viernes, 22 de abril de 2016

CONVERSAR NO ES PACTAR (1981)

Eran prácticamente las seis en punto de la tarde. Nos encontrábamos en un salón de Palacio de Gobierno, rodeado de espejos y teniendo sobre nosotros elegantes lámparas de cristal. Era el primero de julio de 1981 y el presidente Fernando Belaunde recibía a una delegación de Izquierda Unida encabezada por Alfonso Barrantes Lingán. Estaba llegando a su fin el primer año del segundo gobierno de Belaunde.

Habíamos ya intercambiado saludos con el presidente y con los ministros que lo acompañaban: Manuel Ulloa, presidente del Consejo de Ministros desde el inicio del mandato presidencial y que lo sería por un año y medio más hasta finales de diciembre de 1982. Ulloa era además ministro de Economía y Finanzas. Los otros ministros presentes eran el de Trabajo Alfonso Grados Bertolini, el Canciller Javier Arias Stella, el ministro de Justicia Felipe Osterling y el responsable de la cartera de Interior José María de la Jara y Ureta.

A la reunión no se había permitido el ingreso de periodistas para que siguieran el diálogo. No estoy seguro si casi dos horas después, cuando terminó el encuentro, hubo fotografías de los participantes en la primera conversación formal entre el gobierno y la oposición izquierdista. En todo caso el único registro que quedaría de la reunión era lo grabado  en un pequeño aparato camuflado en un sobre manila que en ese momento yo procedí disimuladamente a encender. Para mi tranquilidad no se produjo ningún ruido extraño.
 
EL ”PACTO PÚBLICO” DE BELAUNDE
A inicios del mes anterior, en unas declaraciones Belaunde habla de la necesidad de un “pacto público” que permita acuerdos para mejorar la vida de los peruanos de menores recursos. Mucho comentario hubo relacionando el origen de la idea presidencial con recientes visitas suyas a las barriadas -que ya se les identificaba más llamándolas pueblos jóvenes- donde había quedado impactado por los grandes niveles de pobreza encontrados.

Muy poco después, el presidente invitó un almuerzo en Palacio de Gobierno a parlamentarios de todos los partidos políticos. Acudieron todos salvo los del FRENATRACA, del FOCEP y de los tres partidos trotskistas. Allí Belaunde planteó una suerte de memorando que personalmente había preparado y que contenía algunas ideas sobre las cuales se podían hacer esfuerzos conjuntos desde el Ejecutivo y el Legislativo. En la reunión y en declaraciones posteriores, parlamentarios de las dos tendencias de Acción Popular, el partido de gobierno, así como los del Partido Popular Cristiano -que tenía dos ministros en el Gabinete- manifestaron su respaldo a la idea. Los integrantes del Partido Aprista señalaron sus reservas, aunque estaban más preocupados en la lucha interna iniciada más de un año antes entre los seguidores del ex candidato presidencial Armando Villanueva y del diputado Andrés Townsend.
Senadores y diputados de partidos integrantes de la Izquierda Unida, al igual que todos, saludaron la disposición al diálogo del presidente Belaunde, sin desconocer su coincidencia con los fines planteados, pero remarcaron que justamente la política económica del régimen impedía llevarlos adelante.

Algún malestar se había generado entre algunos de quienes integrábamos el Comité Directivo Nacional de IU, que consideraban que no se estaba tomando en cuenta institucionalmente al frente izquierdista. Hay que considerar que tener presencia parlamentaria era una experiencia nueva para la mayoría y no podían entender que senadores o diputados pudieran ser considerados antes que los dirigentes partidarios. Como ya he relatado anteriormente, en setiembre del año anterior IU se había constituido como alianza electoral para afrontar las elecciones municipales de noviembre.
PRIMER DIÁLOGO FORMAL DE IZQUIERDA UNIDA CON OTRAS FUERZAS
Posteriormente, considerando una muy auspiciosa participación, se acordó mantener IU como un frente, con un Comité Directivo Nacional que integraban el Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular, FOCEP, el Partido Comunista Peruano, PCP, el Partido Comunista Revolucionario, PCR, y el Partido Socialista Revolucionario, PSR, con un representante cada uno y los frentes Unidad Democrático Popular, UDP, y Unión de Izquierda Revolucionaria, UNIR, con dos integrantes por cada agrupación. Alfonso Barrantes Lingán, de excelente desempeño en esas elecciones en que quedó segundo como candidato a la alcaldía de Lima, fue designado como presidente de IU. Considerando que los integrantes del CDN serían los más altos dirigentes de cada agrupación, se estableció que cada uno de ellos debía tener un alterno. Yo fui representante alterno desde setiembre de 1980 hasta julio de 1986 y representante titular desde julio de 1986 hasta enero de 1989, en que pese a que me tocaba integrar el nuevo Comité Directivo Nacional surgido en el I Congreso Nacional, con un importante sector de IU nos alejamos de la mayoría de la dirigencia para constituir luego de meses de fricciones, la Izquierda Socialista que llevó adelante la candidatura presidencial de Barrantes para las elecciones de 1990 en que fracasamos totalmente.

