Cuarenta años es poco tiempo para juzgar a un
presidente como el general Juan Velasco Alvarado, considerando que aún hoy su
nombre despierta entusiastas adhesiones o apasionadas condenas. El día de su
entierro, para satisfacción de muchos y asombro de todos, se produjo la más
amplia movilización ciudadana que se recuerde en Lima. Fui uno de los cientos de
miles que en esa ocasión salieron a las calles…