Cuando el 17 de junio de 1986, a las seis y media de la tarde, llegué a la oficina que el Partido Socialista Revolucionario, PSR, tenía en el jirón Natalio Sánchez, me estaba esperando Fernando Peña, militante muy comprometido y que en menos de dos meses más sería elegido como integrante de la Dirección Nacional del partido. Quiero hablar sobre el encargo que me diste, me dijo. Sus palabras no tenían por qué preocuparme, el tono en que las dijo sí…
Nos habíamos visto al
mediodía en la casa del presidente de Izquierda Unida, IU, Alfonso Barrantes,
en la Urbanización La Capullana, donde lo había convocado. Le indiqué que Alfonso
necesitaba enviar un documento urgentemente y con absoluta discreción. No hay
problema, me dijo. Le avisé a Alfonso -que estaba escribiendo en su escritorio-
que Fernando estaba en la sala y que me iba. Que espere unos minutos que ya
salgo, me contestó y se despidió de mí. Me olvidé del asunto mientras me
dirigía apresuradamente por la Costa Verde de regreso a DESCO, mi centro de
trabajo, desde donde había salido un par de horas antes.
UN FRENTE POR LA VIDA
PROPUESTO POR BARRANTES
Alrededor de las diez y
media de la mañana habíamos llegado a esa casa, con pocos minutos de
diferencia, el senador Jorge del Prado, secretario general del Partido
Comunista Peruano, PCP, el diputado Manuel Dammert, secretario general del Partido
Comunista Revolucionario, PCR, y yo que, si bien era miembro alterno del Comité
Directivo Nacional de Izquierda Unida -CDN IU- en esa oportunidad estaba
reemplazando al titular, el senador Enrique Bernales, secretario general del
PSR, quien se encontraba en Europa.
Alfonso estaba
preocupado porque, a partir de un planteamiento suyo, se estaban produciendo públicos
cuestionamientos de integrantes de IU. El 8 de junio, había propuesto la
necesidad de formar un frente común para enfrentar al terrorismo y había
anunciado que con ese fin trataría de reunirse con dirigentes de los partidos para
conversar sobre esa propuesta. Su planteamiento fue saludado por líderes de los
partidos vigentes esos años, como el gobernante Partido Aprista Peruano, Acción
Popular y el Partido Popular Cristiano, PPC. Días después, Barrantes puntualizó
que, como se trataba de defender la vida, había que hacerlo unidos para
enfrentar a los que pretendían sembrar el caos y el totalitarismo en el Perú. El
propio cardenal Juan Landázuri declaró que la iglesia colaboraría en la constitución
del frente propuesto ya que una de sus misiones institucionales era cooperar
para lograr la paz y la justicia social.
ANALIZAMOS DISCREPANCIAS
EN IZQUIERDA UNIDA
Pero en IU habían
surgido voces discrepantes. El senador Genaro Ledesma, presidente del Frente
Obrero Campesino Estudiantil y Popular, FOCEP, señaló que no había escuchado
opiniones favorables de parte de los trabajadores y campesinos y que la
propuesta sólo había logrado el regocijo de políticos de derecha. Por su parte,
César Barrera Bazán, diputado por la Unión de Izquierda Revolucionaria, UNIR, había
considerado inconcebible estar en un mismo frente con partidos vinculados a
grupos paramilitares comprometidos con el terrorismo de Estado. Otros
parlamentarios de IU también habían discrepado con la propuesta, aunque varios otros
la apoyaron.
Pero la existencia de
una crisis quedó evidenciada cuando de discrepancias individuales se pasó a
pronunciamientos de partidos integrantes de IU. El 15 de junio se hizo público
un comunicado firmado por Ledesma, Alberto Moreno, secretario general del
Partido Comunista del Perú - Patria Roja a nombre de UNIR y Javier Diez Canseco
como secretario general del Partido Unificado Mariateguista, PUM, haciendo un
llamado a buscar una salida de paz con justicia social, rechazando el
terrorismo de cualquier signo y pidiendo que finalice el estado de emergencia y
el toque de queda. Además, el documento condenaba una campaña macartista que en
esos momentos se realizaba contra IU y exigía el respeto a la autonomía de las
organizaciones populares. Evidentemente el problema no era lo que decía el
texto del comunicado sino lo que no decía, ya que ignoraba el frente propuesto
por Barrantes, pero lo más grave era que sólo lo firmaran tres de las seis organizaciones
integrantes del frente. Del Prado en su calidad de coordinador de turno del CDN
IU, ya había manifestado públicamente su preocupación considerando que se venía
trabajando una declaración en el mismo sentido del conjunto de las fuerzas
políticas del frente.
