viernes, 29 de noviembre de 2024

IZQUIERDA UNIDA DICE NO A LA CONCERTACIÓN (1988)

La búsqueda de acuerdos mediante el diálogo fue una característica de mi actividad política partidaria que realicé durante más de tres décadas del siglo pasado. Quiero recordar en esta crónica la ocasión en que, a nombre de Izquierda Unida, IU, dije no a una propuesta de concertación.

El 22 de febrero el Partido Aprista Peruano -más conocido como Apra- celebra el Día de la Fraternidad, en homenaje a su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre que nació en esa fecha.  En 1988, más de treinta y cinco años atrás, lo celebró el viernes 19 con un mitin en la avenida Alfonso Ugarte, frente al local principal del partido. El orador central fue el presidente de la república, Alan García Pérez, que pocos días antes había llegado a la mitad de su mandato.

ALAN GARCÍA PLANTEA PONERSE DE ACUERDO

García hizo en esa ocasión una convocatoria a todos los partidos para ponerse de acuerdo en políticas de largo plazo sobre problemas sustanciales del país. Dijo que era importante llegar a acuerdos de carácter técnico para garantizar la continuidad de las obras y proyectos vinculados con el desarrollo del Perú y el futuro de las próximas generaciones. Señaló que las rondas de conversaciones con los partidos de la oposición comenzarían con cuatro puntos fundamentales: la política energética, la de población. la regionalización y la lucha contra el terrorismo. Expresó que en los siguientes días el Apra convocaría a una serie de reuniones para buscar tales acuerdos.  Al terminar su discurso, García rindió un emotivo homenaje al ex secretario general y líder aprista Ramiro Prialé que se encontraba gravemente enfermo e internado en un hospital local y recordó que siempre había sido un gran concertador.

Al día siguiente, en Trujillo la ciudad donde nació Haya de la Torre, el presidente de la república en otro mitin añadió un quinto punto a su propuesta: la educación. Dijo además que todos los temas debían ser abordados en reuniones de alto nivel de especialistas de las agrupaciones políticas convocadas. En ambos mítines, García se refirió a los logros de su gobierno en materia económica, indicando que en los cinco años del gobierno anterior la inflación había alcanzado a 3584% mientras que en lo transcurrido del suyo alcanzaba a 400%.

La semana siguiente estuvo marcada para el Apra por la muerte de Prialé, presidente de la Cámara de Senadores, y los homenajes que recibió presididos por García y los secretarios generales del Apra, senador Armando Villanueva del Campo y diputado Luis Negreiros. Justamente estos dos últimos estaban encargados de acercar a los partidos de oposición el documento con los cinco puntos anunciados por el presidente García, indicando que se trataba de una primera propuesta general.

DIRIGENTES APRISTAS BUSCAN A OTROS PARTIDOS

El documento fue recibido el 28 de febrero por el diputado Manuel Dammert, secretario general del Partido Comunista Revolucionario, PCR, que era el coordinador de turno de IU, quien indicó que el documento sería presentado al Comité Directivo Nacional de IU y que cada partido integrante del frente lo estudiaría para posteriormente definir la posición común. Días antes de la entrevista de los dirigentes apristas con Dammert, la comisión de plan de gobierno de IU había sostenido que el diálogo para una concertación estaba “indisolublemente ligado a la voluntad de iniciar un sustancial cambio de rumbo en el manejo de la economía peruana”, que en lo inmediato defendiera la capacidad adquisitiva popular.

Voceros de Acción Popular, AP, manifestaron que por decisión de su jefe, el expresidente Fernando Belaunde Terry, su partido no participaría en la ronda de conversaciones. El primero de marzo, una comisión del Partido Popular Cristiano, PPC, encabezada por el ex candidato presidencial Luis Bedoya Reyes recibió la propuesta, señalando que lo consideraban como documento preliminar y advirtiendo que se retirarían si se pretendiera utilizarlo para intentar que se compartieran responsabilidades gubernamentales.

Posteriormente ambos dirigentes apristas se reunieron con el Partido de Integración Nacional, PADÍN, el Movimiento Sociedad y Democracia, SODE, y el Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos, FENATRACA, partidos que tenían un senador cada uno.

