El martes 19 de mayo de 1987 se realizó un paro
nacional convocado por la Confederación
General de Trabajadores del Perú, CGTP. El presidente de la república Alan García
Pérez y el Partido Aprista Peruano, a poco de cumplir dos años en el gobierno, enfrentaban
por primera vez una paralización de la principal agrupación sindical peruana,
la mayoría de cuyos dirigentes estaban vinculados a varios de los partidos
integrantes de Izquierda Unida, IU, frente que constituía la segunda fuerza
política del país. Lo insólito de la situación es que si bien las críticas a
las políticas de García eran duras, también había cuestionamientos para Alfonso
Barrantes, presidente justamente de IU… debido a que se encontraba fuera del
país.
Aunque los voceros del régimen, particularmente el ministro de Trabajo,
Orestes Rodríguez, señalaron que el paro sólo se había acatado parcialmente no
superando el 35% de los trabajadores en Lima y 25 % en provincias, los corresponsales
de prensa extranjera, por su parte, informaron que lo acataron más de la mitad
de los trabajadores y que fue notoria la ausencia de transporte público.
APOYO RESUELTO AL PARO
El secretario general de la CGTP, senador Valentín Pacho, afirmó que
el paro resultó exitoso y exigió al gobierno el cambio de política económica y
laboral considerando que “el pueblo ha dicho su palabra, ha expresado su
protesta masiva y contundente contra el gobierno”. Además manifestó que desde la
instalación del gobierno, le habían solicitado conversar sobre sus problemas y
sólo tuvieron el silencio como respuesta. Pacho añadió que de no encontrar
disposición al diálogo y a la búsqueda de solucionar sus problemas, convocarían
un nuevo paro.
El día del paro, dirigentes partidarios y parlamentarios de los
partidos de IU estuvieron presentes en varias marchas de los trabajadores y
pobladores en distintas zonas de Lima así como en las principales capitales del
país. No era tarea fácil implementar esas movilizaciones, ni tampoco organizar el
paro, considerando el estado de emergencia -incluyendo toque de queda- y la
suspensión de garantías vigentes desde febrero del año anterior, tanto en Lima
como en diferentes regiones del país, lo que significaba riesgos para la
libertad de los dirigentes de las distintas bases sindicales, así como de
organizaciones campesinas y barriales que se adhirieron al paro.
Además, en los días inmediatamente anteriores, hubo momentos de gran
tensión por una huelga policial que dejó desguarnecidas a las principales
ciudades del país. Duró tres días y se levantó el día 18 luego que gobierno
anunció que reconocería a la Comisión de Diálogo del Personal Subalterno de las
Fuerzas Policiales.
BARRANTES NO IMAGINABA QUE LO ESTABAN CUESTIONANDO
Barrantes había viajado invitado a participar en el Congreso
del Frente de la Patria de Bulgaria que se realizó entre el 14 y 16 de mayo y
de regreso quedó en Madrid porque tenía algunos compromisos en España. Llegó a
Lima el día 23 y se enteró que dirigentes sindicales habían señalado que no debió viajar para encabezar
el apoyo de IU a los trabajadores.
Eso no lo podíamos suponer, cuando a las siete de la mañana del día 18
luego de tomar desayuno en Sofía, me despedí de Alfonso, antes que emprendiéramos
el regreso por distintas rutas. Desde
julio de 1986, yo era secretario general del Partido Socialista Revolucionario,
PSR, integrante de IU desde su fundación en setiembre de 1980. Aunque
habíamos dialogado sobre los problemas internos en IU, no podíamos imaginar la
magnitud de las críticas que su ausencia en Lima el día del paro motivaría.
PROBLEMAS PARA LA SEGUNDA VUELTA
Hoy hay que retroceder más de treinta años para
tratar de entender esa situación. En las elecciones del 14 de abril de 1985
García había obtenido 53.1% de los votos válidos y Barrantes el 24%. Pero en
esos momentos, la legislación electoral señalaba que para ganar se tenía que
tener más del 50% de los votos emitidos con lo cual el candidato aprista llegaba
al 45.5 % más que duplicando la votación del candidato de IU de sólo 21.1 %.
Pero como no llegaba a la mitad más uno, ambos debieron pasar a la segunda
vuelta.