Pero estábamos recién en 1981. No recuerdo cómo es que se produjo la invitación de Belaunde a Izquierda Unida. Estoy casi seguro que fue dirigida a Alfonso Barrantes y que éste llevo el asunto para ser tratado en el Comité Directivo Nacional de IU. Pero sí tengo claro que motivó muchas discusiones debido a las discrepancias sobre si aceptarla o no y en caso de ir qué puntos plantear. Al mismo tiempo que declaraba que se estaba dispuesto al diálogo, el frente izquierdista manifestó que ello no significaba “ni renunciamiento a los principios que se defienden ni mucho menos conciliación con modelos económicos y políticos”. Fueron por lo menos dos largas reuniones que se realizaron para elaborar un documento que se entregaría al gobierno y que se denominó “Propuesta al país”.
“EL DESEMBALSE LEGISLATIVO”
Por esos mismos días y al borde de la terminación de las facultades legislativas de 180 días concedidas por el Congreso, para que se revisara toda la legislación promulgada por el gobierno militar en sus dos fases, se produjo lo que en esa época se conoció como el “desembalse legislativo”. Fueron más de doscientos decretos legislativos, la mitad de los cuales se dieron en los últimos tres días del plazo concedido. A estas alturas no voy a intentar escribir sobre estas medidas. Baste señalar que significaron cambiar las leyes orgánicas de todos los ministerios, normar la actividad empresarial del Estado, propiciar la intervención del sector privado, dar mayor fuerza a la presidencia del Consejo de Ministros y realizar cambios tributarios que en ese momento fueron muy discutidos por sectores políticos y económicos muy diversos.

EXPECTATIVA POR PRESENCIA DE IU EN PALACIO
Volvamos al primero de julio. Quedamos en encontrarnos a las 5 de la tarde, creo que en un local u oficina cercana a la Plaza de Armas. En todo caso alrededor de las 5:40 pm estábamos ingresando a esa plaza desde la calle La Virreina al costado de la Catedral. Encabezados por Alfonso Barrantes, presidente de IU, íbamos a la cita los senadores Jorge del Prado -secretario general del PCP-, Genaro Ledesma –presidente del FOCEP- y Edmundo Murrugarra -secretario general de Vanguardia Revolucionaria integrante de la UDP-, Luis Benítez -dirigente del MIR también integrante de la UDP-, Jorge Hurtado y Juan Sánchez -dirigente de Patria Roja y VR-PC integrantes del UNIR-, además el diputado Manuel Dammert -secretario general del PCR- y yo a nombre del PSR. A pesar que en algún momento de las varias reuniones que habíamos tenido se dijo que considerando que ya que estábamos de acuerdo en el documento, bastaba que sólo fueran “los que lo deseen” la presencia fue total.
 
Como paréntesis hay que señalar que Dammert en ese tiempo era uno de los diputados más jóvenes y hoy -35 años después- es uno de los mayores entre los legisladores elegidos para el parlamento que se iniciará sus labores el 28 de julio de 2016. Pero joven o veterano con igual talento y dedicación a la labor parlamentaria y similar pasión por sus ideas.