De esa situación
hablamos esa mañana en casa de Alfonso. Del Prado llevó una propuesta de pronunciamiento
condenando al terrorismo que no difería de la declaración de las otras tres
organizaciones, pero se planteaba el respaldo a la iniciativa del frente de
defensa de la vida. Ese pronunciamiento apareció tres días después del anterior
firmado por el propio Barrantes, del Prado, Dammert y yo, así como Henry Pease,
independiente que integraba el CDN.
¿FIRMAS EVITARÍAN PROBLEMAS
O LOS CREARÍAN?
Después que aprobamos y
firmamos el texto propuesto por Del Prado, Alfonso nos dijo que deberíamos tratar
un tema con urgencia: la inscripción de IU como alianza electoral para las
elecciones municipales del 9 de noviembre de ese año. Nos indicó que un
contacto que tenía en el Jurado Nacional de Elecciones, JNE, le había informado
que, debido alguna interpretación legal reciente, estaba por vencerse el plazo
de inscripción de alianzas electorales. No es este el mejor momento para
reuniones para inscribir IU, porque hay mucha tensión por las diferencias para
encarar el enfrentamiento político al terrorismo, añadió. Todos brevemente
reconocimos lo incómoda de la situación.
Después de escuchar nuestras
palabras de preocupación, Alfonso mostró una solicitud dirigida al Jurado para
inscribir IU como alianza electoral y nos pidió firmarla. Este documento lo
quiero tener sólo como un seguro si es que es cierto lo del cierre del plazo y
dejándolo abierto para que se sumen las otras fuerzas. Si no es cierto,
esperemos superar la tensión de estos días y presentar más adelante la
solicitud con los seis partidos, concluyó y firmó el documento como presidente
de IU y personero legal de la alianza y nos lo alcanzó. Lo firmamos los tres...
Terminamos la reunión
con un breve intercambio de información sobre la inauguración en Lima tres días
después del XVII Congreso de la Internacional Socialista, IS. Era su primera
reunión en Latinoamérica. El Partido Aprista –integrante de la IS- quería
mostrar a los peruanos el gran respaldo internacional que tenía y al mundo, la
popularidad del gobierno de su líder Alan García, a un mes de cumplir el primer
año de su mandato. Cuando salíamos Alfonso me preguntó si el PSR tenía
contactos con la IS. Le dije que algunos partidos de la Coordinadora Socialista
Latinoamericana que integrábamos, llegarían para el evento y que, además de las
reuniones que tendríamos con ellos, también conversaríamos con partidos socialistas
europeos con los cuales manteníamos relaciones. Entonces quédate un rato, me
dijo y se despidió de los otros dos.
ENTREGA SECRETA DE DOCUMENTO
Después de hablar muy
poco de la reunión internacional, Alfonso me pregunto si podía ubicar
rápidamente una persona de absoluta confianza para que llevara unos documentos
que tenían que ver con las dudas sobre la fecha de inscripción de alianzas. Le
dije que sí y que me prestara su teléfono. Faltaban todavía más de tres años
para que yo viera por primera vez un teléfono celular y cuatro años para que
esos aparatos llegaran al Perú aunque con un aspecto bastante distinto a los que
ahora usamos, ya que pesaban más de medio kilo y era imposible que entraran en
un bolsillo.
Llamé a Fernando Peña, quien
trabajaba con Bernales y que por viaje de éste se encontraba con algo menos de
tareas. Le pedí me diera el encuentro en casa de Barrantes donde, como ya
relaté, lo dejé esperando que éste le diera el sobre que debía llevar.
Era en relación a ese
encargo que Fernando quería hablarme cuando nos encontramos horas después en la
oficina partidaria. Alfonso no lo había hecho esperar mucho, entregó un sobre manila,
le agradeció la ayuda y le dijo que era muy importante que lo entregara en
propias manos al doctor Rómulo Muñoz. No hay necesidad que firme ningún cargo,
ni tampoco confirmarme la entrega, ya que acabo de hablar por teléfono con él y
está esperando, le dijo.
La dirección para la
entrega era en Lince en una quinta muy cerca del Parque del Bombero, me dijo
Fernando. ¿En la cuadra 14 o 15 de José Leal? pregunté yo. Sí, replicó. Dejé a
Alfonso allí hace un par de meses y me dijo que allí vivía un amigo abogado,
contesté. Vine a buscarte porque Muñoz comentó que con ese documento no habría
problemas en inscribir a IU…
Le dije a Fernando que
lo que me había contado podía ser muy grave, pero me permitía actuar con
mayores elementos de juicio en el CDN IU si se presentaban problemas. También
le dije que se olvidará de lo sucedido. Y vaya que lo olvidó… Hace unos días
conversé con él, que suele tener buena memoria, y los recuerdos de ese par de horas
de un mediodía en junio de 1986, estaban totalmente borrados de su mente.
