A las 9 y 30 de una noche de mayo de 1978 llegamos con Paco Moncloa a una quinta de Miraflores a una cuadra de la avenida Pardo. Integrantes del equipo de seguridad del Partido Socialista Revolucionario nos dijeron que era un refugio seguro. Sin embargo en media hora, hasta que comenzó el toque de queda, llamaron a la puerta por lo menos tres personas. Y luego un par más, cuando se suponía que nadie podía circular. Todas, reconociéndonos o intuyendo que estábamos clandestinos, nos preguntan sobre la situación política y las medidas que tomarían los partidos de izquierda. Cuando termina el desfile de visitantes, Paco me dice es como si nos hubiesen dejado en una mesa del Haití, por donde todos pasan y todos nos pueden ver.
viernes, 24 de mayo de 2013
A 10000 METROS DE ALTURA NO HAY NADA QUE HACER (1987)
Hay
gente que no le gusta viajar en avión. Están intranquilos desde días antes e incluso
se angustia mucho más si se trata de viajes largos. No es mi caso. Desde mi
primer viaje del Cusco hacia Lima, en abril de 1962, subir a un avión se
convirtió en una agradable experiencia.
FUI BENEFICIADO POR UNA INJUSTICIA (1952)
Diciembre
de 1952, clausura del año escolar en la Gran Unidad Escolar “Tomas Marsano” de
Surquillo, que cuatro años después se llamaría "Ricardo Palma". Después de cantar el himno nacional, algún poema declamado por un
alumno y quizás un discurso de algún profesor, se procedió a la entrega de
premios en el siguiente orden: 4° y 5° de Primaria, del 1° al 4° de Secundaria
Comercial, del 1° al 4° de Secundaria Industrial y del 1° al 5° de Secundaria
Común. Para mi sorpresa el primer llamado para ser premiado soy yo. Mi sorpresa
es real porque sé que no me corresponde…
NIÑO DIOS: UN ACTIVISTA PARA ELECCIONES (1961)
Uno de
los mejores amigos que tuve en el colegio se llamaba Oscar Álvarez Carrillo que
falleció trágicamente en 1978 (Ver
crónica "Óscar Álvarez se fue muy pronto” del 27 de noviembre de 2012). Cuando conocí a su familia por el año 1954 me
enteré que era el segundo de diez hermanos, aunque años después nacerían dos
hermanas más. Todos los hermanos eran tranquilos y ayudaban a la madre en
algunas tareas del hogar, particularmente con los hermanos menores. Su hermano
Julio, el quinto, además era muy tranquilo e incluso ayudaba en las misas
dominicales como monaguillo en la iglesia del parque de Barranco, a la que
acudía casi a diario.
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