viernes, 25 de agosto de 2017

UNA FOTO CON MÁS DE MEDIO SIGLO (1964)

En abril conversamos con Manuel Bernales Alvarado sobre una foto tomada hace más de 50 años en una reunión en la que ambos participamos. Tratamos de recordar el nombre de todos los fotografiados pero sólo logramos hacerlo con la mitad, los 16 peruanos pero sólo 9 de los 34 extranjeros fotografiados. Hablamos de la capacitación política de antaño, ya que la fotografía se tomó en febrero de 1964 en las afueras de Lima, en el Centro Vacacional de Huampaní, en un seminario internacional de ORMEU, Oficina Relacionadora de Movimientos Estudiantiles Universitarios.

Como la sede de ORMEU estaba en Santiago de Chile, la preparación del seminario estuvo a cargo de la Coordinadora de Frentes Estudiantiles Social Cristianos, COFESC, cuyo principal responsable era Carlos Lecca Arrieta. COFESC coordinaba a los frentes que con el nombre de social cristiano u otras denominaciones existían en las universidades del país. Carlos se había vinculado a los responsables de ORMEU el año anterior, cuando participó en México en el seminario "Factores políticos y sociales de la integración latino americana". En ese momento era presidente de la Asociación de Centros de la Universidad Nacional de Ingeniería, ACUNI, y asistió junto con Jaime Montoya, presidente de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú, FEPUC.

ORMEU: UN NOMBRE QUE NO DECÍA NADA

Carlos y Jaime integraban la Juventud Demócrata Cristiana cuyos militantes eran la columna vertebral de los frentes social cristianos, aunque participaban también independientes. En México el artífice de ORMEU el chileno Fernando Sanhueza les habló sobre la posibilidad que se realizara en Lima el siguiente encuentro. Aunque el nombre de ORMEU no tenía una connotación política o ideológica e incluso podía dar la impresión de servir sólo para impulsar el trabajo gremial, fue en su momento un instrumento de formación de cuadros políticos social cristianos, particularmente en Centro América.

Sanhueza había sido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile entre 1953 y 1954. En el año 1962 logró convocar a un brillante grupo de jóvenes DC chilenos que habían sido dirigentes universitarios a fines de los años 50 y que con 25 a 30 años fueron los principales impulsores del trabajo de ORMEU, entre ellos estaban Eduardo Palma, Otto Boye, los hermanos Jaime e Iván Lavados y Eduardo Hill. A ellos se uniría nuestro compatriota Federico Velarde, Fico, quien en 1963 viajó a instalarse en Santiago después de haber integrado el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Demócrata Cristiano, PDC. A Fico le escuché cómo la anodina denominación ORMEU había permitido que Sanhueza, en las narices de varias dictaduras centroamericanas, coordinara con universitarios que luego organizarían núcleos políticos democráticos de inspiración social cristiana. La labor de capacitación de seminarios era complementada con cursos de varios meses en la sede de la organización en Santiago.

Como ORMEU prácticamente actuaba con autonomía muy pocos sabían que en era un departamento de ODUCAL, la Organización de Universidades Católicas de América Latina, que presidía el Rector de la Universidad Católica de Chile y cuyo Secretario General era el propio Sanhueza. Para el financiamiento de sus principales actividades contaba con el apoyo del Instituto de Solidaridad Internacional de la Fundación Konrad Adenauer de la República Federal Alemana. Sanhueza desde 1965 jugaría un papel importante en la vida pública como diputado por Santiago, llegando incluso a presidir la Cámara de Diputados en 1971 cuando la DC era opositora al gobierno de Unidad Popular presidido por Salvador Allende, del Partido Socialista.