“PAQUETAZO” NO CONCERTADO

Paralelamente a los planteamientos concertadores del Apra, se conoció la inminencia de un “paquetazo” con una característica especial: no serían medidas decretadas en un solo momento sino a lo largo de varios días. Por cierto, los apristas señalaron que no se trataría de un “paquetazo” como los que se habían producido en el gobierno anterior, pero los dirigentes de los partidos de IU indicaron que la política económica del gobierno afectaba a los sectores populares.

Las medidas estuvieron precedidas, el 8 de marzo, de un mensaje televisado del presidente García señalando que ante la situación económica se trataba de buscar un cambio profundo proyectado para los próximos 20 o 30 años. Remarcó que los nuevos lineamientos económicos buscarían en el largo plazo reorientar el crecimiento económico hacia la producción de alimentos, vivienda, vestido, así como los servicios de salud y educación y que adicionalmente servirían para promover las exportaciones peruanas. Añadió que el gobierno buscaría incrementar los sueldos y salarios y mantener estables los precios, señalando que las alzas que paralelamente se estaba disponiendo mantendrían los precios estables.

Entre lo dicho por el presidente de la república y lo que en un mensaje complementario expuso al día siguiente el ministro de Economía y Finanzas, Gustavo Saberbein, así como con la publicación de disposiciones gubernamentales, entre otras muchas medidas se estableció un aumento del ingreso mínimo legal de 60%, así como de 45% para los maestros y trabajadores del gobierno central, al igual que para los trabajadores de empresas privadas sin negociación colectiva. También un aumento del 40% para profesionales médicos, docentes universitarios, magistrados y otros. Al mismo tiempo se conoció nuevos precios de los principales productos alimenticios. Entre ellos el kilo de arroz subió cerca del 40%, el aceite comestible 30%, el pan popular 60% y el azúcar 25. Por otra parte, la gasolina subió un 50%. Aunque no se precisó los montos, Saberbein dijo que las tarifas de luz, agua potable y teléfono serían reajustadas. Ese marzo la inflación mensual alcanzó el 22.6%, la más alta en todo el periodo de García e incluso en gobiernos anteriores.

Sería largo enumerar todas las medidas que en opinión del gobierno deberían enderezar la situación económica del país en los siguientes seis meses, pero lo cierto fue que en septiembre de ese mismo año con otro ministro de economía, Abel Salinas, el gobierno tuvo que disponer otro “paquetazo” que hizo mayor daño a la economía popular (Ver crónica "Setiembre tenso” del 27 de setiembre de 2018). A partir de ese momento la inflación que ya resultaba inmanejable se disparó a cifras impensables, tanto que al momento de culminar el gobierno aprista llegó a 2.178.482% para el periodo de sus cinco años.

DEBATES EN IU

Como la coordinación de turno de IU se renovaba mensualmente, me correspondió a mí ejercerla durante el mes de marzo. Hubo mucha especulación sobre problemas internos en IU, señalándose que algunos de los partidos integrantes de IU muy cercanos a su ex presidente Alfonso Barrantes -como el PSR y el PCR- estaban dispuestos aceptar el acuerdo considerando el acercamiento político de Barrantes con el presidente García. Aunque ciertamente había una muy buena relación personal entre ambos líderes no había ningún pacto o acuerdo político. Aunque en esos días, esa percepción de algunos había sido acrecentada -a mi juicio maquiavélicamente- por declaraciones que dio García elogiando la trayectoria política de Barrantes y aceptando la posibilidad de que ganara las elecciones en 1990, como lo indicaban varias encuestas. Las mismas personas que advertían tal cercanía, no tomaban en cuenta que frente al llamado de concertación de García, Barrantes había señalado que sólo la práctica concreta sería la que demuestre si “el planteamiento es sincero o se hace por oportunismo”.

En realidad las discrepancias entre los integrantes de IU no eran con relación al llamado hecho por García el Día de la Fraternidad. Todos los integrantes de IU coincidíamos en no aceptar la propuesta del partido de gobierno. La diferencia estaba más bien en lo que pensábamos a futuro, en el caso probable de ganar las elecciones de 1990. Como Barrantes, el PSR y el PCR pensábamos que un gobierno de IU debería ser convocante de otras fuerzas, principalmente de centro, mientras que otros partidos como el Partido Unificado Mariateguista, PUM, la Unión de Izquierda Revolucionaria, UNIR, y el Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular, FOCEP, pensaban que luego de las elecciones debía constituirse un gobierno radicalmente izquierdista que incluso no tomara en cuenta algunos preceptos constitucionales.

REUNIONES Y CONSULTAS

En esos días, además de asistir a las reuniones de la comisión política de mi partido y de CDN-IU, participé por lo menos tres reuniones que ayudaron a que la Comisión Política del PSR definiera nuestra posición dentro del frente izquierdista.

Como tenía la facilidad de vivir a unos trescientos metros de su casa, el 24 y el 25 de febrero tuve reuniones a primera hora de la mañana con Alfonso Barrantes -quien había renunciado a la presidencia de IU nueve meses antes- para conversar sobre la propuesta de García en el mitin aprista. Era muy importante tener en cuenta sus opiniones, considerando que para el PSR era el único candidato presidencial posible de IU para las elecciones de 1990. También conversé, incluso varias veces al terminar coordinaciones de IU, con Dammert, uno de los dos dirigentes de otros partidos de izquierda con quien tuve excelente relación desde antes de la fundación de IU en septiembre de 1980 (Ver crónica "Lanzamiento de Barrantes para forzar la unidad” del 28 de enero de 2014).

En la mañana del martes 7 tuvimos una reunión con Villanueva del Campo en casa del general Leonidas Rodríguez Figueroa, presidente del PSR. El día anterior le había pedido al senador del PSR Enrique Bernales tener una reunión con nuestro partido, independientemente de la que eventualmente se realizaría con el conjunto de IU. Considerando que Villanueva le había pedido la reunión con urgencia, Enrique consultó a Leonidas y me pasaron la voz a mí. Hasta donde me acuerdo la premura impidió la participación de otros dirigentes partidarios.

El veterano líder aprista llevó los mismos planteamientos que había transmitido a Dammert días antes. De acuerdo con lo conversado en la comisión política del PSR nuestra posición fue que considerando que se venían medidas económicas cualquier pronunciamiento estaba ligado a la evaluación que hiciéramos de ellas. Me quedó muy claro que la razón de Villanueva en pedir la reunión con el PSR era básicamente porque valoraba nuestra cercanía a Barrantes. Independientemente del único tema de la reunión en que no hubo ningún avance, la conversación fue muy cordial. Incluso señaló que tenía en común con Leonidas haber estado deportado en México, aunque en el caso de Villanueva había sido el último de varios exilios desde cinco décadas atrás. Me fue particularmente grato recordarle una conversación con él en 1978, cuando me encontraba en la clandestinidad. En esa oportunidad me disculpé por citarlo en una esquina y me contestó que hubiera ido a donde le indicara dada mi condición de perseguido (Ver crónica “Hablando con Villanueva del retiro de listas” del 20 de enero de 2013).

IU DIJO NO

El 14 de marzo, en la tercera o cuartas reunión para examinar la invitación del Apra, el CDN-IU acordó por consenso no aceptarla, considerando que en realidad no había seriedad en la propuesta de García implementada por su partido, debido a las medidas económicas conocidas en esos días, así como por el anuncio de postergar por tres años el proceso de regionalización. Asimismo, por la firma sorpresiva de un acuerdo de bases entre Petro Perú y la transnacional Shell contra la expresa voluntad del pueblo cusqueño. Como coordinador de turno de IU me tocó informar la decisión en conferencia de prensa.

Pero aunque no hubo discrepancias en no aceptar la propuesta de concertación aprista, las reuniones tenidas en el CDN-IU tuvieron como telón de fondo las discrepancias entre los distintos partidos que estábamos camino al I congreso nacional del frente previsto para diciembre de ese mismo año. Estas diferencias se incrementarían en los meses siguientes para culminar con el rompimiento de IU en enero de 1989 (Ver crónica “Cuando la unidad no fue posible” del 29 de enero de 2019).



 

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