Desde 1976 cuando el gobierno de Francisco
Morales Bermúdez se dedicó a perseguir a Rafael Roncagliolo, presidente de una
de las dos fracciones de la Federación de Periodistas del Perú, pude
experimentar lo que era participar en reuniones clandestinas frecuentemente. En
años anteriores, como en enero de 1963, había participado en alguna con
personas perseguidas por la junta militar de Pérez Godoy que gobernó sólo un año.
Para estos casos había que tratar de distanciarse de cualquier seguidor para
concurrir a encuentros pactados y luego reaparecer en lugares habituales. Entre
junio y setiembre de 1976 participé en innumerables reuniones clandestinas,
particularmente con Rafo hasta que éste tuvo que asilarse (Ver crónica “El asilo: la única salida” del 18 de octubre de 2013).
viernes, 25 de julio de 2014
TRASTADAS DE UN CUSQUEÑO EN PARÍS (1977)
El 24 de noviembre de 1977 volábamos con el
general Arturo Valdés de Londres a París. Ya próximos a aterrizar me dijo que
por fin iba a descansar de ser su intérprete. Me reí y le contesté que sólo
podía serlo de español a… español. No me refiero a eso sino a que te manejaste muy bien en
todos nuestros traslados. Y añadió “No sé si te diste cuenta que no tenía
ninguna confianza en ti ya que estaba preocupadísimo que en estos dos días nos perdiéramos
en la ciudad o no llegáramos a nuestras citas...” Volví a reír y recordé las
últimas 53 horas desde nuestra salida del hotel de La Haya (Ver crónica “No hemos llegado a Londres sino a Heathrow” del 27 de
noviembre de 2012). Pero también que semanas antes
cuando nos reencontramos en Suecia con mis compañeros exiliados en México, me
enteré que Arturo estaba seguro que me perdería en el camino debido a que sólo
hablaba español.
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