El viernes 5 de octubre de 1984 a diez días del cierre
de las inscripciones de candidaturas presidenciales para las elecciones de
abril del año siguiente, los dirigentes de los partidos que integraban
Izquierda Unida pensábamos que esta vez no habría apresuramientos de última
hora y llegada al borde de la hora límite como había sucedido con las
inscripciones de Alfonso Barrantes las dos veces que postuló a la alcaldía de Lima.
Cinco días después nos daríamos cuenta que habíamos estado totalmente
equivocados…