TAMBIÉN HAY MALOS RECUERDOS

Lecca puso gran empeño en la reunión que contó por lo menos con sesenta participantes, incluyendo un agotador viaje a Santiago donde el cúmulo de actividades fue tal que terminó quedándose dormido en una cena que Sanhueza organizó en su casa. En COFESC tuvo el apoyo de gran número de camaradas, en especial de Julio Da Silva, con quien hizo los ajustes necesarios para lograr la participación del mayor número de peruanos de lo inicialmente previsto. Uno de los ahorros fue en movilidad, ya que los gastos de llevar desde el aeropuerto a Huampaní a muchos participantes se redujeron con el alquiler de un auto que manejaba el propio Carlos con la ayuda de Julio y mía que para hacerlo tuvimos que aprender a manejar (Ver crónica “Mis inicios al volante” del 24 de octubre de 2014).

Pasados más de cincuenta años, más que los temas que se trataron, me viene a la memoria el ambiente de camaradería de quienes, entre los 18 y 25 años, se sentían miembros de una generación que sentía Latinoamérica como patria común.

Lo que si recuerdo como si hubiese pasado semanas atrás fue la queja de uno de los extranjeros. Le habían robado una corbata y tenía la sospecha de quién había sido. Carlos lo conversó con Julio y conmigo. Al momento de una de las charlas, nos dirigimos los tres al pabellón donde estaba el dormitorio del presunto culpable. Encontramos en una bolsa no sólo la corbata desaparecida sino bastantes corbatas más, todas de manufactura extranjera. ¿Estábamos frente a un coleccionista inescrupuloso o a un enfermo? Se trataba por todo lo que pudimos comprobar de un cleptómano. Carlos tuvo que llamarlo, decirle que entregara todo lo ajeno y no le aceptó burdas explicaciones que aludían a que sólo buscaba tener “recuerdos” de la reunión. Le dijo que preparara su equipaje y que no se le diría nada a sus compañeros. A la hora de almuerzo comunicó a su compañero de habitación que un familiar se había puesto mal y tenía que dejar la reunión. Se devolvió la corbata a quien había hecho la denuncia pidiéndole disculpas y discreción. No se dijo nada al resto de participantes. Alguna explicación se inventó para devolver a sus dueños el resto de los “recuerdos”. Me olvidé del enojoso asunto prácticamente hasta hoy…

SÓLO RECUERDO A LA MITAD

Pero vayamos a la foto que motivó estos recuerdos y que los lectores podrán ampliar para distinguir mejor. Aparecen numerados del 1 al 50 y con fondo verde los identificados. De manera que si alguno recuerda a alguien –o se recuerda a sí mismo- pueda enviarme el nombre y el número que tiene.
Fernando Zevallos (1), José Chávez Murillo (2), Lorenzo Kcomt (5), Luis Rodríguez Aranguren (6), Guillermo Barreto (8), Fernando Salinas (14), Jaime Quijandria (15), Jesús Flores (17), Conrado Mauricio (28), Alfredo Filomeno (29), J. Molina (39), Manuel Bernales Alvarado (42) Eusebio Quiroz (43), Guido Quispe (47), Eduardo Zegarra, (49), Ronald Espezúa (50) del Perú. Los extranjeros Roy Chaderton (4) de Venezuela, Jaime Ravinet (11) de Chile, Oscar E. Ceville (23) de Panamá, Ángel José Burró (24) de Paraguay, Jorge Thomas (30) de ORMEU Chile, Jaime Lavados (31) de ORMEU Chile, José María Dagnino (34), expositor de Argentina, Alfredo García López (35) de México y Leo Valladares (41) de Honduras. No he podido identificar al resto.