Mientras se especulaba cómo se desarrollaría la
campaña, considerando que sería la primera vez que ocurriría una segunda vuelta
electoral en el país, en la mañana del 24 de abril se produjo un grave atentado
terrorista con metralletas y explosivos contra el presidente del Jurado
Nacional de Elecciones, Domingo García Rada, quien quedó muy grave con dos
heridas de bala en la cabeza y otra en un brazo.
Ese misma tarde, acompañé al entonces secretario
general del PSR y senador virtualmente reelecto Enrique Bernales a conversar
con Barrantes, quien nos planteó el retiro de la fórmula presidencial -que
también integraba Bernales como candidato a la primera vicepresidencia- con el
fin de evitar que se aprovechara la contienda electoral para convertirla en
escenario de atentados terroristas . Por otro lado, el rechazo lógico al acto
criminal también comenzaba a generar un clima peligrosísimo para el sistema
democrático, ya que algunas voces exigiendo medidas de fuerza contra el
terrorismo tenían un cierto “tufo” golpista.
Además, Barrantes nos dijo que la insuficiencia
de fondos se había agudizado mes a mes y que no estaba claro cómo sustentar la campaña.
Por cierto que el problema de fondos no se utilizaría públicamente como
argumento. No fue necesario alargar la reunión. A las cuatro de la tarde
conversamos con el general Leonidas Rodríguez Figueroa, presidente del PSR, y
poco después tuvimos una reunión del comité ejecutivo del partido y coincidiendo
con los argumentos de Barrantes, acordamos respaldar el planteamiento de retiro.
Hasta donde recuerdo, Alfonso encontró el
inmediato apoyo a su posición de parte de los virtuales senadores electos Gustavo Mohme, secretario general de Acción
Política Socialista, y de Miguel Ángel Mufarech, presidente de Partido de Integración
Nacional. Ambas organizaciones habían participado como invitadas en las listas
de IU y logrado la elección de su principal dirigente. Meses después, APS se
integraría formalmente a IU y PADIN se alejaría.
Barrantes planteó su posición a dirigentes de casi
todos los partidos integrantes de IU. El PSR estuvo de acuerdo como ya he
contado. El Partido Comunista Peruano, PCP, aceptó coincidiendo en las razones
expuestas por Barrantes aunque señalando que debía evitarse que fuera
interpretado como capitulación ante el APRA. Algo parecido sucedió con el
Partido Comunista Revolucionario, PCR, que poco antes se había manifestado
entusiasmado por la campaña para la segunda vuelta. La Unión de Izquierda
Revolucionaria, UNIR, con la conducción de Patria Roja, aceptó a regañadientes.
El senador virtualmente reelecto Genaro Ledesma presidente del Frente Obrero Campesino Estudiantil y
Popular, FOCEP, se opuso al retiro y cuando se hizo público anunció que
denunciaría a Barrantes y a la dirigencia de IU ante los sectores populares. En el
Partido Unificado Mariateguista, PUM, se generó un problema interno ya que
quien aceptó el retiro fue Agustín Haya de la Torre, candidato a la segunda
vice presidencia, aparentemente contra la opinión mayoritaria de su dirección.
Sin embargo, el PUM no hizo pública su discrepancia.
LA RENUNCIA DE LA CANDIDATURA PRESIDENCIAL
Al día siguiente, Alfonso Barrantes anunció la
declinación de su candidatura para evitar darle ocasión al terrorismo de nuevos
atentados. Señaló que había presentado el documento respectivo ante el Jurado
Nacional de Elecciones. El pueblo tiene ya un nuevo gobierno, pero éste tiene
al mismo tiempo una nueva oposición, dijo. Los comentarios de observadores
políticos coincidieron en que la decisión era una muestra de pragmatismo,
considerando la diferencia en votos, pero también para evitar que la derecha apoyara
abiertamente a García y tratara luego de rebajar el perfil reformista mostrado
en su campaña. Por otro lado, los medios de comunicación enfatizaron que -dada
la gran diferencia entre la votación de ambos- la mayoría de la opinión pública
era contraria a la realización de la segunda vuelta que significaba además un
enorme gasto en momentos de gran crisis económica.
