martes, 30 de julio de 2024

INTENTO DE NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA (1987)

En estos días he buscado en mi memoria algún hecho político que coincidiera con las Fiestas Patrias en el Perú, exceptuando por cierto aquellos 28 de julio en que se instalaba algún nuevo gobierno. Creo que las Fiestas Patrias de 1987 podrían ser una de las más significativas porque en esa oportunidad Alan García Pérez, presidente de la república y líder del Partido Aprista Peruano, anunció la estatización de la banca.

Sorpresivamente en el discurso dirigiéndose al Congreso, con ocasión de culminar su segundo año de gobierno y de iniciar el tercer año, el presidente García dijo “el sistema financiero de hoy en el Perú es el más poderoso instrumento de concentración de fuerza económica y por ende de poder político y el mayor obstáculo a la democratización de la producción y la acumulación del excedente. Por eso en este instante propongo al Congreso su nacionalización reservando la actividad crediticia, financiera y de seguros al Estado. La primera medida como ya se ha dicho es la nacionalización del sistema financiero para redistribuir el poder de decisión económica y democratizar la producción y la acumulación y el crédito. Presento por ello el proyecto de ley para la nacionalización de los bancos y todas las instituciones financieras y de seguros, reservando esas actividades al Estado por convenir al interés social”

E inmediatamente añadió “Y anuncio que en tanto se debata esta ley en el congreso nacional al amparo del derecho constitucional que permite intervenir temporalmente las actividades económicas y de las facultades extraordinarias en materia económica y financiera mediante un decreto supremo de fecha el gobierno ha dispuesto la intervención por el Estado de todas las instituciones bancarias, financieras y de seguros.”

En el hemiciclo de la Cámara de Diputados, donde se encontraban también los senadores, se produjo un gran silencio que poco después fue interrumpido por aplausos de la bancada aprista -aunque muchos de sus integrantes ni se movieron- y la bancada de Izquierda Unida, IU. Y antes que culminara el discurso presidencial ya era motivo de comentarios en aquellas radios y televisoras que trasmitían el discurso presidencial.

El 29 de julio el gobierno dispuso la intervención por 120 días de diez empresas bancarias, seis financieras y siete aseguradoras. También cesó a los directorios y suspendió la competencia de las juntas de accionistas de esas entidades intervenidas.

EN CONVERSACIONES NO SE HABLÓ  DE LA BANCA

En la primeras semanas de ese mes se había debatido sobre las nuevas políticas económicas que impulsaría el gobierno, pero nadie esperaba la nacionalización de la banca. Se había producido el primer cambio de gabinete del gobierno aprista y el 28 de junio el senador Guillermo Larco Cox había asumido como nuevo presidente del consejo de ministros. Luego de jurar, Larco Cox no hizo ninguna declaración afirmando que el propio presidente García indicaría días después el rumbo que iba a tomar el manejo del economía nacional. Larco reemplazó al diputado Luis Alva Castro, segundo vicepresidente de la república, quien se rumoreaba había tenido varias discusiones con García en sus casi dos años de gestión.

Pasadas casi cuatro décadas no tiene sentido entrar en detalles del mensaje que el 5 de julio dirigió al país el presidente García en cadena de radio y televisión, Señaló que si bien el modelo económico seguido no había sido óptimo, ni un milagro, ni una maravilla, pero que era mejor al modelo liberal que había venido rigiendo en el país. Aceptó que no se habían cumplido con lo prometido meses atrás, dijo que no se había logrado controlar el dólar paralelo, anunció subida de sueldos y salarios para trabajadores privados no sindicalizados y estatales, incluyendo miembros de las fuerzas armadas y policiales, indicó también la ampliación del programa de apoyo al ingreso temporal, PAIT.  Dijo también que no necesariamente se iba a producir subida de precios en los productos alimenticios, medicinales y agropecuarios, aunque anunció el aumento de 25% en la gasolina. También convocó a la Confederación de Instituciones Empresariales Privadas, CONFIEP, y a sus gremios integrantes para que dialogaran con el gobierno en la búsqueda de lograr una contribución extraordinaria de los sectores empresariales en beneficio directo de los fondos especiales a favor de los más humildes.

