Cuando en la actualidad a las nueve de la noche -y semanas
antes a las seis de la tarde u ocho de la noche- comienza el toque de queda, no
me siento inseguro, pues pienso que en las horas de confinamiento obligatorio
nada puede pasar. Décadas atrás, en los años setenta durante toques de queda
impuestos por el gobierno del general Francisco Morales Bermúdez, por el
contrario, me sentía inseguro porque sospechaba que cualquier cosa podía pasar.