Fiestas Patrias de 1986. 28 de julio. Alan García iba a comenzar su discurso dando cuenta de su primer año de gestión como presidente del Perú. Había sido recibido al llegar al local del Congreso de la República por una comisión de senadores y diputados y se dirigió al hemiciclo desde donde iniciaría su intervención. Me puse frente al televisor de mi casa dispuesto a escuchar el mensaje...
Las cámaras de televisión enfocaban los saludos que García
intercambiaba con los parlamentarios mientras caminaba hacia la mesa principal.
También comenzaron a mostrar todo el hemiciclo donde estaban situados los
parlamentarios. Y de pronto quedé sorprendido por una imagen que no esperaba. No
tenía palabras para explicar lo que veía…
Hacía menos de 24 horas que había sido yo elegido
secretario general del Partido Socialista Revolucionario, PSR, en el III Congreso
Nacional que se había clausurado al final de la tarde del día anterior. Pasaba
por tanto a formar parte del Comité Directivo Nacional de Izquierda Unida, CDN-IU,
que el PSR integraba junto con el Frente Obrero, Campesino, Estudiantil
y Popular, FOCEP, el Partido Comunista Peruano, PCP, el Partido Comunista
Revolucionario, PCR, el Partido Unificado Mariateguista, PUM, y la Unión de
Izquierda Revolucionaria, UNIR. Había participado de ese comité directivo
prácticamente desde la fundación del frente, en setiembre de 1980, pero como
miembro alterno. Pero con mi nuevo cargo ahora sería titular. Incluso cuatro días
después tendría que asumir la coordinación de turno de IU que mensualmente
pasaba de uno a otro de los secretarios generales de las organizaciones
partidarias que integraban el frente.
ME
QUEDÉ SIN HABLA
Pero regresemos a mi casa cuando miraba la pantalla
ese 28 de julio y prácticamente me quedé sin habla. ¿Qué me había sorprendido
en las imágenes que mostraba la televisión? ¿Qué había visto? O más bien, ¿qué
no había visto?
En la ubicación donde debían estar 14 senadores y
48 diputados de IU, sólo estaban los cuatro parlamentarios del PSR: los senadores
Enrique Bernales y Jorge Fernández Maldonado y los diputados Manuel Benza y
Fernando Sánchez Albavera. No vi a ningún representante de las otras
agrupaciones o independientes elegidos en las listas de IU. No estaban presentes
para escuchar al presidente García.
¿Qué había pasado? Izquierda Unida había decidido
no estar presente al momento del mensaje del presidente de la república. Era
una forma de protestar, de rechazar y mostrar su total desacuerdo con la
actuación del gobierno del Partido Aprista Peruano. No recuerdo con precisión si
la protesta ausentándose de la sesión solemne por Fiestas Patrias era por
varios temas o se centraba en la fuerte discrepancia por la forma en que las
fuerzas del orden del gobierno habían debelado el mes anterior los alzamientos
en varios penales de cientos de detenidos acusados por terrorismo y que aun hoy,
más de 35 años después, se sigue denominando “la matanza de los penales” y que
he mencionado en una crónica anterior (Ver crónica “A meses de elecciones: tira y afloja en la izquierda” del 29 de octubre de 2020).
ROMPIMOS SIN QUERER DECISIÓN DE RECHAZO
El 24 se había frustrado una reunión del CDN-IU y
al día siguiente, viernes 25, se inauguró el congreso del PSR en un centro de
reuniones en el campestre distrito limeño de Cieneguilla. Desde ese día hasta
el 27 inclusive, quedamos internados en el cónclave partidario no sólo Bernales
y yo -en esos momentos representantes titular y alterno en el CDN-IU- sino
también los parlamentarios del partido. Por tanto, quedamos aislados del resto
de integrantes de IU.
No hubo forma que durante nuestro “confinamiento” nos
enteráramos que se había tomado el acuerdo de no estar presentes durante el
discurso de García, decisión de la que sabría horas después de que el
presidente terminara su intervención. No recuerdo si la decisión había sido
tomada por el CDN-IU o exclusivamente resultó de una coordinación entre los
parlamentarios. En cualquier caso, sin posibilidades que los dirigentes del PSR
nos enteráramos porque estábamos desconectados.
Y desconectados en julio de 1986, era exactamente eso: desconectados. Los
teléfonos celulares todavía eran un sueño o un novedoso invento que quizá en el
futuro sería usado por los ciudadanos en los países desarrollados. Por tanto,
no había llamadas ni mensajes que nos pudieran llegar. Recién tres años
después, de paso por Roma, vería a personas conversando a través de teléfonos
portátiles del tamaño de un zapato. Creo incluso que en el local donde realizábamos
el congreso no había teléfono, lo que no tendría por qué llamarme la atención
ya que -como he señalado varias veces- yo había solicitado teléfono para mi
casa trece años antes y faltaban aun más de dos años para que lo instalaran (Ver crónica
“Quince años esperando teléfono” del 20 de noviembre de 2015).
Algún comentario periodístico
hubo no se si en radio o televisión, tratando de encontrar en la actitud del
PSR, de asistir a la presentación del presidente de la república, algún matiz con
relación al conjunto de IU. Pero no hubo nada más en los medios…
IGNORÁBAMOS ACUERDO TOMADO
Lo que hubo fueron carcajadas
horas después. Fue cuando hablé con Manuel Dammert, secretario general del PCR,
que estaba culminando su mes como coordinador de turno. Ocurrió después que
terminó el discurso de García. Salí de mi casa y desde un teléfono público lo
llamé para averiguar lo que pasaba. El diálogo fue más o menos así:
· ¿Por qué los del PSR concurrieron al hemiciclo si había el acuerdo de no asistir?
· No conocíamos el acuerdo. No he asistido a
reuniones del CDN-IU desde el 24, en que además se suspendió la reunión…
· ¿No hablaron tus parlamentarios con ninguno
de sus colegas?
· No… Estuvimos hasta ayer en la noche en
Cieneguilla, en nuestro congreso partidario.
·
¿Y no les pareció raro que no llegara nadie?
· Me imagino que sí. Supongo que inicialmente
pensaron que los otros estaban retrasados y cuando cayeron en cuenta que era
debido a una decisión tomada ya era muy tarde para retirarse.
En ese momento
Dammert me dijo que se imaginaba la cara de desconcierto de los parlamentarios del
PSR mientras comenzaba a reírse a carcajadas. Pocos segundos después quedé
contagiado por la risa al imaginarme la sorpresa e incomodidad de mis cuatro
compañeros.
Valga la oportunidad para señalar que los integrantes de las bancadas parlamentarias,
tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, elegidos como IU en 1985, se
mantuvieron trabajando unitariamente hasta el final de su periodo en 1990, pese
a la ruptura que se produjo en IU durante su Primer Congreso Nacional (Ver crónica “Cuando la unidad
no fue posible” del 29 de enero de 2019).
Y si considerando mis nuevas responsabilidades
partidarias, tuve inicialmente alguna preocupación por la interpretación que
alguno de los partidos de IU podría hacer de la presencia de nuestros
parlamentarios durante el discurso de García, un par de días después -al
iniciarse una nueva reunión del CDN-IU- Dammert se encargó de informar sobre el
malentendido e incluso señaló que el resto de los integrantes de IU debieron
encontrar la manera de comunicarnos la decisión. Y dando por concluido el
incidente, el propio Dammert me dio la bienvenida como nuevo miembro titular
del CDN-IU.
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