Teníamos casi
tres semanas en esta etapa de clandestinidad, la más extensa que viví durante
el gobierno de Morales Bermúdez. Se había iniciado el 24 mayo de 1978 con la
persecución a los partidos de izquierda que participaban de la campaña
electoral para los comicios de la Asamblea Constituyente que debía realizarse
el 18 de junio y que no cesaría incluso el mismo día de las elecciones (Ver crónica
“Hace 35 años fui un papá de la calle” del 24 de mayo de 2013). Tratábamos que
en las reuniones entre miembros de la
Comisión Política del Partido Socialista Revolucionario no participaran más de
tres. Y cuando fueran reuniones con otros militantes del partido, tampoco
fueran muy amplias, no más de seis o siete personas. Siempre en sitios muy
seguros pues la mayoría estábamos en la clandestinidad.
viernes, 18 de diciembre de 2015
EL FLACO LÓPEZ (1952/1966)
Desde hacía un
par de días, las horas de recreo en mi colegio me ponían nervioso. Apenas
jugaba con algunos de mis compañeros. Estaba evitando encontrarme con el
“Flaco” López, quien era alumno del quinto año de secundaria y por tanto a
punto de egresar del colegio y seguramente con siete u ocho años más que los
diez que yo entonces tenía. No sabía qué decirle o, mejor dicho, no quería
decirle que no me había atrevido a hacer lo que él me había pedido no sólo
porque no quería sino también porque aunque lo quisiera me moría de miedo que
me descubrieran.
TRAGOS Y CIGARRILLOS EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (1981/87)
En otra ocasión
conté cómo -en contraste con lo que había visto en anteriores oportunidades-
cuando estuve en Moscú en 1987 para el “Encuentro de representantes de partidos
y movimientos con ocasión del 70 aniversario de la Gran Revolución de Octubre”,
resultaba evidente que había una campaña contra el alcoholismo dirigida por las
más altas autoridades soviéticas. Lo que pasaba es que ya el consumo excesivo
de alcohol, particularmente del vodka, causaba no solamente un verdadero
problema social sino también afectaba la economía.
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