Entre el 1 de julio de 1976 y el 28 de agosto del año
siguiente, el gobierno del general Francisco Morales Bermúdez mantuvo el estado
de emergencia en el país incluyendo la suspensión de varias garantías
constitucionales, como la inviolabilidad del domicilio, el impedimento de
detención sin mandato judicial, el libre tránsito y la libertad de reunión. También
estableció el toque de queda inicialmente desde las 10 de la noche hasta las 5
de la mañana, aunque pocos días después se corrió su inicio hasta la medianoche
y luego de algunos meses se pasó a la una de la mañana para en su última etapa,
estar vigente sólo entre las dos y las cinco de la mañana. Inicialmente
decretadas por treinta días, las medidas fueron prorrogadas trece veces.