A los peruanos de la foto los vi con frecuencia en los siguientes años, considerando que entre 1965 y 1969 integré el Comité Ejecutivo Nacional del PDC y estaba en permanente contacto con el trabajo de COFESC. Fueron años de intenso desarrollo de los frentes estudiantiles y muchos de sus integrantes eran miembros de la Juventud DC de la que fui secretario general entre 1966 y 1967. Como yo (29) he relatado en otras oportunidades, en 1971 junto con un grupo de camaradas renuncié al PDC. Ese alejamiento y el tránsito hacia la formación de un partido socialista lo hice con uno de los fotografiados: Manuel Bernales (42) con quien nos conocimos en 1960 y tenemos más de 55 años de amistad que se ha mantenido pese a las dos décadas en que Manolo vivió en el extranjero. Es uno de los más talentosos de mis amigos y ha destacado académicamente en temas vinculados a Gestión Pública y Social, Ambiente y Seguridad Humana. Trabajó varios años como consultor en Centro América y como especialista de UNESCO más de quince años. Fue desde agosto de 2006 hasta mayo de 2008, presidente del Consejo Nacional del Ambiente (CONAM), inmediatamente antes que este organismo se convirtiera en Ministerio del Ambiente.

CAMARADAS A LOS QUE VI MUCHO O POCO

Desde alrededor de 1970 no he conversado, aunque puedo haber intercambiado saludo alguna vez con Fernando Zevallos (1) y José Chávez Murillo (2) de Arequipa y con el cusqueño Molina (39), con Guillermo Barreto (8) que estudiaba derecho en Trujillo y que cuando se graduó volvió a su natal Piura y con Fernando Salinas (14) que ha realizado una excelente y reconocida docencia de arquitectura en Huancayo. En algunas oportunidades hablé no muy largo con Jesús Flores (17) de Ayacucho cuando era reconocido investigador del Instituto del Mar. Lamento no haber conversado más con este hombre que pese a su gran calidad científica nunca dejó de lado la sencillez. Falleció hace más de diez años.

A Eusebio Quiroz Paz Soldán (43) con brillantes trabajos históricos particularmente sobre su querida Arequipa lo he visto espaciadamente a lo largo de estas décadas, la última vez algo menos que tres años atrás. Cada vez que he estado en la ciudad blanca he tratado de hablar con él. Es de los amigos con los que uno siempre conversa como si hubiésemos estados juntos la semana anterior. Es difícil encontrar personas que juntan bonhomía, humor y cariño con extraordinario talento y capacidad de trasmitirlo como Eusebio.

Después de haberlo frecuentado mucho a Lorenzo Kcomt (5) en la década del 70 y algo de la del 80, cuando dirigía el vespertino “El Satélite” en Trujillo, volví a conversar con él por lo menos cinco veces entre el 2005 y el 2015. Retirado del periodismo y dedicado a administrar su pequeño chifa en esa ciudad norteña, mantiene la agudeza en el análisis político y el cariño a los amigos.

Con Ronald Espezúa (50) de Huancayo he hablado no más de un par de veces en los últimos años y no he logrado ver las veces en que he estado en el Cusco en los últimos años a Eduardo Zegarra (49) nacido arequipeño y prácticamente cusqueño desde hace cerca de 60 años. Muchas veces a lo largo de las cuatro décadas últimas he conversado con Guido Quispe (47) de Ica. Vivimos en la misma urbanización y nuestras hijas estudiaron juntas desde primero de primaria hasta el quinto de secundaria en el mismo colegio y hasta ahora se visitan viviendo en dos estados diferentes de los Estados Unidos.

Justamente en el país del norte, en Los Ángeles, vive hace unos 30 años, después de trabajar buen tiempo en el diario El Comercio, el entusiasta periodista Luis Rodríguez Aranguren (6), con quién esporádicamente intercambiamos saludos por correo electrónico. A Conrado Mauricio (28) lo traté mucho en la década del 70 y hasta mediados de los 80 en que comenzó a trabajar en UNESCO en Centroamérica. Lo vi hace unos ocho años y me enteré que estaba radicado en Costa Rica trabajando como siempre en temas relacionados a la Educación.

