Este mes de setiembre ha sido difícil y algunos
observadores opinan que existe inestabilidad política en el Perú. Aunque
algunos suelen decir que “todo tiempo pasado fue mejor”, si retrocedemos treinta
años a otro setiembre comprobaremos que
el pasado fue peor. El 6 de setiembre de 1988 se anunció uno de los “paquetes”
económicos más duros del primer gobierno de Alan García -cuando era
inimaginable que tendría un segundo gobierno- con alzas que llevaron la
inflación a 114 % ese mes, mientras que el terrorismo seguía golpeando al país con
asesinatos, explosivos arrojados contra locales, vehículos e incluso con un
“coche-bomba” que estalló a cien metros del Palacio de Gobierno.
Las críticas a las medidas económicas provinieron
de todos lados. Dieciocho parlamentarios del gobernante Partido Aprista fueron
pasados a disciplina por discrepar con ellas. Los más caracterizados voceros de
Acción Popular, AP, el Partido Popular Cristiano, PPC, y el novísimo Movimiento
Libertad, encaminados a unir sus fuerzas con la creación del Frente
Democrático, FREDEMO, discreparon también de la política económica
gubernamental. Otro tanto ocurrió con Izquierda Unida, IU, que lo hizo incluso
con algunos parlamentarios acompañando movilizaciones populares, aunque sin
dejar de lado los preparativos de su primer congreso nacional previsto para
realizarse pocos meses después.
GALÓN DE GASOLINA COSTABA UN CUARTO DE MILLÓN DE
SOLES
No tiene sentido en estos momentos analizar las
medidas económicas anunciadas en esa ocasión por el nuevo ministro de Economía
y Finanzas, Abel Salinas Izaguirre, que elevaron los precios de los artículos
básicos entre 100 y 250 por ciento. Si cabe recordar que el presidente de la
Comisión de Plan de Gobierno de IU, Javier Iguiñiz, señaló que “el talón de
Aquiles del paquete es su éxito que consiste en provocar más miseria y
desempleo en la población para ahorrar divisas…”
Para ilustrar la situación que se vivía,
mencionaré algunas de las alzas: el galón de gasolina de 84 octanos -la más
usada en esa época- pasó de 63 a 250 intis, el kilo de arroz subió de 25 a 60
intis, la botella de litro de aceite de 60 a 131, la bolsa de leche en polvo de
9 a 18 intis y el kilo de pollo de 180 a 350 intis. Habría que añadir que la
nueva moneda tenía menos de tres años de establecida, por lo que era común que
todavía se hablara de soles y así la gasolina valía 250 mil soles, el aceite
131 mil, la leche 18 mil y el arroz 350 mil. El costo de las tarifas de agua,
luz y teléfonos, se elevó por encima del cien por ciento. También subieron los
costos del transporte. Entre enero y agosto de ese año la inflación había
alcanzado 243%, pero con ese “paquetazo” y posteriores medidas económicas entre
setiembre y diciembre alcanzó 431%, es decir pasamos de vivir con una altísima
inflación a tener una hiperinflación que para el año llegaría a 1722%.
Luego del “paquete”, que incluía algunas medidas
para paliar su efecto en la población como el aumento al sueldo mínimo de 6020
intis a 15000, se hicieron públicas también las condenas de las principales
organizaciones populares, así como se iniciaron conversaciones para convocar un
paro nacional el mes siguiente. De hecho hubo varias paralizaciones de
transportes en rechazo al alza de combustibles. Y en Lima como en otras
ciudades del país se desarrollaron movilizaciones de protesta por las medidas
económicas. Estando suspendidas las garantías constitucionales, las marchas
fueron reprimidas por la policía, en algunos casos violentamente, incluso
golpeando a parlamentarios de izquierda. En Arequipa y Puno se produjeron
bloqueos de carretera. De algunas de las movilizaciones se aprovecharon
elementos delincuenciales para promover el saqueo de mercados y tiendas
comerciales, el peor de los cuales se desarrolló en el distrito puneño de Ilave
que incluyó la participación de seis mil campesinos.