Horas después mientras
manejaba mi Volkswagen me pregunté por qué el nombre de Muñoz me parecía tan
conocido. No supe qué contestarme. Cuando llegué a mi casa mi esposa e hijos dormían.
Mientras comía algo en la cocina, me puse a revisar los periódicos del día y me
encontré con la respuesta: una nota informaba que Rómulo Muñoz Arce se había
incorporado el día anterior como miembro titular del JNE. No me quedaron dudas
que el documento entregado por Fernando Peña era el firmado por Barrantes, Del
Prado, Dammert y yo…
AMOTINAMIENTO Y
MATANZAS EN PENALES
La preocupación por los
asuntos internos de IU, la necesidad de definir la candidatura de Alfonso a la
reelección y la campaña electoral municipal en estado de emergencia eran los asuntos que me preocupaban esa noche, pero pasaron a un segundo plano cuando a primera hora del
día siguiente las radios y las estaciones de televisión dieron cuenta del
amotinamiento de los detenidos por terrorismo en tres penales de Lima y el
Callao.
A las alarmantes
informaciones sobre los amotinamientos, siguieron las de los debelamientos que
la mayoría de los observadores consideró se realizaron con un uso desproporcionado de violencia. Incluso la
Secretaría de Prensa del propio presidente Alan García, en un comunicado,
señaló que se presumía que “se habían cometido excesos en el uso de la fuerza
para cumplir con la disposición del gobierno”. Hoy, casi 35 años después, se
sigue denominando “la matanza de los penales” a los hechos en que murieron unos
300 presos acusados por terrorismo cuando la Marina y la Policía sofocaron
motines en la isla penal El Frontón, en la cárcel de Lurigancho y también en la
cárcel de mujeres Santa Bárbara del Callao, los días 18 y 19 de junio.
INAUGURACIÓN CON ESTALLIDOS Y
CLAUSURA ANTICIPADA
La inauguración del
congreso de la Internacional socialista pasó a un segundo plano debido no sólo a
los amotinamientos sino a la violenta represión. Tuve ocasión en esos días de
estar tres o cuatro veces en el hotel Crillón, en cuyo centro de convenciones
se realizaba el congreso y el temor de los delegados extranjeros era notorio.
Tenían suficientes razones para sentirse así, ya que tenían la sensación de
estar en un país ocupado. Uniformados armados y coches porta-tropas se
encontraban a donde fuera se dirigieran las miradas desde los ventanales del
primer piso del hotel. Varios nos contaron que del aeropuerto hasta el hotel, fueron
acompañados por guardias armados en el vehículo que los trasladaba y escoltados
por motos y camionetas con personal militar o policial con ropa de camuflaje.
Poco antes de la
inauguración oficial, el viernes 20, a escasos cien metros del Crillón, una
joven voló despedazada en la azotea de un edificio al estallar un mortero de
fabricación casera, cuando aparentemente intenta disparar al local de la
reunión. Y casi simultáneamente, estallaron artefactos explosivos en los baños
de cinco restaurantes ubicados cerca. Ese mismo día, dos policías que
resguardaban la oficina principal de la Compañía Peruana de Teléfonos también
en el centro de Lima, fallecieron en circunstancias no esclarecidas.
Un par de días después,
cuatro locales distritales del Partido Aprista fueron atacados con bombas
caseras y el 26 en la madrugada cuatro sujetos atacaron con una ráfaga de
disparos la casa del secretario general del APRA, senador Armando Villanueva.
Los atentados no sólo se realizaron en Lima sino en otros lugares del país. El
25, en un tren con ocho vagones y unos quinientos viajantes que se aprestaba a
salir de la estación San Pedro en la ciudad del Cusco para dirigirse a Machu
Picchu, estalló una carga explosiva en uno de los vagones muriendo ocho
pasajeros, siete de ellos extranjeros y quedando heridos otros cuarenta.