Con Jaime Quijandria (15) tuve una permanente aunque no intensa relación de amistad a lo largo de todas estas décadas, interrumpidas por las etapas en que trabajó fuera del país. Algunas veces con posiciones distintas en el ámbito político mantuvo una buena amistad con un grupo de ex jóvenes DC con quienes intercambió saludos en la Navidad del 2013 pocos días antes de su muerte el 30 de diciembre. Cuando a Pancho Guerra García y a mí nos habló de la inminencia de su fin, un año antes de su deceso, lo hizo sin ningún dramatismo y contando los propósitos que tenía por delante. Realistamente se planteó planes sucesivos de poca duración y sintió la satisfacción de cumplirlos. Jaime fue ministro de Energía y Minas durante el gobierno de Alejandro Toledo entre 28 de julio de 2001 y 30 de octubre de 2004, con un paréntesis entre el 25 julio 2003 al 16 de febrero de 2004 en que ocupó la cartera de Economía y Finanzas. Dejó de ser ministro para desempeñarse como uno de los directores ejecutivos del Banco Mundial.

CUATRO PARTICIPANTES FUERON MINISTROS

Jaime no es el único de los del grupo fotografiado que fue ministro. También lo fueron Roy Chaderton (4) de Venezuela, Jaime Ravinet (11) de Chile y Ángel José Burró (24) de Paraguay, a quienes tuve oportunidad de ver por lo menos una vez después de ese seminario.

En la dinámica interna del COPEI, partido social cristiano de Venezuela, a finales de los 60, Chaderton se ubicaba entre los denominados “astronautas” corriente partidaria de izquierda a cuyos integrantes se les decía que no tenían ”los pies en la tierra”. Habiendo culminado la universidad, dejó la política activa e ingresó al servicio diplomático en 1969 cuando el líder copeyano Rafael Caldera asumió la presidencia de la república por primera vez. Cuando viajé a Europa en 1977 (Ver crónica “Llegué a Lund en avión, bus, barco, tren y auto” del 20 de enero de 2013), tuve oportunidad de conversar con él cuando era funcionario de la representación de Venezuela en Bélgica. Después de ser embajador en un par de países, fue vice canciller en el segundo gobierno de Caldera y Hugo Chávez lo nombró Canciller en 2004. Además de este importante cargo que ocupó por dos años, Roy Chaderton fue representante permanente de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos por siete años desde 2008. Actualmente es diputado por el Partido Socialista Unido de Venezuela en el Parlamento Latinoamericano.

Con Jaime Ravinet me encontré un par de veces en Santiago entre 1966 y 1970 y tuvimos oportunidad de conversar ampliamente cuando participamos en un seminario en Bonn entre el primero y el 20 de diciembre de 1970. Terminada la dictadura de Augusto Pinochet, la Concertación por la Democracia –que incluyó al Partido Demócrata Cristiano, al Partido Socialista, al Partido por la Democracia y al Partido Radical- asumió en 1990 la conducción del gobierno y Ravinet fue alcalde de Santiago entre 1990 y 2000. Inicialmente fue nombrado y luego ganó el cargo en dos elecciones sucesivas. En el gobierno de Ricardo Lagos, fue ministro de Vivienda y Urbanismo. Dejó el cargo para asumir como ministro de Defensa en setiembre de 2004 hasta el fin del gobierno en marzo de 2006. Sorpresivamente cuatro años después asumió la misma cartera en el gobierno derechista de Sebastián Piñera, previa renuncia al PDC donde había militado desde inicios de los años 60. Diez meses después renunció, luego de cuestionamientos por algunas declaraciones suyas. Años después diría que estaba "arrepentido" de haber sido ministro de Piñera.

