Aunque lo conocía desde unos quince años atrás (Ver crónica “Dos políticos arequipeños hablan por primera vez” del 15 de diciembre de 2012) recién desde septiembre de 1980 comencé a
tratar frecuentemente a Alfonso Barrantes Lingán. Ocurrió luego que fuera
nominado candidato a la alcaldía de Lima por Izquierda Unida, IU, novísimo
frente electoral constituido ese mes por seis agrupaciones políticas de
izquierda. Fue por esa época que me enteré que éramos vecinos y vivíamos a unos
trescientos metros de distancia en La Capullana en Surco, urbanización de
unas 1500 casas en la
que Ana María, mi esposa, y yo habíamos comprado la nuestra en 1973.