Para muchos fue evidentemente una decisión que él
ya tenía tomada, con la anuencia de Bernales y Haya de la Torre, quienes como
candidatos a las vicepresidencias, habían tenido que suplir a Alfonso en varias
presentaciones en mítines públicos a los que no llegó. Y aunque lo del atentado
significó una razón de peso, no hay que descartar otro hecho: temor a que no
hubiese acompañamiento en la campaña de la segunda vuelta, considerando que ya
estarían definidos los senadores y diputados electos.
Durante las siguientes semanas, el Jurado
Nacional de Elecciones no tomó ninguna determinación sobre la renuncia porque
aún estaba realizando los cómputos, debido a una serie de tachas o problemas
que ya no afectaban el resultado electoral. Hubo numerosos pronunciamientos de
carácter jurídico sobre la constitucionalidad o no de anular la segunda vuelta,
ya que la posibilidad de la renuncia no estaba prevista. Finalmente el 31 de
mayo, culminó el cómputo oficial para la presidencia y vicepresidencias y al
día siguiente, el Jurado proclamó a García como presidente, y al senador
virtualmente reelecto Luis Alberto Sánchez y al diputado virtualmente reelecto
Luis Alva Castro como vicepresidentes. Para hacerlo aceptó la declinación de la
fórmula de IU y señaló que ante el vacío de la legislación electoral y ante la
posibilidad de una segunda vuelta con un solo candidato, el Jurado como ente autónomo
había decidido proclamar la fórmula aprista, considerando además que había
alcanzado el 53.1 % de los votos válidos.
LAS SUSPICACIAS SOBRE AMISTAD ENTRE BARRANTES Y
GARCÍA
El retiro
fue motivo de cuestionamientos internos e intercambio de opiniones discrepantes
en IU, pero no se hubiese generado una crisis mayor sino fuera por la
percepción en las bases de IU de un cierto acercamiento del líder izquierdista
al presidente electo en la etapa entre su declinación y la asunción del
gobierno el 28 de julio de 1985. No había pruebas, pero entre los militantes
izquierdistas corrían rumores que varias veces Barrantes se había reunido con
García y que incluso éste le consultaba los posibles integrantes de su primer
gabinete.
En esa época y en meses posteriores que tuve posibilidad de hablar con
tranquilidad con Alfonso me quedó claro que hubo intercambio de opiniones prácticamente
sólo en materia de la futura política internacional, aunque sí relaciones
personales muy cordiales.
La percepción de la cercanía se mantuvo una vez que García asumió la
presidencia de la república, ya que más de una vez invitó a Barrantes en su
calidad de alcalde de Lima y vecino ya que el Palacio Municipal queda a pocos pasos
del Palacio de Gobierno. Aunque muchas esas conversaciones no tenían
trascendencia política e incluso varias veces fueron para recibir a dirigentes
izquierdistas centroamericanos, siempre fueron usadas por sus detractores para
decir que Barrantes estaba capitulando frente al APRA.
EL PRESIDENTE HACE CAMPAÑA CONTRA EL ALCALDE
La situación se agravó en el segundo semestre de 1986, durante la
campaña electoral para las elecciones municipales del 9 de noviembre, en las
que hasta días antes la reelección de Barrantes era considerada segura. Alan
García que apoyó públicamente a Jorge del Castillo, candidato del Partido
Aprista, en la etapa final de la campaña amplió el respaldo, incluyendo el
ofrecimiento del tren eléctrico para la ciudad que aunque suplantaba la función
municipal daba la imagen que con Del Castillo el gobierno central haría más por
Lima. El resultado del apoyo gubernamental, unido al desgano de Barrantes quien
hizo muy pocas actividades de campaña electoral, considerando que su obra era
la mejor presentación de su candidatura, tuvo como resultado el triunfo de Del
Castillo. Incluso el resultado por muy estrecho margen, luego de semanas de
reclamos de fraude, recién se dio el último día del año.