Cuando cruzamos en bloque la plaza de Armas los periodistas apostados en los alrededores de Palacio nos distinguieron. Todos, salvo Hurtado, vestíamos con saco aunque un par no usaban corbata. Jorge Hurtado, a quien yo recién había conocido personalmente en setiembre anterior y no con su nombre sino como “Ludovico”, su  apelativo partidario, iba enfundado en un saco de cuero negro, con una camisa oscura. Nos acercamos a la puerta lateral de Palacio de Gobierno rodeados de periodistas que se dirigían a Barrantes para solicitarle algunas palabras que fueron necesariamente cortas. Mientras aguardábamos unos minutos los trámites administrativos para entrar, Edwin Sarmiento del Diario Marka se acercó a mí y me entregó un sobre manila dentro del cual había una grabadora pequeña para la época -aunque ahora sería el equivalente a unas 6 o 7 “tablet” una sobre otra- mientras me decía en voz baja que tratara de grabar el encuentro.
Esa fue la grabadora que encendí al inicio de la reunión que se realizó alrededor de una enorme mesa. Luego de una breve bienvenida de Belaunde, iniciamos la participación donde cada uno de los dirigentes de IU planteó la posición del frente en relación a una serie de puntos plasmados en nuestro documento, entre ellos la anulación de un nuevo impuesto del 6% a la gasolina, la derogatoria de una “Ley antiterrorista” que en realidad era una amenaza para dirigentes sindicales y populares, respeto para parlamentarios de oposición ya que algunos habían sido agredidos por la policía, una amnistía laboral que significara la reposición de trabajadores despedidos principalmente por oponerse al gobierno del general Morales Bermúdez, congelamiento de precios de productos de primera necesidad, etc. Paralelamente todos los ministros  presentes señalaron sus puntos de vista.

DIALOGAR NO NECESARIAMENTE ES PONERSE DE ACUERDO
No es finalidad de esta crónica hacer una explicación larga sobre lo que significaba cada punto que se trató en esa oportunidad que en todo caso corresponden a la situación social y económica que se vivía en una época determinada. Sí destacar algunos aspectos que se tomaron en cuenta para participar en la reunión y que pueden mantener validez hasta hoy.

Se consideró que nunca se pierde dialogando menos aun cuando es de conocimiento público. Se pensó que siempre era posible encontrar algo importante en las opiniones de otros y que aun si eran erradas se podían encontrar elementos para enriquecer las propias. Por otro lado, era ocasión de mostrar al país firmeza en las posiciones propias dado que no había temor de contrastarlas con las de otros. Advirtiendo muchos analistas desde la campaña electoral municipal del año anterior que la ruptura entre los distintos partidos era inminente, resulta una magnífica oportunidad de mostrar unidad de planteamientos. Adicionalmente se enfrentó el estereotipo que sobre la izquierda querían mostrar algunos medios como fuerza sectaria, incapaz de conversar con ninguna otra agrupación política. Faltaba aun dos años y medio para que, desde la alcaldía de Lima, IU mostrara voluntad de diálogo y búsqueda de consenso con otras fuerzas, aun cuando se tenía mayoría para gobernar la ciudad sin ningún otro apoyo partidario.
Lo que si recuerdo de la reunión es que al final de todas las intervenciones nuestras y de los ministros, Barrantes concluyó la reunión expresando que estábamos dispuestos a continuar con las reuniones para escuchar las respuestas a los planteamientos del documento que le estábamos dejando.
 
NO SE PODÍA SUPONER QUE SE ESTABA DELINEANDO EL FUTURO
No hubo ninguna otra reunión similar, pero en junio y julio de 1981 se produjeron algunos hechos políticos de singular importancia futura. Izquierda Unida comprendió que actuando como una sola organización sería un actor político de primera importancia en las elecciones municipales de finales de 1983. El sector de Acción Popular liderado por Javier Alva Orlandini copó las presidencias de las dos cámaras legislativas, con el propio Alva en el Senado y Luis Pércovich en Diputados, relegando a un segundo plano a los sectores que encabezaba Manuel Ulloa. De hecho en algunos momentos en el parlamento los “alvistas” se comportaron como oposición. La división entre los integrantes de AP debilitó mucho su propio gobierno. Los apristas comenzaron a ver las posibilidades de entendimiento luego que la dirigencia oficial anulara las expulsiones contra un sector partidario y se les invitara a participar en un Plenario en el que, sin retrocesos dramáticos, se abrieron las puertas para los sectores que se habían apartado.  Por esos días se comentó que aunque la pugna seguía entre líderes de los dos sectores, no había mucho futuro para quienes aparecieron queriendo “terciar” entre las partes encabezados por un diputado muy joven llamado Alan García…

1 comentario:

  1. Importante testimonio histórico que sugiere de la necesidad de evaluar este y sgtes procesos hasta este último con Veronica y la situación actual... la tendencia de la izquierda y en general de los partidos al fraccionamiento, quizá ambición por el poder? lo nuestro es mas importante y mejor que lo tuyo? etc, etc.
    El trabajo de una plataforma REALISTA y COMUN para objetivos de mediano y largo plazo es FUNDAMENTAL
    Alli, Alfredo Filomeno, debes jugar un rol.

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