Inmediatamente después, Larco Cox anunció que invitaría a conversar a los dirigentes de los partidos políticos. En Izquierda Unida discutimos sobre la conveniencia de aceptar el diálogo. Como secretario general del Partido Socialista Revolucionario, PSR, integraba yo el Comité Directivo Nacional de IU, CDN – IU y estuve de acuerdo en aceptar la invitación, teniendo claro que conversar no era pactar. El propio Larco Cox expresó que se trataba de un intercambio democrático de ideas. La reunión se produjo el 7 de julio, IU cuestionó las medidas anunciadas por Alan García y planteó la necesidad de establecer la cogestión de los trabajadores en las empresas estatales, afianzar la propiedad social y cooperativa, ampliar los alcance de las comunidades laborales y aumentar la inversión pública. El diputado Manuel Dammert, secretario general del Partido Comunista Revolucionario, PCR, en su condición de coordinador de turno del CDN – IU desmintió ante la prensa que se hubiese intentado concertar programas de gobierno, sino de escuchar los planteamientos de ambas partes. También se pidió amnistía para militantes de IU injustamente detenidos.

En la siguientes semanas el diálogo de Larco con los distintos partidos políticos, así como con instituciones gremiales prosiguió, mientras las declaraciones de los distintos actores políticos se centraban en las medidas económicas que se comenzaban a implementar. Pero en ningún momento se mencionó la posibilidad de estatizar la banca…

COMO CUY EN TÓMBOLA

Por lo que especuló desde el 28 de julio, García no había conversado sobre este anuncio ni con su propio partido ni incluso con su propio gabinete ministerial. Senadores, diputados, ministros y dirigentes apristas no aceptaron haber sido sorprendidos por el anuncio de García, pero la impresión que muchos tuvimos es que lo había conversado con muy pocas personas de su entera confianza que guardaron absoluta reserva, hasta que en pleno congreso Alan García hizo el anuncio que determinaría el clima político de enfrentamiento de los siguientes meses e incluso años…

Cuando dos días después, tuvimos una reunión de la comisión política del PSR, Fernando Sánchez Albavera excelente economista y diputado por el Callao, informó de una visita que había realizado a Alan García el día anterior. Nos contó que lo había encontrado solo, preocupado y con los periódicos del día rodeándolo. La impresión de Fernando era que el presidente no había calculado el impacto de la medida, pero tampoco preparado medidas complementarias para sacarla adelante. Nos contó que en algún momento, García le había dicho que se sentía como “cuy en tómbola“ haciendo referencia al juego en que el pequeño roedor es puesto de pronto al centro de un círculo formado por 15 o 20 cajas y por tanto sin saber a dónde meterse.

En el PSR, al igual que en los otros partidos de IU, la posición adoptada fue apoyar el planteamiento de García, pero buscando que fuera lo más consistente posible y que su implementación no significara un aprovechamiento partidario del Apra.

MITINES Y MARCHAS A FAVOR Y EN CONTRA

En las semanas siguientes hubo varios mítines tanto de apoyo como de rechazo al anunciada nacionalización de la banca. El 7 de agosto el Partido Aprista convocó una concentración en la Plaza de Armas donde habló García. Este anunció que cesaba la intervención temporal de las entidades financieras, considerando que el Poder Judicial había acogido los recursos de amparo de las instituciones afectadas. Precisó que se trataba de una medida táctica y que la aprobación de la ley remitida al congreso era la medida estratégica. Aunque precisó que su gobierno quería hacer una Revolución con pleno respeto de la democracia y las normas constitucionales, un gran sector de los manifestantes expresó su desacuerdo.