MÁS DE 3 AÑOS EN OTRAS CARTERAS, MENOS DE 3 MESES
EN ECONOMÍA
Las medidas económicas no lograron cumplir con
las expectativas gubernamentales y tuvieron que ser complementadas con un
segundo “paquetazo” el 22 de noviembre, la que tuvo como efecto la salida de
Abel Salinas menos de una semana después. Los comentarios de la época señalaron
que el ministro, sus viceministros y algunos funcionarios de confianza no
pudieron sacar adelante el denominado Plan antiinflacionario debido a los
cambios introducidos por el presidente García. Vale recordar que Salinas -respetado
dirigente aprista- había integrado el gabinete ministerial desde el inicio del
gobierno como titular del Interior por 23 meses y luego como ministro de
Energía y Minas por 14 meses, pero en la cartera de Economía no llegó a cumplir
tres meses.
Pero volvamos a setiembre de 1988. Circularon
rumores sobre la renuncia del presidente Alan García y también sobre la
posibilidad de un golpe militar. Un despacho de la agencia de noticias United Press International, recogiendo
diversas versiones locales, señaló el día 12 que García “…estuvo a punto
de renunciar abrumado por el costo político y social que le significó aprobar
un traumático aumento en los precios de los combustibles, alimentos y
medicinas”. También se daban versiones sobre intentos de golpe de estado que
fueron desmentidos por el ministro de Defensa general Enrique López Albújar y
el presidente del Comando Conjunto de la Fuerza Armada.
En esos mismos días, el presidente del Consejo de
Ministros, senador Armando Villanueva del Campo, reveló que se estaba
preparando reuniones con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional,
con los que el Perú se había distanciado desde que García iniciara su mandato. Villanueva
reveló que hubo una reservada “reunión en la cumbre” con los líderes del
FREDEMO, Fernando Belaunde Terry, Luis Bedoya Reyes y Mario Vargas Llosa, con
los vicepresidentes, senador Luis Alberto Sánchez y diputado Luis Alva Castro y
el propio Villanueva para intercambiar opiniones para las coordinaciones con esos
organismos económicos internacionales. El manejo heterodoxo de la economía del
presidente García había llegado a su fin y, con las medidas económicas se
buscaba que los organismos internacionales facilitaran préstamos. Pero ese
objetivo fracasó…
EL COSTO DEL TERRORISMO NO SÓLO FUE DE VIDAS
HUMANAS
Con el país social y políticamente convulsionado
y con gravísimos problemas económicos, se conoció en ese mes de setiembre, que
el Perú había tenido más de 10 mil millones de dólares en pérdidas materiales
desde 1980 hasta el 30 de junio de 1988. Así se señalaba en el informe de la
Comisión Especial de Pacificación del Senado, presidida por Enrique Bernales,
ex candidato a la primera vicepresidencia de la república por IU en las
elecciones de 1985 y ex secretario general del Partido Socialista
Revolucionario, PSR. Fue un documento muy serio trabajado buscando fuentes
confiables y además de buscar tener una información objetiva, tenía como
finalidad adicional que fuera remitido al Consejo de Ministros para la elaboración
de una estrategia integral antisubversiva. El documento informaba que en ese
mismo periodo hubo 12884 hechos subversivos y 11305 muertos entre civiles,
militares, y policiales y subversivos. Incluso se señalaba que entre el 30 de
junio y el 21 de setiembre se habían producido 548 muertes más, 269 de las
cuales eran de civiles.
Justamente el 21 de setiembre había sido
asesinado un teniente gobernador del distrito de Laredo en La Libertad a quien
le dejaron un letrero con la inscripción “Así mueren los testaferros del Apra”.
Y el mismo 21 en una puerta lateral del edificio del ministerio de Economía detonó
una carretilla de venta ambulante con doce kilos de dinamita quedando 19
personas heridas, cinco de ellas de gravedad. Al día siguiente, a pocas cuadras
del Congreso donde el senador Bernales presentó su informe y a cien metros de
Palacio de Gobierno, estalló un “coche-bomba” en una playa de estacionamiento.
Así vivíamos en el Perú hace justamente treinta
años. Este país sangraba todos los días ya que en los últimos tres meses tenía
un promedio de cerca de siete muertos por día, producto de los atentados
subversivos y también de la mucha veces indiscriminada represión. Y así
hacíamos política, dando nuestra dedicación, nuestro tiempo y nuestro dinero
para sacar adelante las concepciones ideológicas y políticas que juzgábamos
mejores para la patria.
