lo acompañaba.
Frente a las dudas de algunos, estuve entre los
compañeros que sostuvieron la importancia de asistir. En esas reuniones
argumentamos que con el diálogo no se transaba con las demandas populares con
las cuales los partidos integrantes de IU se sentían identificados. Por el
contrario, era ocasión para poner en evidencia las discrepancias con el gobierno
de AP y sus aliados del Partido Popular Cristiano, PPC, mostrando que los
izquierdistas no sólo enfrentaban las posiciones del gabinete ministerial
presidido por el senador Manuel Ulloa -conocido como hombre de negocios- sino
que al mismo tiempo IU tenía planteamientos alternativos considerando que se
sentía una fuerza opositora en crecimiento e incluso en camino de ser gobierno.
Cuando finalmente aprobamos aceptar la invitación de Belaunde para ir a Palacio
de Gobierno el 1 de julio, lo hicimos para que quedara claro que éramos
agrupaciones acostumbradas no sólo a gritar sus demandas en las calles sino
capaces de presentar alternativas de gobierno. Por eso en esa reunión con
Belaunde y sus ministros, planteamos nuestra “Propuesta al país” que enumeraba
una serie de medidas “Por el bienestar del pueblo, por democracia y por la
defensa de la soberanía nacional” (Ver crónica "Conversar no es pactar” del 22 de abril de 2016).
SE ENFRENTÓ EL “DESEMBALSE
LEGISLATIVO”
Hay que tener en
cuenta que, por esos mismos días, cuando estaban por terminar las facultades
legislativas de 180 días concedidas por el Parlamento para que se revisara toda
la legislación promulgada por el gobierno militar en sus dos fases, se produjo
lo que se conoció como “desembalse legislativo”. Más de doscientos decretos
legislativos, la mitad en los últimos tres días del plazo concedido, fueron
aprobados por el gobierno. Entre esas muchas medidas, se cambiaron las leyes
orgánicas de todos los ministerios, se normó la actividad empresarial del
Estado propiciando la intervención del sector privado, se dio mayor fuerza a la
presidencia del Consejo de ministros y se realizaron cambios tributarios que resultaron
muy discutibles para sectores políticos y económicos muy diversos. Hubo
bastantes otras disposiciones que pasados más de cuarenta años no tiene mucho
sentido enumerar.
Que en esos momentos fueran numerosas las opiniones de dirigentes de
fuerzas políticas, de organizaciones sindicales y populares, de gremios
empresariales y de comentaristas de medios de comunicación, en torno al
referido “desembalse”, hizo que las sesiones del
CDN-IU sirvieran también para discutir extensamente los planteamientos que se
harían en nuestra “Propuesta al país” que se presentaría en la reunión con el
presidente de la república. Entre las medidas para el bienestar del pueblo se
señalaba, entre otras, las relacionadas a frenar el alza del costo de vida, los
aumentos de remuneraciones de acuerdo con la inflación, el respeto a la
estabilidad laboral, así como a los derechos conquistados por los trabajadores,
la efectivización de la seguridad social familiar en los ámbitos urbano y rural,
el establecimiento de los cánones que reclamaban las diversas regiones, la
modificación del impuesto a la renta, entre otras.
EN PALACIO Y EN LAS PLAZAS
En el documento, que el 7 de julio fue publicado en
las dos páginas centrales de El Diario Marka, se planteaba la necesaria
revisión de decretos legislativos expedidos días antes que violarían la
Constitución, así como la necesaria transparencia de la información sobre
actividades gubernamentales y la apertura a los programas de opinión del canal
estatal. También se hacían planteamientos sobre descentralización -que debían
incluir mecanismos para el desarrollo de las zonas más deprimidas y postergadas-,
el respeto a la autonomía municipal, así como la propuesta de elección de
gobiernos regionales. Por otro lado, se enfatizaba el respeto a la autonomía
universitaria y se planteaba amnistía política con libertad y corte de juicio a
los acusados falsamente de terrorismo por actividades sindicales, así como la
reposición de los trabajadores injustamente despedidos, entre otros puntos.
El cuatro de julio hubo otra reunión del CDN-IU. En
esa ocasión aprobamos la realización de una serie de concentraciones públicas
en distintas ciudades del país. Las movilizaciones se iniciarían con un mitin
en la plaza San Martín en la noche del viernes 10 de julio y en la siguiente
semana, se realizarían actos en el sur del Perú en Arequipa, Moquegua e Ilo, ciudades
donde IU había triunfado en las elecciones municipales, y en Cusco donde había
tenido importante votación. Se consideró precisar posteriormente las fechas de
concentraciones en el norte y centro del país.
En conferencia de prensa, al dar cuenta de las
actividades previstas por el frente izquierdista, Alfonso Barrantes hizo
referencia a los planteamientos llevados por IU a la reunión con el presidente
Belaunde y algunos de sus ministros y señaló que esperaba que el gobierno
tomara nota de las preocupaciones y advertencias de los sectores populares
frente a la política que venía implementando. No descartó una segunda reunión
indicando que de realizarse el gobierno tendría que dar respuesta a las
propuestas llevadas a la reunión por los representantes del CDN-IU.
COMBINAR DISTINTAS FORMAS DE ACTUAR
Uno de esos días, como había sucedido algunas veces
desde septiembre u octubre del año anterior, llevé a Alfonso a su casa ya que
vivíamos en la misma urbanización. Hablamos brevemente de la creciente cantidad
de visitantes que recibía y que esa casa comenzaba a quedarle chica pero que, pese
a su austeridad, no encontraba cómo financiar una ampliación (Ver
crónica “Vicisitudes de la casa de Barrantes” del 30 de julio de 2020). Casi seis años después tuvimos ocasión de hablar
otra vez de su vida austera a diez mil metros de altura (Ver
crónica “Propuesta a Barrantes que no pude concretar” del 21 de octubre de
2016).
Pero volvamos a la interesantísima conversación
sobre el momento político y las proyecciones de IU, durante el trayecto del
centro de Lima hasta Surco. Barrantes me dijo que la reunión con Belaunde mostraba
que IU era una fuerza con capacidad de diálogo, al mismo tiempo que capaz de
tener planteamientos alternativos a la política gubernamental y demostraba que
teníamos técnicos que podían preparar mejores medidas que las que el gobierno
estaba implementando. Añadió que con lo aprobado en el CDN-IU íbamos a
demostrar en las plazas y en las calles, la capacidad de convocatoria de IU, mientras
que nuestros parlamentarios hacían fundados cuestionamientos al paquete de Decretos
Legislativos. Al terminar esa conversación me quedó claro el planteamiento. Se
trataba de encontrar la forma de combinar el diálogo respetuoso, los
cuestionamientos claros, el análisis serio, las propuestas técnicamente viables
y la movilización popular organizada.
Aunque semanas después me enteré de los pormenores
del importante mitin realizado el 10 de julio y del emplazamiento que Barrantes
hizo al gobierno AP-PPC, no estuve presente en la plaza San Martín por haber salido
al extranjero en viaje partidario la tarde anterior. Sin embargo, estaba seguro
de que además de consolidar a IU como principal fuerza de oposición, el mitin
afianzaría también la figura de Barrantes no sólo como candidato a la alcaldía
de Lima en las siguientes elecciones, sino también como candidato presidencial
cuatro años después. De hecho, el 13 de noviembre de 1983 el líder de IU fue
elegido alcalde de Lima con el 36.45%
de los votos (Ver crónica “Barrantes triunfante en Lima” del 25 de noviembre de 2018).
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