Las movilizaciones ciudadanas, principalmente de jóvenes, realizadas
en las últimas semanas, tuvieron como su principal escenario la Plaza San
Martín, lugar emblemático no sólo ahora sino desde hace muchos años. Conocí esa
plaza en mis primeros años, pasé con cierta frecuencia por allí en mi niñez y
prácticamente a diario en mi juventud. No me voy a referirme a las sustanciales
modificaciones en la vida política nacional que las recientes movilizaciones
propiciaron, sino recordar algunas entre las decenas de veces en que allí
estuve como manifestante o en una marcha,
entre 1960 y 1990.