Las acusaciones de fraude inmediatamente después de las elecciones
significaron movilizaciones en distintos puntos de la capital con militantes
que reclamaban enfervorizados. Incluso en pocos días se realizó un mitin contra
el fraude en la plaza San Martín en que Barrantes fue pifiado por referirse al
fraude sin encarar al APRA y a García y ovacionado cuando finalmente los
fustigó. Y es que Alfonso pensaba que siendo el principal líder de la oposición
no podía ser cuestionada su amistad personal con García, que corrían por
cuerdas separadas. Incluso el día anterior al mitin, después de encontrarse
casualmente al salir ambos del aeropuerto se habían ido a almorzar juntos, para
felicidad de periodistas y principalmente fotógrafos que podían captar la
imagen del candidato a punto de ser derrotado en su intento de reelegirse departiendo
cordialmente con el principal auspiciador del candidato que lo derrotaría.
Aunque los partidos que apoyábamos a Barrantes -PSR, PCR y en menor
medida el PCP- así como parlamentarios y dirigentes que no integraban partidos
-los No Partidarizados se les denominaba- nos cuidábamos de realizarles
críticas, era evidente la apatía que mostraba el principal líder de la
izquierda. Ese desgano continuó en los primeros meses de 1987, incluso dejó de
asistir al Comité Directivo Nacional de IU en las sesiones realizadas hasta
mayo. Como estaba establecido, en su ausencia presidía las sesiones el
coordinador de turno que cambiaba todos los meses y que correspondía al
secretario general de cada uno de los partidos integrantes. Sólo en una ocasión, en abril bajo la coordinación de Alberto Moreno -secretario general de
Patria Roja- Alfonso asistió brevemente luego de lograr que se cambiara de
local de la reunión para confundir a algunos.
Y, paralelamente, dejaba que corrieran rumores -definitivamente
falsos- sobre presuntos acercamientos con el APRA. Era una manera del propio
Barrantes de provocar a algunos sectores de IU. Me explico: tal como me lo manifestó
en una larga charla durante nuestra estadía en Bulgaria y, aunque yo no lo
sabía entonces, lo había declarado en una reunión formal pedida por la Comisión
Política del PCP unas tres semanas antes (Ver crónica “Propuesta a Barrantes que no pude concretar” del 21 de
octubre de 2016)
Barrantes consideraba que IU debía definir a corto plazo, si quería o no ser
gobierno en 1990. Y de quererlo, debía subordinar sus acciones a ese objetivo.
En ese caso, pensaba que debía asumirse cómo encarar la presencia del PUM, UNIR
y FOCEP que para él constituían una dificultad para lograr el gobierno, ya que
sus posiciones atemorizaban a los sectores medios a donde debía crecer la
votación de IU ya asentada en los sectores populares.
DIRIGENCIAS CON LAS QUE CONSIDERABA GOBERNAR LO DESESTABILIZARON
Ese era el trasfondo cuando el 11 de mayo de 1987 Barrantes parte
hacia Bulgaria. Faltaban ocho días para el paro nacional convocado por la CGTP
que marcaba el fin de una tregua implícita concedida al joven presidente de
discursos antiimperialistas, pero cuyas políticas económicas consideraban los
dirigentes sindicales que iban contra los trabajadores.
Por eso cuando regresa a Lima el 23 y señala que el paro del 19 fue “exitoso”
y lo califica como un fuerte golpe a la “soberbia gubernamental”, no hay mayor
eco en las dirigencias sindicales debido a que ya existía suspicacia frente al
líder. Incluso sucede un hecho muy significativo contra Barrantes. Se realiza
una asamblea de las bases distritales de Lima y Callao de IU, junto con
representes de organizaciones populares, para coordinar tareas de impulso a un
mitin convocado para el 3 de junio por IU, bajo la coordinación del senador Genaro Ledesma. Esa reunión no correspondía a ninguna
instancia formal y sirvió para gente del partido justamente de Ledesma y del PUM
plantearan una moción de censura a Barrantes por alejarse del país en víspera
del paro nacional.
Yo regresé a Lima el 26 a mediodía y saliendo del aeropuerto me enteré
por los diarios de las explicaciones de Ledesma sobre lo que se buscó con esa
asamblea y que creaban mayor confusión. Inmediatamente me vino a la cabeza cuando
hablamos con Barrantes de los problemas de IU y se refirió a la “incontinencia
verbal” de Ledesma. Esa tarde tuve varias conversaciones partidarias y diálogos
telefónicos con dirigentes de otros partidos y el propio Barrantes. La
situación era muy tensa y al día siguiente estábamos todos invitados a la
inauguración del IX Congreso Nacional del PCP. Si en algún momento Barrantes dudó
en ir ante la posibilidad de encontrar algunos sectores hostiles, lo obligaba a
asistir el peso que le daba a la presencia del PCP en el movimiento sindical,
en la perspectiva de un futuro gobierno.
