No había conversado antes con él, pero aunque lo hubiera hecho con frecuencia, seguramente no lo hubiese reconocido. Incluso Rafael Roncagliolo, quien lo había tratado en los últimos meses, se sorprendió cuando un aparentemente desconocido se acercó a él y le dijo “Gracias Rafo por venir”. Era Gustavo Espinoza, dirigente estudiantil en la Escuela Normal Superior Enrique Guzmán y Valle -más conocida como La Cantuta- y militante del Partido Comunista Peruano, PCP. El encuentro ocurrió hace casi sesenta años muy cerca de la Plaza Pedro Ruiz Gallo o como algunos suelen llamar, la plaza de armas de Lince, no estoy seguro si el 8 o 9 de enero de 1963, ¿o quizá el 10?
viernes, 25 de septiembre de 2020
jueves, 24 de septiembre de 2020
LOS NOMBRES DE LOS HIJOS DE MI PADRE (1942/1950)
En la actualidad resulta común recibir llamadas para ofrecer una nueva tarjeta de crédito que sirva para pagar las deudas con tarjetas de otros bancos. Y de paso quedar con un saldo para gastar… o malgastar. También hay otras llamadas que prometen grandes ventajas si uno escoge un nuevo proveedor del servicio telefónico celular. Hay momentos en que los ofrecimientos telefónicos hartan y algunas veces incluso dan ganas de mandar al diablo a quienes nos hablan, sino fuera porque los dueños de las imperturbables voces -que tratan que aceptemos algo repitiendo un cansado libreto- están realizando su trabajo, labor irritante para uno pero que puede asegurarles a ellos algún ingreso, justo en una época como la actual caracterizada por la creciente pérdida de puestos de trabajo.