El congreso debía
clausurarse el lunes 23, pero inesperadamente se clausuró el domingo. En la
declaración oficial se manifestó las “serias preocupaciones surgidas por
posibles excesos en los métodos utilizados y el número de muertos” en la
represión de los amotinamientos. El ex canciller alemán Willy Brandt reelegido
presidente de la IS manifestó ante la prensa, que Alan Garcia se había
comprometido a promover una comisión de composición amplia para investigar las
posibles violaciones de derechos humanos. Brandt señaló que era necesario
esclarecer todos los hechos y garantizar la sanción de los responsables.
No se trata en esta
oportunidad de hacer una crónica sobre la reunión de la IS, pero queda claro
que el intento del Partido Aprista de obtener un resonante respaldo internacional
a su gobierno fracasó totalmente. De hecho, salvo Brandt, varios líderes
socialdemócratas europeos no asistieron, incluso varios cancelaron sus vuelos ya
programados. Entre otros, no estuvieron en la reunión el presidente español Felipe
González, el primer ministro italiano Bettino Craxi y la primera ministra noruega,
Gro Harlem Brundtland.
IU: TODOS GANAN, TODOS
PIERDEN
Regresemos a Izquierda
Unida. Los graves sucesos ocurridos hicieron que los problemas internos
quedarán de lado, por lo menos momentáneamente. Del Prado pudo convocar una
reunión del CDN y se logró un comunicado firmado por todos los integrantes
expresando la más enérgica condena a la masacre de los penales y demandando una
investigación parlamentaria multipartidaria.
Como ya sabíamos que no
había problema con el plazo de inscripción de la alianza, conversé brevemente
con Alfonso -quien el 23 viajó por una semana a Yugoslavia- y me dijo que
efectivamente era así y que ya no había que preocuparse.
Sin embargo, para mi
sorpresa, el sábado 5 de julio, el JNE publicó la solicitud de inscripción de IU
como alianza electoral presentada por el PCP, PCR y PSR, con Barrantes como
personero, aunque dejando abierta la posibilidad que la suscriban las otras
organizaciones previa aprobación de los tres firmantes iniciales.
Inmediatamente pensé en un sobre entregado en Lince dieciocho días antes. Sorprendidos,
dirigentes del PUM, UNIR y FOCEP acudieron el lunes 7 a dialogar con el presidente
del JNE quién les confirmó la presentación de la solicitud fechada el 17 de
junio. En una posterior conferencia de prensa, dirigentes de estos partidos
condenaron esa inscripción calificándola como actitud divisionista y señalaron
que coincidía con el propósito del partido aprista de dividir a la izquierda
entre “responsables” e “irresponsables”.
Por su parte, Barrantes
restó importancia al hecho y dijo que se debía a la premura por versiones
contradictorias en relación a los plazos. Hubo declaraciones de Dammert
ratificando la existencia de versiones sobre el cierre de plazo para
inscribirse y yo hice declaraciones aludiendo a que después del 17 de junio, se
realizaron sin mayores problemas por lo menos cuatro reuniones del CDN IU y se
habían aprobado unánimemente dos comunicados, incluyendo uno de solidaridad con
Diez Canseco frente ataques el senador Miguel Ángel Mufarech (Ver crónica “Campaña electoral con toque de queda” del 29 de agosto de 2020).
Pero lo que fue
determinante para calmar los ánimos fueron las declaraciones de Del Prado que asumió
toda la responsabilidad, debido a que junio había sido el mes en que estuvo a
cargo de la coordinación de turno. Dijo que ante los rumores se encargó de
hacer llegar el documento de inscripción al JNE, luego de prepararlo y buscar
las firmas, pero no pudo encontrar a los dirigentes de esos tres partidos.
Aunque la explicación resultaba muy forzada, a poco más de un mes de la
inscripción de las candidaturas para las elecciones municipales en todo el
país, a todos los integrantes de IU les convenía dar por superado el incidente.
Implícitamente, unos aceptaron que resultaba muy difícil que los ubicaran y
otros admitimos que no eran desleales las públicas manifestaciones contra lo propuesto
por Barrantes.
De tal forma que el 9
de julio, luego de una reunión que se realizó entre 2 y 6 de la tarde, el CDN
IU resolvió unánimemente no sólo ratificar la unidad de IU sino expresar el
reconocimiento recíproco de la voluntad unitaria de todos sus integrantes, así
como sustituir el documento de inscripción presentado ante el JNE por otro
suscrito por todos los partidos integrantes del frente. Este acuerdo estaba
firmado por Del Prado, Diez Canseco, Ledesma, Dammert, Moreno y yo a nombre
nuestras respectivas agrupaciones, Henry Pease y el propio Barrantes. La crisis
comenzada un mes antes, con la propuesta de un frente por la vida, había
terminado, pero la viabilidad de tal frente también…
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