De esto último conversaríamos largo en noviembre de ese mismo año,
cuando me señaló que era muy difícil ser gobierno sin el apoyo militante de los
sectores populares, que lo podía garantizar la CGTP, enfrentando a los ultra
izquierdistas que “tenemos en nuestras propias filas” (Ver crónica “Con Barrantes en Moscú” del 20
de enero de 2017).
Algunos coordinamos para llegar con Alfonso al Centro Cívico de Lima,
donde se realizaría la ceremonia, No recuerdo quienes más estábamos a su lado
cuando ingresamos el 27 a las 7:30 de la noche a ese auditorio. Cuando se
anunció su llegada comenzó una fuerte rechifla de algunos asistentes que pronto
fue seguida por muchos más que coreaban “Izquierda es consecuencia y no
vacilación”. Vi los esfuerzos de dirigentes del PCP de parar la protesta pero
ni siquiera su eficientísimo cuerpo de seguridad pudo hacer nada y, creo, que
incluso algunos de sus integrantes se plegaron a la rechifla de varios minutos
que se nos hicieron interminables.
Cuando terminamos de acomodarnos en los asientos para invitados y me
fijé en el rostro aparentemente imperturbable de Barrantes entendí que había
tomado una decisión. Cuatro días después, durante un programa televisado
anunció su renuncia irrevocable a la presidencia de IU. La forma como se
procesó orgánica y políticamente esta decisión seguramente será motivo de otra
crónica. Pero creo que fue el principio del fin, ya IU no sería una opción de
gobierno…
Te agradezco Alfredo por hacerme comprender como fueron esos días, y aclararme los motivos que provocaron la declinacion la IU. Habia dejado de vivir en Perú y no tenia información confiable. Fue un buen intento, que mostró los limites de un proyecto de unidad ideológica basada en afinidades ideologicas, pero no en un proyecto de pais. Espero que serva de experiencia para la nueva oposición de izquierda que se esta organizando en Peru.
ResponderBorrarSe considera al socialismo, comunismo una forma política positiva para el desarrollo de los pueblos?
ResponderBorrarExiste en planeta algún gobierno de izquierda que se haya desarrollado eficazmente?
La China representa una simbiosis muy particular el gobierno central es ahora capitalista mientras que mantiene a su gigante pueblo con el sistema comunista y esta cosechando bastante bien con esta formula, que sucederá con la China en una docena da años?. Qué sucederá con Cuba y Venezuela? Se puede considerar a esos pueblos comunistas un ejemplo de gobierno eficaz y practico?.
Porque siendo un país con tantos defectos como es Los Estados Unidos, hay tanta gente que quiere emigrar de sus países de origen a este país? Y no solo de Latino-America sino de todos los países del planeta?
Nunca hubo un solo socialismo. En la Guerra Fría el PCUS y la URSS impusieron su modelo nacido y desarrollados EN GUERRAS, tanto con Japón, antes, Civil, después del triunfo bolchevique, la primera y segunda Guerra Mundial, n o en paz: esto es algo que para mi remachó la concepción totalitaria y dictatorial del marxismo-leninismo-sovietismo-stalinismo. Me explico? También en guerras hubo la práctica de otro modelo teórico y legal socialista, pero que tambien tenía su naturaleza dictatorial en Yugoeslavia y el Titoismo, que logró, dicho sea de paso, unificar los pueblos balcánicos por más tiempo registrado; hoy viven balcanizados y con odiuos entre ellos. Otro tema sería hablafr de las teorías y prácticas de académicos marxistas que fueron críticos de esa versión oficial de Estado-Partido único. Ver Revistas: Praxis y Esprit, y autores como Brus, polaco, Horvath, yugoeslavo de origen croata, como Tito!no serbio como muchos creen. Felicitaciones querido Alfredo. Ahora espero que hagamos algo parea escribir una crónica, medio historia,, pior nuestra edad y rigor, sobre los social cristianos, demócrata cristianos y el PSR. Abrazo
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