EL IMPULSO A CONGRESO DE IU EN MEDIO DE
TURBULENCIAS
A fines de julio de 1986, en el III Congreso
Nacional del PSR yo había sido elegido secretario general del partido en
reemplazo justamente de Bernales y en esos días de setiembre estaba en
actividades tan distintas como firmar un comunicado denunciando “a quienes
desde la derecha macartista o desde el violentismo terrorista pretenden
aprovechar la actual crisis para propiciar un golpe militar…”, avanzar con
otros sectores no partidarizados de IU en la formación de la Coordinadora
Nacional de la Convergencia Socialista y participar como integrante del Comité
Directivo Nacional de IU en las actividades de apoyo a la Comisión Organizadora
del Primer Congreso Nacional, que presidía Henry Pease, integrante también del
CDN de IU como representativo de los militantes sin partido.
Habían pasado muy pocas días del súbito fallecimiento
de Mary, la esposa de Henry, por lo que en las reuniones en esos días nuestra
relación fue muy estrecha, ya que al compromiso compartido de sacar adelante
ese evento se unía la fraterna amistad de más de 20 años, anteriores
militancias partidarias compartidas y trabajar juntos más de catorce años en
DESCO, buena parte bajo su dirección. Por eso desde ese mes varias reuniones
del CDN se realizaron en su casa, a su pedido, y al terminar muy tarde en las
noches me retenía sólo a mí con la frase “Los compañeros se van, los amigos se
quedan…” Ninguno podía suponer que cuatro meses después estaríamos en
posiciones encontradas al final del congreso de IU…
¿Qué pasaba en esa época al interior de IU? En
algunos sectores -incluyendo manifiestamente al PSR- se estaba reflexionando a
partir de análisis y encuestas que señalaban que Alfonso Barrantes, ex alcalde
de Lima y ex presidente de IU, tenía grandes posibilidades de ser el siguiente
presidente de la república. Nuestra preocupación estaba centrada en la
coherencia que tendría un frente -convertido en gobierno- con muy distintas
posiciones políticas. No creíamos en la unidad por la unidad y resultaba
irresponsable llegar al gobierno con agrupaciones que no estaban dispuestas a
una actuación democrática. Esto era coincidente con lo que le había escuchado
casi un año antes al propio Barrantes, preocupado que en un eventual gobierno que él encabezara, el ultra
izquierdismo que “tenemos en nuestras propias filas” fuera “nuestro principal
enemigo” (Ver crónica “Con Barrantes en Moscú” del 20 de enero de 2017).
Desde el mencionado congreso del PSR, se venía trabajando en delinear
lo que calificábamos como el “proyecto socialista” que era lograr, al interior
de IU, un bloque homogéneo diferenciado ideológicamente de fuerzas marxistas
leninistas. No pensábamos en rompimiento del frente pero estábamos convencidos que
debía aislarse posiciones de ultraizquierda que además no hacían un deslinde
claro contra el terrorismo. En ese trabajo nos habíamos acercado a un sector muy
amplio de quienes se sentían militantes de IU pero no de ninguno de sus
partidos, denominado No Partidarizado o NoPar -que varios señalaban como el grupo
barrantista- que había comenzado a trabajar públicamente a mediados del año
anterior poco después de las crisis de IU que culminó con la renuncia de Barrantes a
la presidencia del frente (Ver crónica “Barrantes renuncia a Presidencia de Izquierda Unida” del 23 de abril de 2018).
Desde que algunos parlamentarios de IU, que no militaban en ninguno de
los partidos que integraban el frente, se plantearon la posibilidad de
organizar a esos sectores independientes, los NoPar habían pasado por algunos
avances y retrocesos organizativos -que intentaremos en otra oportunidad de
relatar- pero ya tenían algunos voceros que el resto reconocía. Por esa razón a
mediados de agosto se había hecho público un comunicado dando nacimiento a la Coordinadora
Nacional de la Convergencia Socialista que firmamos Tomás Montoya por los
NoPar, Francisco Guerra García como independiente y yo por el PSR. Se señalaba
como una alternativa democrática de transformación y afirmábamos dentro de IU
donde no debería haber lugar para las tesis violentistas y antidemocráticas. De
hecho cuando se me preguntó si la Convergencia Socialista pediría su ingreso a
IU, contesté que no era necesario porque ya estaba… considerando que todos sus
integrantes eran militantes del frente.
