Con el título de “Censura ministerial hace más de 50 años” esta crónica fue publicada en abril en el número 249 de la Revista Ideele, con un párrafo previo que hacía referencia a la censura que semanas antes había recibido la presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, así como algunas apreciaciones e interrogantes finales para que el lector de esa revista pudiera hacer comparaciones de ambos hechos. Esta es la crónica a la que le he aumentado unas pocas líneas en un par de párrafos para que se adapte a la asociación de hechos que algunas veces hago en el blog.
Serían
las cinco y media de la mañana del 30 de diciembre de 1963 cuando los pasos de
unas treinta personas resonaron en el jirón Junín a lo largo de las tres
cuadras que llevan desde la Plaza Bolívar -en esa época Plaza de la
Inquisición- hasta la Plaza Mayor, entonces denominada Plaza de Armas. Al
llegar a la esquina con la calle Pescadería, el grupo miró hacia la Estación de
Desamparados y vio que al otro extremo de la calle algunos vehículos se
estacionaban en las afueras de la parte trasera del Palacio de Gobierno.
En
realidad esa era la entrada principal a la residencia del presidente de la
república. Se notaban luces encendidas en los salones. Ya eran unas sesenta
personas las que subieron unas escalinatas de mármol con barandas de hierro e
ingresaron al interior de la residencia. Allí esperaba vestido informalmente y
con cara de cansancio Fernando Belaunde Terry, Presidente de la República, y
por tanto ocupante desde hacía cinco meses del palacio. A su lado estaba Oscar
Trelles Montes.
El
grupo estaba compuesto básicamente por diputados de la Alianza Acción Popular -
Democracia Cristiana, pero también había algunos senadores de la alianza y
varios integrantes del gabinete. Además unos cuantos militantes de ambos
partidos que habían asistido desde las tribunas al debate parlamentario que
había terminado poco antes. Uno de ellos era yo, reciente ciudadano ya que
había cumplido 21 años en junio aunque estaba punto de cumplir cinco años de
militancia en la DC.
¿INTERPELACIÓN
COMO REVANCHA POR PÉRDIDA DE ELECCIONES?
La
tarde anterior se había iniciado una interpelación a Trelles, ministro de
Gobierno y Policía, en relación a la falta de una mayor intervención policial
ante algunas invasiones de tierras en diversas localidades del país,
particularmente en una hacienda del Cusco producida varias semanas antes. Los
integrantes de la Alianza AP- DC señalaban que lo que quería la oposición era
que se produjera masacres de campesinos y, más bien, reclaman que en el
Parlamento se pudiera profundizar las medidas relacionadas con la Reforma Agraria.
Después de unas nueve horas de debate, a las tres o cuatro de la madrugada,
diputados de la Coalición APRA - UNO consideraron no satisfactorias las
respuestas del ministro y presentaron una moción de censura. El documento lo
firmaban, entre otros, los apristas Armando Villanueva y Andrés Townsend,
fundadores de la Federación Aprista Juvenil en 1934 y los odriístas Humberto
Ponce Ratto y Víctor Freundt Rosell.
Hubo
otro intenso debate con excelentes exposiciones a favor y en contra de la
censura. La ironía fue bastante usada, pero no hubo necesidad de suspender la
sesión para que se retirara insulto alguno. Incluso con sarcasmo, el diputado
democristiano Roberto Ramírez del Villar comentó la moción de censura indicando
que estaba mal escrita ya que en su parte resolutiva se mencionaba solamente
que habían quedado insatisfechos por las respuestas del ministro, lo que motivó
que algún parlamentario odriísta azorado añadiera a la moción las palabras “…y
por tanto lo censuran”. Considerando la mayoría formada por apristas y
odriístas la censura fue aprobada ampliamente.
En
las elecciones del 9 de junio de ese año, Fernando Belaunde por la Alianza AP
DC había ganado las elecciones presidenciales con un 39.054 % de los votos
válidos, seguido de Víctor Raúl Haya de la Torre del APRA con 34.361 % y el ex
presidente y dictador Manuel A. Odría de la Unión Nacional Odriísta con 25.520
%. Para el Senado, la Alianza obtuvo 20 escaños, el APRA 18, la UNO 7 y 5 otros
partidos. En la Cámara de Diputados, sin embargo, el APRA tuvo 58
parlamentarios, la Alianza 50 y la UNO 27, además hubo 5 diputados de grupos
menores. Pese al antecedente de la persecución por parte de Odría durante casi
ocho años al APRA y a su jefe Haya de la Torre -incluyendo que tuviera que
asilarse en Colombia- la Coalición APRA - UNO se conformó apenas se instaló el
Parlamento y aseguró la presidencia de ambas Cámaras para los flamantes socios.
El fogoso y experimentado parlamentario aprista iqueño Fernando León de Vivero
resultó elegido presidente de la Cámara de Diputados y el potentado azucarero
odriísta Julio de la Piedra presidió la Cámara de Senadores.
La
Alianza AP DC consiguió un importante incremento de sus votos cuando el 15 de
diciembre se realizaron las elecciones municipales, después de más de cuatro
décadas en que las autoridades locales eran nombradas por el ministerio de
Gobierno y Policía. Particularmente importante fue el triunfo de la Alianza en
Lima con el DC Luis Bedoya Reyes como alcalde venciendo nada menos que a María
Delgado de Odría, la esposa del ex dictador, quien había impulsado una serie de
obras de ayuda social durante el gobierno de su esposo. Ella había sido
candidata de la Coalición APRA- UNO, denominación con la que apristas y
odriístas participaron en las elecciones en todo el país. El respaldo a los
candidatos de la Alianza fue interpretado por Belaunde como un voto de
confianza a su gestión gubernamental, en esos momentos de apenas cien días.