Meses después del seminario de Lima, en los últimos días de agosto, me reencontré con el paraguayo Ángel José Burró e hicimos buenas migas en un seminario de cerca de cincuenta días en la República Federal Alemana, Austria, Bélgica, Luxemburgo e Italia. Incluso entramos por unas tres horas a Checoslovaquia, aunque ese ingreso no quedó registrado en nuestros pasaportes (Ver crónica “Llegué a 20 países europeos, estuve en 23” del 24 de abril de 2015). Aunque no lo volví a ver después, supe que en Paraguay el Partido Demócrata Cristiano mantuvo su oposición al dictador Alfredo Stroessner y que Burró incluso fue su presidente. Al inicio del presente siglo Burró fue senador y ministro de Justicia, cargo al que tuvo que renunciar luego de unas controvertidas declaraciones sobre los argentinos y brasileños. Cuando después de ver con Manolo Bernales la fotografía traté de averiguar si Burró estaba todavía en actividad, lo primero que encontré fue que había fallecido semanas antes, el 3 de marzo.

No conocía a José María Dagnino (34) de Argentina, uno de los expositores invitados en ese seminario, ni tuve oportunidad de conversar con él en esa ocasión. Años después me enteraría que en 1969 había sido durante un año ministro de Economía del gobierno militar de Juan Carlos Onganía. Y que tuvo la misma cartera por sólo 50 días en 1982 durante la sangrienta dictadura que en ese momento encabezaba el general Reynaldo Bignone. En la década pasada, Dagnino fue destituido como docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y el Congreso Nacional le quitó su “jubilación de privilegio” por haber colaborado con esas dictaduras.

CHILE: 1990 Y 1973

Con Jaime Lavados (31) chileno que dirigió el equipo de ORMEU que vino al seminario me vi un par de veces en Santiago pocos años después, pero me mantuve informado durante muchos años de su trayectoria científica y académica. Fico Velarde, quien desde inicios de los 90 viajaba con su esposa todas la Navidades a Chile para ver a sus hijas que allí estudiaban y luego trabajaban, en sus visitas anuales buscaba a Jaime y sintió verdadero orgullo cuando su gran amigo, después de la dictadura, fue el primer Rector de la Universidad de Chile elegido democráticamente para el periodo 1990 a 1998. Murió hace menos de un año, en octubre pasado. A Jorge Thomas (30) que acompañaba a Lavados en el equipo de ORMEU, después de conversar con él en Santiago en 1966 no lo vi más. Desde esa reunión no he visto a Alfredo García López (35) de México, ni a Oscar E. Ceville (23) de Panamá ni a Leo Valladares (41) de Honduras. Supe que el panameño fue Procurador de la Administración de Panamá entre el 2005 y el 2015 y Valladares el primer Defensor del Pueblo en Honduras y cumplió una reconocida labor entre 1992 y 2002.

ORMEU poco después cambió de nombre a Corporación de Promoción Universitaria y se volcó a un trabajo más académico que se prolonga hasta la actualidad. Mantuvo la perspectiva de los valores del humanismo y la democracia que planteó Sanhueza.

Por eso no es de extrañar que cuando el golpe militar del 11 de septiembre, el PDC mantuvo un silencio que para los observadores se traducía en apoyo al golpe, hubiera un documento conocido con “los 13 del 13”, porque fueron 13 los firmantes del documento del 13 de setiembre en que, justamente por convicciones democráticas, se señalaba “Condenamos categóricamente el derrocamiento del Presidente Constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo Gobierno, por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido, fuimos invariables opositores. Nos inclinamos respetuosos ante el sacrificio que él hizo de su vida en defensa de la Autoridad Constitucional”. Y por cierto entre los firmantes se encontraba Fernando Sanhueza, junto con otros destacados DC como Bernardo Leighton, José Ignacio Palma, Renán Fuentealba, Claudio Huepe, Mariano Ruiz-Esquide, Jorge Donoso y Belisario Velasco.

1 comentario:

  1. Por imprevista casualidad tuve la suerte de llegar a esta página que me lleno muchos recuerdos, no solo de aquellos gratos amigos; sino también de ideales que sostuvimos como signo de nuestras vidas. Les hago llegar a todos un fuerte abrazo, como aquellos que expresaban nuestras alegrías al econtrarnos antes de cada jornada. Que siempre nuestros ideales los acompañen!!

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