De lo que se estaba hablando era la constitución de un movimiento muy
amplio dentro de IU que compartieran todos los sectores no marxistas
leninistas, aunque para desarrollar sus propuestas políticas y electorales
coordinara y mantuviera estrecha relación con partidos como el Partido
Comunista Revolucionario, PCR, liderado por Manuel Dammert y otros sectores de
IU. De hecho veníamos coordinando desde meses atrás con el PCR y se acaba de
establecer contacto con un grupo que se había apartado del Partido Unificado
Mariateguista, PUM, encabezado por el diputado Carlos Tapia. Estos disidentes
formarían meses después el Movimiento Socialista Peruano.
Esa crisis avivó las críticas a las posiciones del PUM de varios de los
dirigentes de los NoPar, aunque hay que señalar que algunos de ellos habían
militado en Vanguardia Revolucionaria, partido que se integró con otras dos
fuerzas políticas para fundar el PUM en octubre de 1984. Trascendió por esa
época que continuaban problemas internos en el PUM, lo que quedó corroborado
cuando tres meses después otro grupo disidente conformara la Coordinadora
Nacional Mariateguista.
NO IMAGINÁBAMOS LO FUERTES QUE SERÍAN LAS DIFERENCIAS
Volvamos a setiembre de 1988. Sobrellevando su pesar,
Henry Pease seguía adelante en la preparación del Primer Congreso Nacional de IU
convocado para mediados de diciembre. A la comisión organizadora que presidia le
imprimía su estilo personal: trabajo intenso sin pausa y pasando por encima de
cualquier obstáculo cuando no se podía sortear. El trabajo se realizaba en
estrecha coordinación con el CDN de IU, después de cuyas sesiones en casa de
Pease -como ya conté- me quedaba conversando con él no sólo como amigo sino como
dirigente de uno de los partidos de IU, por lo que fueron varias veces que
hablamos del futuro Congreso.
En esas conversaciones durante ese mes habían matices que no imaginábamos
que podían separar tanto nuestras posiciones. Coincidiendo en que IU no debía
caer en el ultra izquierdismo, él pensaba que las bases organizadas a través
del empadronamiento y los congresos distritales y provinciales el esfuerzo
organizativo no caerían en el maximalismo. Mientras él estaba seguro que
ganando las tesis políticas se lograba mantener a IU en una posición de
izquierda moderna y responsable y, sobre todo, democrática, yo le manifestaba
mis dudas basado esencialmente en que esos sectores no eran democráticos.
La posibilidad que Barrantes fuera el candidato presidencial de IU en
1990 y que ganara las elecciones, era otro tema de conversaciones. Coincidíamos
en que lo mejor sería que Barrantes fuera un candidato orgánico de todo el
frente, pero la dificultad era que para Alfonso el PUM no debía ser parte del
frente. Allí mi óptica -y la de muchos otros también- era que la candidatura
tenía que concretarse aun a costa de la unidad del frente y la óptica de Henry era
preservar la unidad porque estaba seguro que los grupos minoritarios de
posiciones ultraizquierdistas no tendrían ningún peso en las decisiones de IU.
Ninguno imaginaba que el candidato presidencial que inscribiría IU en
noviembre de 1989 no sería Barrantes sino Pease. Tampoco que seríamos
vecinos y conversaríamos mucho en la zona reservada al CDN en el congreso que
se realizaría en Huampaní cuatro meses después, reunión sobre la cual espero
escribir en muy poco tiempo. Es que recién estábamos en setiembre de 1988...
Excelente resumen de lo acontecido. Seria interesante conocer las razones de la separacion entre Hervy, Filomeno y Barrantes....cuales las diferencias?
ResponderBorrarEs importante para ponderar las motivacions y raziones de una continua dificultad de las ezquierdas paea hacer frentrs y mucho mas para mantenerlo y mucho mas tranajar juntos. ES LA IDIOSINCRACIA NUESTRA?