El 14 de agosto hubo un mitin del Partido Popular Cristiano, PPC, frente a su local central en la avenida Alfonso Ugarte en que su líder Luis Bedoya Reyes señaló su total y frontal oposición a la decisión gubernamental. El 20 en la plaza San Martín, pese a la poca difusión, Izquierda Unida realizó un mitin en que me tocó ser el orador de fondo, en mi calidad de coordinador de turno de IU, reiterando nuestro apoyo a la medida pero exigiendo la participación de los trabajadores en los directorios de los bancos y la no “apristización” de esas entidades. Como días antes el presidente del Banco de Crédito del Perú Dionisio Romero había manifestado haber hecho donaciones voluntarias a las campañas electorales del Apra, el PPC y Acción Popular, AP, en 1980 y la de García en 1985, en mi intervención condené este hecho y remarqué que “Izquierda Unida no se vende”. Aunque hubo tres petardos que estallaron en pleno mitin, la mayoría de los asistentes se mantuvo firme.

En la misma plaza San Martín al día siguiente se realizó un mitin mucho más numeroso que el de IU. Había sido convocado por el afamado escritor Mario Vargas Llosa y algunas otras personalidades independientes. El escritor desde el anuncio de la estatización de la banca había hecho continuas declaraciones oponiéndose a esa medida y convocando la movilización ciudadana en defensa de la libertad. Aunque ni él mismo lo imaginaba ese 21 de agosto de 1987 fue el inicio del Movimiento Libertad que él crearía meses después y que en alianza con AP y el PPC crearían el Frente Democrático -FREDEMO- que llevó como candidato a la presidencia de la república en 1990 a Vargas Llosa. En el mitin hubo muchos independientes. pero se encontraban en calidad de espectadores el ex presidente Fernando Belaúnde Terry, jefe de AP y Luis Bedoya Reyes líder del PPC. También se encontraba Roger Cáceres, líder del Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos, FENATRACA y Javier Silva Ruete, amigo de Vargas Llosa desde la infancia y en esos momentos senador del movimiento Solidaridad y Democracia, SODE.  No hubo discursos de militantes de partidos sino intervinieron independientes como Luis Delgado Aparicio que hizo de maestro de ceremonias, el renombrado economista Hernando de Soto y el arquitecto Miguel Cruchaga. Aunque esa noche en su discurso de poco más de una hora, Vargas Llosa aclaró que no era político, estuvo claro que la derecha peruana ya podía tener un candidato muy distinto a los ya gastados dirigentes que venían liderando sus partidos desde los años 60 o incluso antes.

A lo largo de todo el mes de agosto hubo múltiples movilizaciones de empleados bancarios por las calles de la ciudad principalmente por el centro de Lima y por Miraflores. La mayoría eran manifestaciones en contra de las medidas. Pero también movilizaciones de apoyo a la estatización de trabajadores organizados, estudiantes y pobladores, tanto en el centro de la ciudad como en los distritos más populosos de los llamados “conos” de Lima.

GUERRA DE TITULARES

El anuncio presidencial del 28 de julio no solamente polarizó el debate político en el país, sino se convirtió prácticamente en el único tema del que se hablaba en la prensa. Los kioscos de periódicos que mostraban los titulares de los principales periódicos del país se convirtieron en centro de información para trabajadores y estudiantes que no dejaban de pararse para leerlos y muchas veces compartir opiniones con otros que también se habían detenido unos minutos para informarse.

Prefiero a estas alturas de la crónica más que tratar de explicar el clima que se vivía. trascribir precisamente algunos de los titulares que alimentaban la información de los peruanos por esos días.