Quizá
hincados en sus orgullos partidarios, quince días después los integrantes de la
oposición quisieron poner en claro que ningún revés electoral quitaba el hecho
que ellos tenían el control del Parlamento y que lo podían ejercer dando votos
de censura a ministros cuando así se les antojara. Y de hecho lo hicieron en
los tres años y medio siguientes cuando censuraron a nueve ministros más.
ORGANIZACIONES
POLÍTICAS EN EL GOBIERNO Y EN LA OPOSICIÓN
Aunque
la interpelación y posterior censura a Trelles fue en su condición de ministro
de Gobierno y Policía, todo el Gabinete quedó cesado ya que ejercía además el
cargo de Presidente del Consejo de Ministros. Sin embargo, prácticamente todos
volvieron a jurar como integrantes del nuevo Consejo encabezado por el segundo
vicepresidente de la república Fernando Schwalb López Aldana. Al igual que el
primer gabinete, el equipo estaba constituido por diez acciopopulistas, varios
de ellos fundadores de su partido siete años antes y dos demócratas cristianos
también militantes desde la creación de la DC en 1956. Pero no sólo se trataba
de integrantes de los partidos de gobierno sino, en la mayoría de los casos,
especialistas destacados a lo largo de su trayectoria profesional.
Oscar
Trelles de 59 años era un prestigioso neurólogo nacido en Andahuaylas, con
estudios escolares en el Cusco y en el colegio nacional Guadalupe de Lima
además de estudios de medicina en París. Dirigió por más de tres décadas el
Hospital Santo Toribio de Mogrovejo, mientras paralelamente se dedicaba a la
investigación científica y a la docencia. Entre 1945 y 1946, durante la presidencia
de José Luis Bustamante y Rivero, había sido ministro de Salud Pública y
Asistencia Social.
Pero
regresemos a la residencia presidencial en las horas finales del año 1963.
Belaunde habló a los presentes que habían formado un gran círculo. Manifestó su
intención de enfrentar con obras la obstrucción de la oposición y rindió un
cálido homenaje al censurado señalando que el país y su partido lo necesitaban
para importantes tareas en el futuro. Esas palabras fueron estrictamente
ciertas ya que poco después Trelles viajó como embajador del Perú en Francia,
en 1965 fue elegido secretario general de Acción Popular cargo que ya había
ocupado entre 1956 y 1961 y sería senador en el segundo periodo presidencial de
Belaunde entre 1980 y 1985, incluso presidiendo la Cámara de Senadores. Fue la
primera de las dos veces que vi a Belaunde y Trelles juntos. La otra
oportunidad fue en la que sería la última reunión del Comité de Enlace de Alto
Nivel de ambos partidos de la alianza en enero de 1967 (Ver
crónica “…sólo un loco nadaría hasta el Callao” del 20 de abril de 2013).
CAFÉ
CON PRESIDENTE Y DESAYUNO CON FUTURO PRESIDENTE
Luego
de las palabras del presidente, unos mozos pasaron portando tazas de café en
grandes azafates. En los comentarios de los presentes en los pocos minutos de
conversación antes del “rompan filas” al borde de las seis de la mañana, se
ponderaron las intervenciones a favor del ministro interpelado de varios de los
diputados, particularmente de Ramírez del Villar y Valentín Paniagua, el más joven
parlamentario quien tres meses atrás había cumplido 27 años.
Salimos
de Palacio justamente con Valentín y nos dirigimos hacia la Plaza de la
Inquisición para recoger su auto estacionado cerca del Congreso. A inicios del
año anterior en mi primera visita a Cusco por asuntos partidarios yo había
conocido el vehículo, un Volkswagen en el cual me llevó a conocer la fortaleza
de Sacsayhuamán en mis pocas horas de
permanencia en su ciudad natal. En esos minutos nuestra conversación versó
sobre la censura a Trelles y cómo la Coalición podría censurar a cuántos
ministros quisiera. No nos imaginábamos que antes de dos años él sería ministro
de Justicia y que sería censurado por el Senado sólo cuatro meses después de
iniciada su gestión.
Valga
la oportunidad para señalar que íbamos solos, no había chofer, ni asistentes,
ni equipo de seguridad. No era excepcional su caso sino que ningún diputado o
senador tenía personal a su servicio. Como
ya eran más de las 6 y media de la mañana, Valentín se detuvo en una panadería
y luego me dijo que lo acompañara a su departamento. Quedaba en un edificio
nuevo de unos 18 pisos -que pocos años después comenzaría a deteriorarse
apresuradamente- ubicado en la esquina de las avenidas Grau y Abancay al borde
del Cercado de Lima y a pocos metros del distrito de La Victoria.
Su joven esposa Nilda
Jara, estoy casi seguro que en los inicios de su primer embarazo, estaba
esperando somnolienta y tomamos los tres el café con leche que ella preparó y
untamos con mantequilla el pan que él había llevado. Mientras estábamos
alrededor de una mesita en la cocina, tocamos algunos temas partidarios,
particularmente sobre el congreso nacional de la Juventud DC que se realizaría
en Huancayo en los primeros meses del año 1964. Aunque no lo sabíamos aún, él
sería secretario general de la JDC entre 1964 y 1965 y yo entre 1966 y 1967.
Tampoco imaginábamos que ambos integraríamos el Comité Ejecutivo Nacional del
PDC en un momento de grave crisis partidaria (Ver crónica “Jugando fulbito con futuro presidente“ del 20 de enero de 2013). Terminado el desayuno me
despedí cordialmente de la joven pareja y tuve la seguridad que Valentín, ex
presidente de la Federación Universitaria del Cusco entre 1958 y 1959 y
destacado dirigente DC en su departamento, tendría altas responsabilidades
políticas en el futuro. No me podía imaginar cuan altas…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario