El 20 de octubre de 1990 a las cinco
de la tarde aterrizamos en Moscú cuatro integrantes de la Coordinación
Socialista Latinoamericana, luego de participar en un evento en la República
Popular Democrática de Corea y de pasar tres
días de visita en la República Popular China. La delegación la integrábamos Pepe
Luna y yo, del Partido Socialista Revolucionario del Perú, un veterano dirigente
del Partido Socialista de Chile y un dirigente joven de la Alianza Democrática
M-19 de Colombia, movimiento político de izquierda surgido después de la
desmovilización del movimiento guerrillero M 19 y que se insertó en la vida
democrática de su país y obtuvo más del 25 % de los votos en las elecciones de
la Asamblea Nacional Constituyente realizada un mes y medio después de este
viaje.
viernes, 21 de febrero de 2014
REUNIÓN CON ROSTROS CAMBIADOS (1978)
Después
que el 26 o 27 de mayo de 1978 en una reunión clandestina del Secretariado del
Partido Socialista Revolucionario, decidimos sugerir a la Dirección Nacional
del partido plantear a diversas fuerzas políticas el retiro de sus listas de
candidatos a la Asamblea Constituyente, dada la imposibilidad de realizar
campañas electorales con suspensión de garantías constitucionales y toque de
queda, pero sobre todo, con candidatos detenidos
y deportados en la madrugada del 26 (Ver
crónica "Hablando con Villanueva del retiro de listas" del 20 de enero de 2013).
CENSO EN SURQUILLO DESPERTÓ MI REBELDÍA (1956)
Tenía
14 años y medio al terminar el año 1956 y,
aunque seguramente yo mismo no me daba cuenta, estaba comenzando a perfilarse
en mí lo que sería mi actitud predominante en las siguientes décadas: la
actividad política. Desde que se instaló el gobierno de Manuel Prado el 28 de
julio de ese año estaba más interesado que nunca en leer en los periódicos lo
que pasaba en el Perú, pero ya no lo hacía sólo en mi casa como ocurría desde
cuatro o cinco años antes, sino también en el colegio cuando ayudaba a seleccionar
las noticias que difundiríamos en el radio periódico que propagábamos durante
los recreos de la mañana. También comenzaba a conversar con algunos compañeros
de estudio sobre la historia reciente, particularmente las denuncias sobre las
inmoralidades ocurridas durante el gobierno del general Manuel A. Odría. No
podía olvidar que, junto con varios compañeros de mi promoción, había estado
entre los dirigentes en mi colegio de la huelga estudiantil de Lima y el Callao
en protesta por la eliminación del pasaje escolar realizada un mes antes de la
terminación del régimen odriísta (Ver
crónica "Cuando las lecciones se reciben en casa" del 29 de octubre de 2012).
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