El 29 de julio, Expreso tituló “Estado será el único banquero del país. También nacionalizaron las financieras y las compañías de seguros. Cierran casas de cambio y Ocoña. Total control de divisas”. Por su parte, La Crónica diario de propiedad del Estado, señaló “La Revolución se profundiza. Alan García pronunció histórico discurso ante el Congreso. Gobierno nacionaliza el sistema financiero bancario y de seguros”.  La República tituló “Alan anuncia grandes transformaciones. Habrá control de cambios. Estatizan bancos y financieras”. Por otro lado, “Guerra entre Alan y sus apóstoles en maniobra desesperada para salvar el proyecto aprista”, dijo en portada Cambio. Al día siguiente, los titulares siguieron. “Intervienen bancos y cesan directorios” señaló Expreso. “Aseguran estabilidad a empleados de bancos, financieras y seguros. Garantizan todos los depósitos” indicó La República. “Estatización de la banca rompería el tema de confianza, afirma canal 5“ indicó El Comercio. El 31 de Julio continúan los titulares: “Empresarios enjuiciarán gobierno por ilegalidad de decreto estatista” tituló Expreso. “Ley de nacionalización de la banca al debate en Diputados, anuncia Alva Castro” señaló La Crónica.

El primero de agosto El Comercio tituló “Juez dio amparo la banca privada. La intervención queda paralizada y todo debe volver a su estado anterior hasta que se dicte sentencia definitiva”, mientras Expreso señaló “Alan: La Revolución en el Perú es inevitable. O la hace el Apra o la hace Sendero”. “Gobierno no estatizara la banca comercial extranjera pero tendrán que adecuarse a medidas y restricciones que imponga la ley de nacionalización” dijo El Nacional. El 2 de agosto, mientras que El Comercio tituló “Seguirá estatización de banca dice Alan García”, Expreso dijo “Amparados en fallo de juez, mañana volveremos dicen banqueros” y La Voz señaló “Banqueros escogieron a su juez, el competente era otro de turno”. Al día siguiente, 3 de agosto, Expreso tituló “¿Quién manejará los bancos los apristas o los banqueros?”, “La mayoría rechaza apristización de la banca según la encuesta en Lima”. Por su parte, La Crónica señaló “Intervención segura “, “Mientras jueces pelean, Juez Guerra a favor de los banqueros, Juez Walde rechaza recurso de amparo”, “2200 peritos ingresan a la bóveda de los bancos”.

El 4 de agosto El Comercio señaló “Propietarios de bancos retornan pacíficamente con muestras de júbilo de los trabajadores”. “Saberbein dice que la intervención continúa” y Expreso titula “Volvieron los banqueros. El gobierno insiste en ilegal intervención. Gobierno ya está notificado, autoridades e interventores incursos en figura penal” mientras Cambio dice “Apóstoles retoman los bancos“. El día 5 de agosto, Expreso tituló “Intervención estatal viola la constitución: colegio de abogados. Otra juez ampara aseguradoras, nueva derrota del gobierno. Siguen marchas de protesta. Torres Vallejo: no se consultó a la bancada” y La Voz señala “Apra pide se dé fuerza de ley a decreto que dispone estatización de los bancos”.

LEY SE APROBÓ PERO NO SE APLICÓ

Podríamos continuar mostrando algunos titulares que se publicaban en el Perú no sólo en lo que resta de agosto de 1987 sino prácticamente en todo el resto del año. En lo que Henry Pease calificó como “huida hacia adelante” de García, la estatización de la banca cumplió la función de aglutinar al pueblo peruano frente a los poderosos del Perú. García lo necesitaba para tratar de sacar adelante el país, después que los esfuerzos iniciales de manejar la economía se habían agotado y más bien se enfrentaba una creciente crisis económica. La ley 24723 de estatización de la banca se aprobó rápidamente en la Cámara de Diputados, pero en el Senado demoró bastante más y se le incluyeron algunos artículos que la hizo confusa y contradictoria. Cuando finalmente se aprobó y promulgó, en la práctica resultó inaplicable.

El debate que polarizó al país por muy buen tiempo no generó ningún cambio significativo en el sistema financiero…

Pero no hubo forma que se frenara el deterioro del manejo económico del país, que incluso -según se rumoreó- hizo pensar a García en renunciar un año después (Ver crónica "Setiembre tenso” del 27 de setiembre de 2018). 

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